Embiid fue un tormento en un partido increíble. Decidido tras el descanso, pues los Sixers anotaron 43 puntos en el tercer cuarto y pudieron jugar con la ventaja en el último. El flamante interior de la selección de Estados Unidos para los Juegos de París 2024 no tuvo compasión y elevó su nivel. Por recursos y agresividad. Nadie desde Allen Iverson en la 2002-03 llegaba a 50 con los Sixers en post temporada. Y con una línea estadística fuera de lo normal: 13/19 TC, 19/21 TL, 5 triples, 8 rebotes y la victoria.

Fue duro, pero yo no soy alguien que abandona

Joel Embiid

«Fue duro, pero yo no abandono. No soy alguien que huya», reclamó. La rodilla, claro está, le molesta. Y hay más porque Adrian Wojnarowski, el gran gurú de la NBA, explicó que había sido tratado de un cuadro leve de Parálisis de Bell (afecta a los movimientos de los músculos de la cara) a mitad de semana. Todo para que la serie siga viva y los Knicks bajen un soufflé que por otra parte merecen ir cocinando.

La polémica

Eso sí, habrá polémica. Con 15-18 y jugándose el primer cuarto, el propio Embiid hizo una falta flagrante de tipo 1 por agarrar a Mitchell Robinson desde el suelo cuando iba a anotar. Los Knicks piden expulsión de ‘JoJo’ en un gesto feo que, además, provocó la salida del partido de su rival por los puestos interiores. «Fue sucio», reclamó Donte DiVincenzo. En los Sixers lo niegan todo. «No lo veo, lo siento», cerró Nick Nurse, su técnico.

Fue sucio

DiVincenzo

De cualquier forma Embiid tomó vuelo en un partido histórico. Nadie le metía tanto a los Knicks en Playoffs desde Michael Jordan con 54. Y es la mayor anotación en post-temporada desde los 57 de Donovan Mitchell en la burbuja de Orlando en 2020. Embiid hace historia y los Sixers vuelven a ser. El récord sigue siendo de Jordan en 63 a los Boston Celtics en 1986.