«La putrefacción puede persistir, pero también puede ser vencida. Depende de nosotros decidir qué crecerá en nuestro jardín.”
ANONIMO
Luis Semprún Jurado
“Ya la opudrición tiene candidato, o al menos eso es lo que dicen. Parece que ese es el «hasta el final» de la Loca. Creo no tener que explicar de dónde salió ese apodo.” – dijo Anacleto para iniciar su charla al nutrido grupo que le rodeaba. “Desde entonces la lluvia de opiniones que ha estado cayendo en las redes, «y que» sociales, no ha amainado. Decía Alejandro Dumas a finales de 1800 que «Las opiniones son como los clavos: mientras más se golpea contra ellas, más penetran» y esa es una realidad que no podemos evitar, porque al igual que los clavos, pueden resistir la adversidad y volverse más arraigadas cuando se enfrentan a críticas. Cuanto más se cuestionan o se debaten, más profundamente se incrustan en nuestra mente. En un mundo donde abundan las opiniones, a menudo divergentes, esta metáfora nos invita a considerar la importancia de la reflexión y el diálogo. No olviden que mayormente las opiniones son el resultado de una combinación de diferentes factores que incluyen la educación, la cultura, las experiencias personales y las influencias sociales, y que a menudo nuestras creencias se forman con el paso del tiempo, a medida que interactuamos con el mundo y procesamos la información que recibimos. Algunas opiniones se basan en evidencia sólida y razonamiento lógico, mientras que otras pueden ser más subjetivas o emocionales. Y aquí quería llegar. Cuando las «voces extremas dominan», ponen en peligro la Democracia, porque la «polarización política» a menudo moldea nuestras creencias por su resistencia a la crítica. A menudo existe un sesgo en la información y las personas tienden a buscar información que respalde sus creencias existentes y a descartar o minimizar la información que las contradice. Este sesgo puede fortalecer las opiniones preexistentes. Fíjense que para la opudrición nada de lo que diga el gobierno es verdad, porque sus opiniones están vinculadas a su identidad y cuando alguien critica sus creencias, lo sienten como un ataque personal, lo que los lleva a defenderlas con más fuerza. Camaritas, cambiar de opinión requiere esfuerzo mental y fuerza de voluntad. Por eso, algunas personas prefieren mantener sus creencias actuales en lugar de reconsiderarlas. Dense cuenta que la polarización política ha dividido a la opinión pública prácticamente en dos extremos opuestos, en los que las voces moderadas han perdido poder e influencia. Esto casi siempre trae para la democracia consecuencias negativas. ¿Recuerdan lo dividido que siempre ha estado la opudrición criolla y lo mucho que les cuesta el ponerse de acuerdo? ¿Recuerdan el 2015? ¿No les dije que el pueblo se daría cuenta de su error y lo enmendaría? ¿De qué sirvió el poder que le otorgaron? En esa oportunidad, a regañadientes, se unieron y llegaron, pero no la aprovecharon. Sin embargo aún sufrimos las consecuencias de esa mala experiencia: desacato, desconocimientos, autoproclamado, gobierno paralelo delictuoso, bloqueos, robos, etc. Bueno, no quiero cansarlos con lo que ya saben. Estos de hoy, que piden su voto, son los mismos de ayer que iban «hasta el final» y ponen cara de «yo no fui». Al final no me equivoqué, no quieren ganar la elección; quieren es el billete que da ser la cabeza de la opudrición, un fabuloso negocio. Por eso la actitud de la Loca. Sólo tienen que seguir las instrucciones del titiritero, el gobierno gringo que maneja los hilos y escribe el guion, pero sin llegar al objetivo principal. ¿Ustedes creen en verdad que los «apellidos» y las «castas» van a permitir que alguien fuera de su entorno logre tomar el poder? «Ni siquiera un criado que dominen. Eso es de ellos y de nadie más». Recuerden cómo estaba conformado el antiguo «Congreso dela República» y como era el peaje. ¿Ven? Recordar es vivir.”
