En tiempos donde el golf sólo habla de dinero, Nick Dunlap vino a rescatar el romanticismo de este deporte. El estadounidense de 20 años, aún amateur, se alzó con la victoria en el American Express, el torneo que el año pasado ganó Jon Rahm, para convertirse en el primer golfista aficionado que gana un evento del PGA Tour, el circuito más prestigioso del mundo, desde 1991, cuando Phil Mickelson se llevó el Northern Telecom Open.

Su condición le impidió disfrutar de un cheque de 1,512 millones de dólares, que recayo en el segundo clasificado, Christian Bezuindehout, poderoso contraste con el que el zurdo más famoso del golf tuvo que renunciar hace 33 años que fue de 180.000.

Más impacto tiene pensar que su predecesor en el palmarés se mueve en 600 millones tras el mareante fichaje por el LIV Golf y el no se llevará, de momento, un centavo. El mismo Rahm lo felicitó en X y auguró «un gran futuro para este talento».

Por el desenlace pareció algo predestinado. Sam Burns, uno de los 12 golfistas estadounidenses que sucumbió el pasado otoño en Roma en la Ryder Cup, llegó al fácil hoyo 16, el último par 5 del torneo, con un golpe de ventaja sobre Dunlap y no sólo no le sacó partido, sino que jugando a su lado en las dos salidas siguientes mandó sendas bolas al agua, firmó dos doble bogeys para acabar en sexto lugar.

Dunlap, que había visitado el agua en el hoyo 7 (un doble bogey), y que había visto como Burns le había comido tres golpes, se limitó a hacer el par en esos dos hoyos finales para lograr el triunfo más histórico hasta donde alcanza la memoria.

Estudiante aún de segundo año en la Universidad de Alabama y ganador del US Amateur -el torneo que ganó cuatro veces Tiger Woods-, el protagonista dejó otra muesca para su leyenda: con 29 bajo par, sobre todo gracias a la prodigiosa tarjeta de 60 golpes del sábado, batió el récord del torneo de La Quinta (California), con un resultado de 259, uno mejor que el sudafricano Bezuindehout.

Púrpura a su victoria

En tercer lugar quedaron jugadores tan reputados como Justin Thomas, ganador de dos grandes -y también estudiante de Alabama en su época universtaria- y Xander Schauffele, el campeón olímpico. Dunlap no pudo, sin embargo, batir el récord de precocidad en el circuito pues Jordan Spieth, que se saltó la etapa del paraninfo, ganó el John Deere Classic de 2013 con 19 años.

«No pude optar al cheque, pero fue un privilegio estar aquí y recibir el apoyo de tanto público. Poder demostrar que el golf amateur también es realmente bueno es algo único. Pero reconozco que aún estoy en shock. Nunca había visto tanta cámara y tanto periodista en un green», dijo la nueva sensación, que ya ganaba torneos importantes de edad a los 11 y 12 años.

La pregunta que queda en el ambiente es cuánto tiempo tardará el LIV Golf, que aún tiene una vacante en el equipo de Rahm, en tocar a este jugador que es el número 3 mundial amateur, aunque la victoria le permitirá si lo desea jugar cualquier torneo del PGA Tour hasta la temporada 2026, sin abandonar la universidad. También jugará el Masters.