La diferencia fue abismal y notable. Boston supo interpretar el partido de inicio a fin, castigó las deficiencias de Dallas y en ningún momento se dejó intimidar por Doncic. El único sublime de los Mavericks. Poco si quieren ser campeones de la NBA.
Boston sale increíble
La final no arrancó ‘tan final’ como se esperaba. Los Celtics salieron exteriores, forzando tiros y con un Kristaps Porzingis diferencial. Su intensidad y capacidad de sacar a Dallas abrió la primera situación peligrosa (28-18, 11′). No se quedaría ahí, pues otra racha de Tatum, Porzingis y Hauser abría un margen peligrosísimo. Mucha renta para iniciar una final (37-20, 12′). La mayor en la historia de un primer cuarto en una final.
Un aviso más que importante. Habitual en unos Celtics espectaculares en ataque todo el curso y a los que no se puede dejar al descubierto el cuello. Porque lo atacan con todo. Y Boston lo entendió. Brown, con un mate de concurso increíble, y el ingobernable Porzingis mantenían el margen (46-27, 18′). La incomodidad de Dallas fue más allá y Jaylen Brown, en otro momento de locura, sumaba un triple más un mate con robo para ampliar las distancias.
Solo Doncic, un tipo luchador, combativo y con corazón, mantenía el tipo de Dallas. Sus cinco seguidos (y qué cinco) para terminar el segundo cuarto reducían el margen (63-42, 24′), pero la distancia era notable. El esloveno estaba bien (17+5 al descanso), pero nada más a partir de ahí.
Doncic quiere final… pero Boston sigue al frente
Más que un aviso, un golpe. Los Mavs no podían permitir empezar así una final y se aplicaron el cuento al iniciar el segundo tiempo. Gafford presente, algún detalle de Irving y el brutal Doncic para reducir mucho el margen (70-56, 30′). El canterano madridista fue más allá. Y con dos triples consecutivos reducía la barrera de los 10 para abrir un partido prácticamente nuevo.
Pero no llegó a buen puerto. Boston se ajustó en defensa, Dallas empezó a precipitarse y los Celtics desataron, otra vez, sus triples. Tatum, Brown y Horford daban ante los errores y del partido nuevo se pasaba al visto anteriormente. Complicado para los Mavs (86-66, 36′).
El 107-89 certificó el 1-0 a favor de los Boston Celtics. Doncic brilló, pero se estampó ante la coralidad de los Boston Celtics. El inicio de Porzingis, minutos de gran calidad de Brown y Tatum, y un equipo que aprovechó al mal Irving y unos Mavericks alejados de su mejor versión. La Final NBA son palabras mayores.
El Pepazo/Marca