Ya la parte de la oposición, que faltaba, declaró haber inscrito su candidato para el proceso electoral del 28 de julio, un tal Edmundo González. Es un hecho irrefutable. Esto ha traído un sin fin de comentarios y opiniones en las redes sociales, hasta de aquellos que jamás habían escuchado su nombre, como de otros que desean pruebas de quienes dicen apoyarlo. José Luis Sanpedro decía que los medios de comunicación son quienes generan la opinión pública, moldeando las creencias para que no vean ni entiendan la verdad en los hechos. Pero desde que existe internet nada hay oculto. Ya rueda en las redes un audio de una conversación del “candidato” con un amigo en el que usa expresiones misóginas, homofóbicas y racistas, un hándicap muy elevado en su contra. También corre la información que “el candidato” no vive en el país y que, a estas alturas, aún no aparece. Decía Ayn Rand que la realidad existe de forma absoluta y objetiva, y que independientemente de los deseos, sentimientos y temores del hombre, los hechos son los hechos. ¡No hay desmentidos hasta ahora!!
No voy a hablar de la clase media, aunque debiera, porque ésta continúa en el ciclo de subida y bajada, y la lucha de clases no ha cesado. Pero sí, siempre se ha deseado la comodidad, cosas mejores, un buen trabajo con buen sueldo, un lugar con buenos valores y donde todo sea tranquilo. Pero esto empieza por cada uno de nosotros. Todos queremos la verdad y nos la pasamos mintiendo, peleamos por justicia, pero callamos cuando hay un beneficio propio, gritamos: IGUALDAD, y juzgamos a los demás por cualquier cosa. Somos incoherentes, porque si en serio estamos tan ansiosos por un país mejor debemos comenzar desde el ejemplo que estamos dando y la persona en la que nos estamos convirtiendo. Cuando escucho “voy a votar por cualquiera menos por Maburro” veo retratada la dificultad al diálogo constructivo porque las posiciones se vuelven extremas y se hace más difícil encontrar puntos en común para llegar a acuerdos. La gente odia el racismo, la misoginia y la homofobia, y la polarización política pide votes por uno que presenta esas características. ¿Qué tal?
Decía Rosenbaum (sic): “La sabiduría surge luego de un cúmulo de dificultades”. Las dificultades nunca han cesado; unas inducidas y otras por errores cometidos. Pero luego de más de 900 sanciones contra el país, ¿no es lógico que se hayan cometido errores en la búsqueda de soluciones? Nadie es perfecto. Así como critican los errores deben reconocer los aciertos. Muchos derechos del pueblo, para la búsqueda hoy de un mejor vivir, no existieron en el pasado; los trajo Hugo Rafael y los ha continuado Nico. ¿Cuántas familias tienen ahora un techo digno bajo el que vivir? ¿O es que no se entregaron 4.500.000 viviendas dignas al pueblo? Un núcleo familiar cuenta con entre 4 y 6 miembros. Entonces ¿a cuántas personas benefició el gobierno a pesar de las sanciones, la basura de oposición que tenemos, el bloqueo, saboteos, intentos de magnicidio, corrupción, etc.? Piensen en una sola cosa buena que haya hecho la oposición y comparen. No quiero tapar el sol con un dedo: hay problemas, pero ya empezamos a ver luz al final del túnel y no deseo que eso se detenga. ¿Y ustedes?
Cuando escucho sobre las bondades del pasado, de jóvenes de los cuales puedo ser abuelo, me echo a reír; y se disgustan. Quieren saber más del pasado por cuentos, que yo que lo viví. Sus padres y/o abuelos no les han contado como se vivía entonces. Las matrices “cuando éramos felices y no lo sabíamos”, “antes los reales nos alcanzaban para todo” (¿Por qué se robaban la luz?), “podíamos comprar carro” (no tenían ni bicicleta), “podíamos ahorrar” (ni cuenta en un banco tenían), “podíamos ir al súper” (pero a ver, no a comprar), “había cupos en la universidad” (a muchas chicas le aplicaban “operación colchón por cupo”), son los mantras preferidos de la opudrición. Tratan de convencer a los ingenuos con mentiras. El gobierno trata de resolver los problemas de los servicios públicos. Pero si lo digo, de inmediato me llaman “enchufa’o”, “lamezuelas” y más. Si respondo, vienen las ofensas. Entonces, si clamas por igualdad, respeta para que te respeten. La idea no es atacar al mensajero sino la veracidad o no del mensaje. Eso se llama debatir. ¿Estás preparado para ello?
El Pepazo