«Las personas podrían aprender de sus errores, si no estuvieran tan ocupados negándolos.”
CARL JUNG
Luis Semprún Jurado
Buen día, querido camarita” fue el saludo de mi querido amigo Anacleto al verme llegar. Había algo más de gente que de costumbre así que busqué una silla y me senté a su lado. Parecía como si me hubiera estado esperando porque de inmediato comenzó su charla diciendo: “En los pasillos del poder, donde las alianzas se tejen como telarañas y las traiciones son moneda corriente, el chacal viejo camina con sigilo, con un andar que refleja su falta de capacidades físicas. Su apariencia, tan inocente como la de un cordero, esconde su piel curtida por los años de intrigas y traiciones ocultas, una mente afilada y un corazón endurecido por las cicatrices de décadas de ambición desmedida. Bajo esa simulación de cordero late la astucia de un estratega maestro, y su sonrisa encantadora es solo un disfraz para sus mañas secretas. ¿Saben ustedes a quién me refiero? Sí, claro que lo saben, porque su pasado poco inocente ha salido a la luz pública recientemente. ¡Y pensar que «la loca» cree que lo puede manejar! A simple vista, parece un político más, pero bajo esa fachada inocente, late un corazón de hielo y una mente maestra de la manipulación, entrenada por los expertos en el arte del engaño de la CIA, que lo reclutaron en sus tiempos de mozo mientras fingía servir en el cuerpo diplomático de su país en EEUU. Camaritas, las mañas secretas del chacal viejo que apodan «Inmundo» son variadas y mortales, pues sabe cómo sembrar la discordia entre sus «y que amigos» y cómo crear alianzas temporales para luego traicionarlas sin piedad. Por eso siempre tiene cerca a los Ramones. Puede convertir a un aliado leal en un enemigo acérrimo con una sola palabra susurrada al oído, y tiene su red de informantes, por lo que nadie está a salvo de su escrutinio. El chacal viejo juega un juego peligroso; sus enemigos internos lo subestiman, creyendo que su piel de cordero es genuina. Pero él siempre está un paso adelante. Sabe que la ambición puede ser su perdición, pero no puede evitarla. La política es su tablero de ajedrez, y cada movimiento es una jugada mortal. La traición a la patria es solo una herramienta más en su arsenal. Y mientras la loca y los demás luchan por el poder, él sigue moviendo sus piezas, esperando el momento perfecto para revelar su verdadera naturaleza y sus verdaderas intenciones, sin que la gente a su rededor lo note. Es así como el chacal viejo, oculto en piel de cordero, quiere entrar en los anales de la política. Será un recordatorio de que en este juego de mañas, nadie es inocente y todos tienen algo que esconder. No crean que su proceder sea auténtico porque siempre trata de tener un as bajo la manga. Así encandiló a la loca, que cree que mueve los hilos y que lo domina. El chacal viejo es un maestro en el arte de la simulación. Sus palabras fluyen suavemente, pero detrás de ellas esconde agendas ocultas y alianzas cambiantes. Siempre está calculando su próximo movimiento. Cuando sonríe ante las cámaras, está tejiendo una red de mentiras. Su fachada inocente es su mejor arma, y la gente cae en su trampa una y otra vez. Un excelente aprendizaje de un entusiasta alumno de la CIA, socio y subalterno del «matacuras» en los asesinatos en El Salvador. Por eso, hoy más que nunca, tiene mucha validez el viejo refrán que dice: «Del agua mansa líbrame Dios, que de la mala me libro yo». ¡O sea!”
Quedan pocos días para el inicio de la “campaña electoral oficial” y unas tres semanas y pico para el proceso eleccionario presidencial. Las redes sociales están que arden y la guerra de encuestas, creíbles o no, es el pan de cada día. El panorama narniano, que algunos presentan, nos quiere hacer creer que la dupla del viejo chacal y la loca han logrado el 90% de aceptación, dejando para el resto de los candidatos apenas si un 10%, incluyendo a Nicolás. Desde el imperio hegemón llegan otras encuestas que, contradiciendo las anteriores, le dan a Nicolás algo más del 50% en la intención de votos y apenas si un 20% a la dupla, que según la ultra derecha sipaya radical criolla, son encuestas “pagadas” por el rrrrrrrégimen. Lo que parece dilucidar la verdad de todo es que, horas antes de que empezara este escrito, el gobierno de EEUU, ante la “aparente inminencia” de un triunfo de Nicolás y la necesidad de acceso confiable a una fuente de petróleo, ha “suspendido”, “eliminado”, “cancelado” las sanciones que impedían su explotación y comercio libremente por parte de nuestra PDVSA. ¡O sea!
