Manuel Paredes
El pasado Primero de abril se registró una explosión que destruyó el consulado de Irán en Damasco, capital de Siria, asesinando a 13 personas Atribuida a Israel, Irán prometió venganza frente a este atentado. Circunstancias que atizan la posibilidad de una nueva guerra, que se sumaría a la de Rusia- Ucrania e Israel-Gaza. Todo lo cual es reflejo del, incremento de las contradicciones interimperialistas por el control del mundo.
Hemos afirmado que la lucha por el reparto de un mundo ya repartido no cesa. Ubiquemos que el imperialismo chino, que configura el bloque emergente en alianza con Rusia, viene siendo el que está hegemonizando la economía en el mundo. De allí que Estados Unidos y sus aliados europeos e Israel se vuelven
más agresivos.
Aunque es importante destacar que China no está realizando ningún acto bélico en la actualidad. Aunque se constituye en factor de resguardo de Rusia a través del bloque del BRICS. Por lo cualquier tipo de sanciones que recibe Rusia por su invasión a Ucrania se ven minimizadas por ser este bloque una fuente muy amplia de recursos financieros y de compras de sus productos. Asimismo, se provee Rusia de un sinnúmero de bienes vitales para el desarrollo de su economía. Así, con las sanciones los rusos han visto una mayor diversificación de su aparato productivo.
Es en el campo de la guerra económica donde se ha concentrado Estados Unidos para enfrentar a China mediante el aumento de los aranceles de sus productos. En 2019, EUA aumentó al 25% el arancel a las importaciones de procedencia china, en un monto equivalente a más de $500 mil millones de dólares (Agosin y Rosales, 2019). Dicho incremento probó la caída de los principales mercados bursátiles como Dow Jones 6%, Hang Seng 13% y el compuesto de Shanghái 25% (BBC Mundo, 2019).
No obstante, de acuerdo con el Banco Mundial, en 2017 China alcanzó el puesto de la economía más grande del mundo en términos de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), mientras EUA se mantuvo como la primera economía
del mundo en términos nominales (Banco Mundial, 2021).
Este declive de la economía norteamericana ha impulsado su política agresiva en el caso del apoyo a Taiwan. Así, el acuerdo del reconocimiento a una sola China es cosa del pasado. De allí que se hayan producido constantes
operaciones conjuntas con Japón como las de este año 2024 con los portaaviones de la Marina de EE.UU. USS Carl Vinson y USS Theodore Roosevelt a los cuales se les unió el destructor de helicópteros JS Ise de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón; siete destructores de misiles guiados de EE.UU. y dos cruceros de EE.UU. para lo que la Armada llama un Evento de Cubierta Múltiple (MLDE) con el fin de establecer una posición de defensa del territorio taiwanés.
Por otra parte, Estados Unidos se encuentra en una situación de contradicción interna frente a Ucrania, dado que los republicanos en el congreso estadounidense se negaban a seguir financiando esta guerra. Trump, por su
parte, llama a finalizarla, según The Washington Post a través de varias personas familiarizadas con el plan. La idea de Trump para acabar con la guerra giraría en torno a presionar a Kiev para que ceda Crimea y la región del
Dombás a Rusia.
No es fácil para Estados Unidos seguir financiando una guerra que en la práctica se ve perdida y que viene generando graves problemas a Europa para obtener petróleo y gas. A lo que se suma la creciente inflación en todo el continente europeo. Se agregan los problemas internos en varios países de la UE, producto de las crisis de sus economías.
A esto hay que sumar el conflicto del Estado de Israel contra Gaza. El Estado sionista liderado por Netanyahu, se ha visto enjuiciado por las acusaciones que ha recibido en la Corte Internacional de Justicia por las denuncias de Sudáfrica por el genocidio en Gaza. Asimismo, las condenas que recibe en las Naciones Unidas donde el veto que realiza Estados Unidos salva a este país de sanciones, al no establecer alto al fuego para permitir ayuda a los habitantes y cesar la masacre a los civiles. Aunque lo más resaltante es la derrota política del Estado sionista por el rechazo que recibe de todos los pueblos del mundo por el holocausto que produce con el pueblo palestino y por contribuir de manera criminal con la perspectiva guerrerista mundial.
Viéndose Biden impotente ante Netanyahu para evitar el asalto final de lo que aún queda sin destruir de Gaza, lo lleva a ser parte del desprestigio y la condena mundial por esa práctica de matanza de civiles en esta región. Lo que aprovecha Trump para su campaña electoral en Noviembre, señalando lo siguiente: “Acabemos con esto y regresemos a la paz y dejen de matar personas. Y es una declaración muy simple”, “Tienen que terminarla. Acabar de una vez, y hacerlo pronto porque tenemos que… ustedes tienen que volver a la normalidad y a la paz”. (https://apnews.com. 4 de abril de 2024). Pero la reciente crisis del atentado en Damasco del consulado de Iran y la amenaza de represalias ha puesto a todos los Estados del planeta en situación de alerta. El temor de Estados Unidos no es sólo que se produzca un ataque contra intereses israelíes, sino la rápida escalada de la tensión en Oriente Medio que esa acción provocaría, con consecuencias difíciles de prever.
Ya esos ataques con drones han comenzado. Esperaremos el desarrollo de los acontecimientos. Venezuela no escapa a estas consecuencias, una de ellas es la posible extensión de las medidas de flexibilización de las sanciones para garantizar el suministro de petróleo venezolano. En medio de la tragedia, el incremento de precios y de producción de crudo venezolano, bien puede servir para que no haya excusa para un sustancial aumento de salario, aunque eso no ayuda a la dictadura a salvarse. Pero hay que exigirlo como nunca.
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