Santana, vencedor en la edición de 1966, perdió en la primera ronda un año después contra el estadounidense Charlie Pasarell. Fue el 26 de junio de 1967. Rafael Nadal también jugó en el primer turno de la central el 20 de junio de 2011, una temporada después de conquistar su segundo título en el grande de la hierba. En su caso derrotó a Michael Russell.
Su primer entorchado había sido en 2008, pero se perdió el torneo en 2009 por culpa de una tendinitis en ambas rodillas. La organización de Wimbledon invitó a Sebastián y Ana María, padres del jugador, a presenciar su primer partido como campeón en el exclusivo Royal Box. Esta vez presente en la primera fila se encontraba David Beckham.
Alcaraz, verdugo de Mark Lajal por 7-6(3), 7-5 y 6-2, se levantó como si fuera un día más. Entrenó dos horas y media antes del debut con el ‘sparring’ británico, Thomas Linley. Luego se fue a comer algo junto a todo su equipo, presente en su totalidad en Londres. El domingo se incorporó su médico, Juanjo López.
Carlitos empezó sacando. El tanteo se disparó hasta el 0-30. Vivía los nervios propios del debut. A pesar de jugar con segundos servicios, estrenó su casillero con cuatro puntos del tirón.
Era cuestión de tiempo engrasar la maquinaría. La hierba resbala especialmente en los primeros días de competición, sobre todo si la estrenas en la jornada inaugural, como era el caso del tenista de El Palmar.
Lajal plantaba cara gracias a saques con puntas de 210 kilómetros por hora. Pegaba duro y aguantaba los intercambios. Se fabricó un 15-40 en el quinto juego.
Salvó el primer punto de rotura el número tres mundial con un bote pronto que se convirtió en una dejada. No pudo con el segundo: 2-3. Murmullo en la grada por las prestaciones del desconocido jugador de Estonia.
El mayor momento de gloria de Lajal se alargó exactamente un juego y dos minutos, que es lo que tardó el defensor de la corona a igualar a tres el parcial. Lo hizo en blanco.
La derecha de Alcaraz ya era un arma imposible de contrarrestar. Se anotó 10 puntos seguidos. Le valieron para tomar de nuevo la delantera, 4-3.
Mark se lo seguía creyendo y ganaba puntos espectaculares en el camino a la muerte súbita. En el ‘tie break’, el pupilo de Juan Carlos Ferrero perdió el primer saque. Su oponente le estaba llevando al límite.
En el 3-3, Carlitos se lanzó a lo Boris Becker en la red, pero no llegó a devolver la pelota. El primer set caería del lado del mejor con una doble falta.
Lajal había muerto en la orilla. Le había pesado su inexperiencia para él era su debut en un grande. En la estadística del joven español aparecían ya 62 partidos, con 52 victorias y 10 derrotas.
En sus 13 presencias anteriores en los ‘majors’ siempre había pasado la criba inicial. Esta vez no iba a ser una excepción por mucho que su adversario pusiera todo el empeño del mundo en torpedear el objetivo.
Sólo tres jugadores ganaron cuatro ‘Grand Slam’ con 21 o menos años. El murciano está en esa carrera para ponerse en una lista en la que están Björn Borg, Boris Becker y Mats Wilander.
El sueco ya sabe de las habilidades de Alcaraz. No en vano le entregó el pasado 9 de junio la Copa de los Mosqueteros en Roland Garros.
Lajal no se iba a rendir y tuvo un 30-40 para situarse con 2-0 en el segundo set. Falló una vez, pero no la segunda. Se repetía el guión de la manga inicial. Al campeón le tocaba remontar y es lo que hizo. Utilizó la misma fórmula. Un ‘break’ a continuación y en blanco. Dos juegos seguidos sin perder un solo punto.
Alcaraz no estaba dispuesto a pasar mucho más tiempo del necesario sobre la moqueta verde. Es importante guardar energías para lo que viene. En su caso es una segunda ronda con Sebastian Ofner o Alexander Vukic. Puso la directa hacia la victoria 182 de su carrera, la octava seguida en Wimbledon.
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El Pepazo/Marca