Luis Carlucho Martín
1.- Amor paternal: En 1984 debuté como papá. Con apenas 18 añitos, Luis Rodolfo, mi primogénito, me hizo primerizo en esas lides de padre en las que aún sigo aprendiendo. Mi primer gran amor como papá. Luego llegaron Luis Carlos y Luisana Gabriela. Amo a los tres. Aquel advenimiento fue cerca de mediodía en el hospital José Gregorio Hernández de Los Magallanes de Catia. Esa noche de celebración no paré de cantar Fue Varón, de Rubén Blades. Clase de rumba junto a mis hermanos de la vida, Luis Marichales, Henry Cabezón Paredes, Jesús El Burro Ariza, Manuel Bemba Gil, Iván Márquez y otros. De eso hace 40 años.
Junto a su pareja Bru, Luisro me hizo debutar como abuelo con la llegada de Aquiles Xavier un histórico 8 de julio…
2.- Agradecimiento laboral: Cumple 75 años otro de mis amores de vida, mi Instituto Nacional de Deportes, mi IND, mis tres letras tan mancilladas en estos días. Escenario mágico, testigo de mi crecimiento personal y profesional. Aventuras y sinsabores, pero siempre con señal positiva. Atado de por vida. Injustamente apartado bajo la figura de pensionado. No importa, esto da vueltas. Me identifico con su actividad. Hoy es el Día del deporte venezolano. De sus muros aprendí que el deporte te enseña a ganar con honradez, a perder con dignidad –porque perdiendo también se gana–, te enseña lo esencial, a vivir. Y ahora mismo el deporte requiere de mejor trato. Listo.
3.- Consolidación de la amistad, un valor hoy casi en extinción: Soy afortunado al revisar la lista de mis amigos. Uno especial cumple 58 años hoy. El maestro percusionista Joel «Pibo» Márquez. Hoy trabaja en Bogotá, pero hace maletas para derrochar talento en Chicago y el mundo. Pronto nos vemos en la vía. Sigan los éxitos, hermano querido.
Son tres motivos a los que le canto cumpleaños y agradezco lo compartido. Viva la vida. Dios mediante, seguiremos en estas lides celebrando y apagando velitas…tres motivos de alegría en un solo día…Bendiciones para todos.
El Pepazo