Kansas City logra la hazaña tras remontar a San Francisco en el Super Bowl LVIII. Los de Mahomes se llevaron el Vince Lombardi en un duelo defensivo y con oportunidades aprovechadas por parte de los campeones de la Americana.
Un duelo cerrado y con pocos puntos, pero con errores concretos de parte de los dos equipos, el destino del Super Bowl LVIII se definió en favor de Kansas City 25 – 22 sobre los San Francisco 49ers.
Tras los dos primeros cuartos, donde los 49ers se hicieron con la ventaja antes del Show de Medio Tiempo con el marcador 10-3 sobre los Chiefs, en una primera mitad dominada en gran parte por dos defensas fuertes, el partido no fue el más espectacular de todos.
Los 49ers iniciaron jugadas por tierra con las que rápidamente se adentraron en territorio de Kansas City gracias a tres jugadas consecutivas de más de 10 yardas. Sin embargo, cuando Christian McCaffrey corría por el lado derecho desde la yarda 29 de los Chiefs, cuando el corredor estrella perdió el balón, que fue recuperado por Kansas City.
Un Super Bowl con mucha defensa y puntos a cuentagotas
El juego se mantuvo en el departamento de las defensas, en un primer cuarto sin puntos, pero el ataque de San Francisco logró entrar al marcador, cortesía de un gol de campo de 57 yardas de Jake Moody, que resultó ser el gol de campo más largo en la historia de la Super Bowl.
Las defensas dominaron ampliamente el Super Bowl, aunque los equipos especiales también fueron decisivos. El pateador de los 49ers Jake Moody lanzó un gol de campo de 55 yardas en el primer cuarto, récord de una final en la NFL, pero Harrison Butker, de los Chiefs, lo superó con un lanzamiento de 57 yardas en el tercer cuarto.
Fue emocionante como Travis Kelce en el último acarreo a falta de 9 segundos, logró llevar muy cerca de la zona de anotación a los campeones de Americana, pero no lograron anotar un touchdown, pero con un gol de campo lograron el empate y los tiempos extra en el Súper Domingo.
El Pepazo/Marca