A 138 años del natalicio del Simón Bolívar gringo…¿no lo crees? Acá te echo el cuento con la aproximación a los hechos que exige la rigurosidad de la historia…
Luis Carlucho Martín
Este 24 de julio de 2024 Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco cumpliría 241 años de edad y el día siguiente Caracas llega a sus primeros 457 años de fundada. Par de fechas para conmemorar, celebrar, recordar, sin dudas, sobre todo por lo que han representado tanto el personaje como su ciudad natal para la historia de este indómito, pero a veces descarriado, país.
Por cierto, con este vendaval de informaciones y desinformaciones circulantes como «Pedro por su casa» en las redes sociales, se observa que varios grupos tratan de posicionar la imagen de Simón Bolívar como un militar que por convicción y trajín fue hombre conquistador de territorios a favor de los Estados Unidos y murió en batalla en el marco de la II Guerra Mundial. Historia que quizás muchos expertos conozcan; no obstante, exploraremos en aras de evitar posibles confusiones, intencionadas o no, en el lector común.
El caraqueño liberó
El título de Libertador conferido a Simón el caraqueño se lo ganó sobre la base de sus épicas jornadas, batallas, entrega y la confirmación de cinco naciones arrebatadas del yugo español del siglo antepasado.
Por su parte, el militar estadounidense, colombroño de nuestro padre de la patria, según relatan, también fue un aguerrido militar que al igual que su padre –otro tocayo del consentido de la Negra Hipólita– alzó sus armas, por supuesto y suena lógico por sus raíces, a favor de la causa del gigante norteño.
La diferencia es básica. Simón Bolívar el criollo dio su vida por brindar libertad. Los Simón Bolívar norteños, como soldados, se entregaron en luchas por fortalecer su país… Dos causas aunque guerreristas, diametralmente opuestas por los distintos intereses geopolíticos. Asuntos bélicos, diría cualquier analista de guerra. Cómo sea, el Bolívar nuestro es único y, sobre todo, irrepetible.
Mientras el caraqueño habló con sus espíritus, sus sueños y sus dioses durante su Delirio sobre el Chimborazo, los de allá, los Simón gringos proyectaron sus luchas para afianzar los cimientos de su estatua que representa su Libertad… así como otros íconos de coloniaje imperial a costa de otros pueblos.
¿Otros Simón Bolívar?
No se trata de imponer teorías descabelladas ni mucho menos. Tampoco es para generar absurdas polémicas que podrían intitularse El Imperio Contraataca. No. Nada de eso. Simplemente se trata de poner en orden las cosas y reivindicar el siempre espíritu libertario del Simón venezolano.
Si te bautizan con el nombre de alguien admirado lo más lógico sería al menos honrar –aunque fuere en lo más mínimo– la memoria y el legado de ese personaje.
Oído: Vergonzoso es asumirse bolivariano y no priorizar la verdadera libertad integral.
En 1823 –siete años antes de la muerte de Bolívar el caraqueño– nació en Columbia, Estados Unidos, el tercer hijo del herrero fabricante de armas Aylett Hartswell y su esposa Elizabeth Ann Buckner. Este hombre tenía una especial sensibilidad por la historia independentista de América del Sur, debido a las noticias que llenaban los escasos periódicos de entonces.
Asegura la crónica internacional que Mr Aylett, devoraba la prensa del momento con especial interés en las acciones heroicas de Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y José Francisco de San Martín, por lo que sabía lo que representarían esos nombres para la sucesiva historia mundial.
A partir de allí tuvo el acierto de bautizar a su tercer vástago con el nombre de Simón y renunciando a su apellido le puso Bolívar. ¿Acaso la heroicidad y el ADN de genio bravío se transmiten por caprichos? En cambio, la madre orgullosa y no tan fanática de las causas libertarias, hizo que su apellido se respetara. Es así como nace Simón Bolívar Buckner, quien creció bajo el entusiasmo guerrerista del padre.
Quizá por ello se formó en armas y se volvió un destacado militar. Un sitio en Facebook reza: “Simon Bolivar Buckner (sin acentos, obvio) creció escuchando los relatos de su padre sobre los héroes del sur y heredó esa pasión, por lo que se alistó con solo 17 años para luchar en la guerra contra México. Por su lugar de residencia, en la guerra civil de los EEUU luchó en el bando Confederado rindiéndose frente al General Ulysses Grant al caer en la batalla de Fort Donelson”.
Cuando debutó como padre, casualmente en julio pero el 18 de 1886, le transfirió a su primogénito su mismo nombre. Desde entonces la historia registra a Simón Bolívar Buckner Jr como el joven que se crio en ese ambiente marcial con indefectible influjo en su formación militarista y pronto enrolamiento en el ejército de su país, con el que intervino en las dos guerras mundiales incluyendo algunas batallas en Alaska.
Ya como General pasó a la historia como el oficial de más alto rango dado de baja en combate durante la ocupación estadounidense a varias islas asiáticas.
Asignado como líder de la infantería en el Pacífico logró honores por sus resultados en la batalla de las islas Aleutianas, y al mando del 10° ejército conquistó las islas Ryukyu, de estratégico interés geográfico.
La inmediata conquista de Okinawa le vale la Medalla por Servicio Distinguido del Ejército, y decide pasar revista de reconocimiento al sitio, entonces es alcanzado por la certera puntería de un francotirador japonés, lo que agrega a su foja la póstuma medalla Corazón Púrpura. Así la historia registra que Simon Bolivar Buckner Jr muere en combate durante la II Guerra Mundial.
Mientras sus restos yacen en el cementerio de Arlington en Washington DC, los de nuestro Simón, el caraqueño, enaltecen cada día el valor y el sentido patrio y libertario que se respira en el Panteón Nacional.
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