Si algo define al proyecto campeón de los Celtics son sus estrellas y su coralidad como equipo. En el lado del liderazgo, Jayson Tatum (31 puntos, 11 asistencias y 9 rebotes) y Jaylen Brown (21 puntos y 8 rebotes) jugaron un partido increíble. Marcando el tempo, el ritmo y los puntos. Holiday (15+11) también se unió, y sus otras ‘caras’ del monstruoso equipo, Kristaps Porzingis, Al Horford (9+9) y Derrick White (14+8), cumplieron como todo el curso. El anillo, ante unos Mavericks sin magia en el quinto partido, es merecido.
El plan perfecto de Boston
Boston salió en tromba desde el inicio. Aunque su primer momento interesante (9-2, 4′) fue contestado por unos Mavericks sin entonación pero sí con sentido defensivo, Dallas colapsó a partir de un triple de Dante Exum que les pegaba (21-20, 10′). Porque Boston respondió con Hauser desde fuera y penalizó la falta de cuidado con el balón. Tatum y Brown abrieron gas para un momento tremendo de los Celtics (28-18, 12′). Como el resto del curso, leen el momento y meten colmillo.
Y si ya la primera parte prometía con ese inicio de los Celtics, todo se elevó al máximo exponente con un segundo cuarto de escándalo. Abrió la veda de los triples y Jayson Tatum empezó a atacar como cuchillo en mantequilla las defensas de Dallas. Sus bandejas y su agresividad, claves (46-31, 17′). Porque si está bien, Boston es otra cosa.
Y fue a más en el desenlace de cuarto. Mazzulla intentó jugar con small-ball y cinco pequeños, pero los Mavericks se lo leyeron y a través de Gafford y Jones Jr. bajaron la barrera de los 10 (48-39, 21′). Pero el ‘Orgullo Verde’ corrigió rápido, apretó atrás y todo viró. Holiday, Brown y White devolvieron la afrenta y la locura llegó con el bocinazo del descanso. Primero, un triple de Tatum, y aunque Doncic se inventó un canastón como respuesta, Payton Pritchard hizo un milagro. Corrió en la última posesión y sobre la bocina anotó triple. Boom (67-46, 24′).
El camino al título
La diferencia era grande y Dallas, más por orgullo que por capacidad de cambiar las cosas, se siguió agarrando para que el marcador no fuese excesivamente abultado. Porque Boston empezó igual de fuerte tras el intermedio con grandes minutos de Derrick White y Al Horford, pero entre un Doncic con chispazos y el mejor trato de balón pudieron ir pegándose en ese margen de los 20 de diferencia.
Boston no atacó bien en el tercer cuarto, pero no perdieron su fuelle tras el buen final de Jaylen Brown y Sam Hauser (86-67, 36′) con fuerza hacia el aro. Bastaba para mantener el orden y seguir decididos hacia el anillo de campeón. Cosa que terminó por caer con otro episodio estelar de Jayson Tatum. Enlazó varias jugadas tremendas dentro del último cuarto, casi todas por fuerza y saber penetrar con ventaja. Y Dallas no tuvo más.
El anillo 18. La explosión total. Al ritmo del ‘We’re the Champions’ la ciudad de Boston lo supo. Era campeona de la NBA tras muchos años en el desierto. El anillo de la grandeza, el que les hace la franquicia más laureada. El que aparta a Luka Doncic de su sueño.