Decía Robert A. Heinlein (sic): “Se puede influir en mil hombres apelando a sus prejuicios más rápidamente que convencer a uno mediante la lógica”. Para muestra un botón: ¿Quién puede creer que “el pueblo” le dio un mandato a la loca cuando no puede probar que tan siquiera hayan votados, en el parapeto de la primaria, unas quinientas mil personas, de un universo electoral de más de veinte millones?, ¿quién en su sano juicio puede creer que “el pendón” goce del 90% de apoyo tan sólo porque es el “propuesto” por la loca? ¿No cree que es estúpido saber la verdad, ver la verdad, pero seguir creyendo las mentiras? No se puede cambiar “a la gente que te rodea”, pero si puedes cambiar “la gente que te rodea”. En ese cambio radica la diferencia. No se puede andar con gente programada mentalmente que repite lo mismo una y otra vez, con la intención de adoctrinarte para que creas sus mentiras sin dudar. ¿Quién puede creer en lo que dice la loca, si lo que dice o hace hoy lo niega mañana? ¿Quién se puede dejar engañar nuevamente porque le presenten un chacal con piel de oveja?
El problema más grave de la oposición es que no puede tapar el sol con un dedo. El pasado ominoso del chacal viejo no empieza con su complicidad con Leopoldo Castillo, (a) matacuras, y su responsabilidad en el asesinato de estudiantes, curas y campesinos, mientras cumplía funciones diplomáticas en El Salvador, sino en el momento en que fue “reclutado y entrenado” por la CIA porque desde noviembre del 76, era “funcionario en la Embajada de Venezuela en EEUU”. Eso se llama, sin medias tintas, “traición a la patria”. Es la CIA la que logra que en julio del 81 lo transfieran a El Salvador bajo el mando de otro agente suyo que fungía de Embajador, quién de acuerdo a supuestas declaraciones de testigos, también estuvo implicado en el vil asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Según noticias aparecidas para la fecha en diarios como el New York Times de EEUU y El Nacional de Venezuela, “personal de alto rango” de la Embajada de Venezuela estaban implicado en todas esas muertes: el Embajador Leopoldo Castillo y su Consejero Edmundo González.
La pregunta de las cien mil lochas es: ¿Qué sabrá la loca del chacal viejo que cree poder manejarlo? ¿Cómo hará el chacal viejo, en un utópico caso de ganar, para librarse de la loca? ¿Qué papel jugarán los Ramones en ese intento? Sabemos que vivía sin sobresaltos, pero con muchos cargos de conciencia, en EEUU y que para que aceptara venir a esta aventura de ser candidato tuvo que haber mucho verde de por medio o amenazas del imperio, o ambas. Quizá, a sabiendas que venía para perder, vio la oportunidad de, tal cual hizo el pelanalgas autoproclamado, apoderarse de una buena tajada de los bienes criollos en EEUU que le permita vivir sin preocupaciones. Se nota en su aspecto y su vestir que no es hombre de fortuna. ¿Sabría la loca de su ominoso pasado cuando lo seleccionó? Porque ella será la perdedora total a pesar de que aspira a manejar los fondos que, a través de fundaciones y “otras cositas”, llegan desde el exterior. Creo que el no lograr tomar el poder la frustrará de tal manera que le devorará las entrañas. ¿Perderá? Pero qué, si no se puede perder lo que no se tiene.
El circo seguirá mientras haya gente que pague la entrada y aplauda a los payasos. Pero es necesario recordar que Sócrates decía que la gente inteligente aprende de todo y de todos, la gente promedio aprende de sus experiencias y la gente estúpida ya tiene todas las respuestas. Demasiadas personas piensan que la grama es más verde en otro lugar, pero la grama es más verde donde la riegan.
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