El transalpino demostró que, ahora mismo, es el tenista más en forma del planeta. Acabó el curso pasado dando señales de lo que es capaz: final de las ATP Finals de Turín, con triunfo incluido ante el número uno, y título de la Copa Davis para Italia.

La frescura del veinteañero contrastaba con el lenguaje corporal negativo de un Djokovic que a sus 36 años no tendrá muchas más oportunidades de inscribir su nombre en el palmarés del certamen.

El reto del ‘Golden Slam’ ya ha dejado de serlo. Y el siguiente ‘major’ y los Juegos Olímpicos son en Roland Garros, la tierra de Rafael Nadal. El balcánico ganó el primer punto del partido en una definición de lo que es él: largo intercambio y sin cometer errores no forzados.

Lo que pasa es que Sinner le respondió con seis puntos seguidos, que eran una declaración de intenciones. El italiano, verdugo del serbio en dos de los tres últimos precedentes, algunos tan dolorosos como la semifinal de la Copa Davis de Málaga, se adelantó por 3-0 en apenas 12 minutos.

Jannik, con un tenis práctico y sin adornos, tenía contra las cuerdas al campeón de 24 grandes nada más empezar. Incluso dispuso de una pelota de 4-0.

Muchos iban marcha atrás en el tiempo y recordaban la última derrota de ‘Nole’ en la Rod Laver Arena de Melbourne. Fue el 22 de enero de 2018 contra el coreano Hyeon Chung.

El condecorado tenista ganó desde entonces cuando veces más el Abierto australiano, para un total de diez. A Sinner no le dio miedo afrontar la semifinal con la leyenda, que había decantado a su favor los últimos 33 compromisos en el torneo.

Pasados 21 minutos, y no sin sufrimiento, Novak estrenó su casillero. En el día nacional de Australia, la grada apoyaba mayoritariamente al joven italiano.

Jannik mandaba desde el resto. Con 4-1 se fabricó otras dos opciones de ‘break’. Acertó con la primera. El tanteo era de 6-1 y despertaba el murmullo general. Los aficionados presentes estaban cada vez más cerca de presenciar un momento histórico. Ver perder al tenista de Belgrado en el cemento de Melbourne es tan raro y único como ver caer a Nadal en la tierra de París.

Djokovic tomó por primera vez la delantera con el 1-0 del segundo set. Fue un espejismo porque sufría en cada turno de servicio. El ritmo de pelota de su adversario era mayor.

Tocado de la zona abdominal

Sinner, intocable al saque, volvió a distanciarse hasta el 3-1 y manejó esa renta hasta anotarse la segunda manga. Lejos de la sesión nocturna ‘Nole’ no es el mismo. El sol le afecta, tanto a nivel físico como mental. Sufría, además, dolor en el abdominal. Le delataban los gestos en la silla de cambios.

Raramente Djokovic se siente impotente. Por una vez vivía esa sensación en sus carnes. Los seguidores querían más tenis y le animaban más que nunca. Ni así le dio porque no tuvo una sola opción de rotura. Ni se quejaba con el paso de los minutos y mientras los juegos iban cayendo casi siempre del lado contrario.

El pupilo de Darren Cahill y Simone Vagnozzi tiene todos los golpes, incluido la volea a mitad de pista. Su víctima había perdido sólo 11 de las 36 semifinales de ‘Grand Slam’ disputadas. Nunca en Australia.

Pelota de partido

Una indisposición de un espectador hizo que el duelo se parara con 5-5 y 40-40 y servicio del serbio. Fue atendido y trasladado a una ambulancia. Novak forzó la muerte súbita en el tercer set y la decantó a su favor tras salvar una pelota de partido con 5-6. Una derecha de su adversario murió en la red.

Sinner firmó la sentencia con su quinta rotura. Ninguna se anotó el primer favorito del cuadro porque tampoco tuvo opciones para ello. La derecha que el italiano había fallado en el tercer set la metió en el último punto del cuarto.

Alcaraz, no tan lejos

La derrota de Djokovic permite a Carlos Alcaraz recortar 1.870 puntos al serbio en la gira por las Antípodas a pesar de haber disputado un único torneo y ceder en los cuartos con Alexander Zverev.

La segunda semifinal del cuadro masculino enfrentará a Daniil Medvedev y Alexander Zverev. Aunque la copa Norman Brookes, visto lo visto, empieza a teñirse con la bandera italiana. Sinner espera no pagar la novatada.