Manuel Paredes
Esta frase fue famosa en una época en la que el chavismo dominaba la escena política en Venezuela, no solo por el control de los poderes, sino por el manejo de masas. Es que, inicialmente, la mayoría de la población venezolana desde el año 1998, se identificó con Chávez y el chavismo. Luego fue decayendo, hasta llegar a una escala en que apenas puede apoyarse en el llamado lumpemproletariado para mantenerse en el poder. Es decir, en los desclasados, por cierto, existe una tesis de grado de la compañera Secretaria Nacional Juvenil de Bandera Roja que estudia este asunto.
Para el marxismo las tendencias están orientadas por leyes que se materializan en la realidad concreta. Por determinaciones concretas que configuran el comportamiento que se establecen en la sociedad. Aunque Marx se centra en las consideraciones acerca del capitalismo, en el desarrollo de la producción capitalista, en el necesario incremento continuo del capital invertido en la empresa industrial, dada la competencia. Lo que impone a cada capitalista individual, como una ley coercitiva externa. Son leyes inmanentes del modo de producción capitalista lo que determina su desarrollo. Lo constriñe a expandir continuamente su capital para conservarlo, y no es posible expandirlo sino por medio de la acumulación progresiva.
Esta situación conduce Inexorablemente a la tendencia a la caída de la tasa media de ganancia. Marx plantea la inevitabilidad de la reducción de la rentabilidad del capital, la cual se relaciona con la teoría del valor. Es decir, es
expresión de la ley del valor, lo cual demuestra lo contradictorio del capital, porque conlleva a la vez a aumentar el nivel de sobreexplotación de los trabajadores para seguir manteniéndola. Menor valor de la mercancía, más
calidad y menor su precio. Pero menos rentabilidad aunque triunfe el capitalista en cuestión, sobre otros capitalistas.
En Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro, al que un sector bien sea por ignorancia o por propaganda anticomunista califica de socialista, desarrolla una política neoliberal para favorecer la ganancia de sectores del capital. Principalmente al capital Chino que, como gran potencia imperialista, sufre la tendencia a una disminución de la tasa media de ganancia en su territorio y busca por la vía de la exportación de capitales frenar si caída. Así, en diversos países realiza inversiones directas e indirectas para obtener mayores ganancias. En el caso venezolano por medio de la implantación de las zonas económicas especiales, buscan alcanzar esa meta. Ya no solamente se trata de extracción de materias primas, petróleo y minerales, principalmente. Sino ahora
buscan invertir en el ensamblaje en esas ZEE. En las cuales se niega todo tipo de derecho laboral y se desarrolla una sobreexplotación de los trabajadores.
Pero aparte de ello, el gobierno chavista, al negar cualquier aumento y dar solamente bonos, beneficia no solo al capital imperialista, sino a los capitales nativos, que dan todo su respaldo a esa política. Por ello no es casual la
postura de Fedecamaras que niega aumento alguno de los salarios.
Siguiendo en el análisis de la tendencia, está la relación dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo. Lo que produce cambios cualitativos en la sociedad, producto de esas contradicciones entre la realidad existente y la necesidad de un cambio. Hoy es evidente que se ha producido un cambio en la correlacion de fuerzas políticas, producto del desgaste que durante 25 años ha tenido esta mal llamada revolución. Es que no ha beneficiado a la gran mayoría de venezolanos. Por el contrario, ha sumido en la miseria a la mayoría de la población. Ha establecido un estado autoritario que persigue y encarcela a los opositores. Producto de estas circunstancias ha conducido a una gran parte de los ciudadanos a una diáspora que no guarda precedentes.
Hoy, como producto del proceso electoral del próximo 28 de Julio, la población ha manifestado su intención de buscar un cambio. Las encuestas así lo reflejan. Más que eso, se siente en las calles. En los centros educativos. En la fabrica. En todos los centros de producción e instituciones. Por lo que es imposible que puedan ganar la elección presidencial por la diferencia abismal en contra de Maduro.
Recientemente, hicimos una encuesta en Maracaibo bajo la dirección de quién suscribe. Refleja el estudio una intención de ir a votar en un 72% de los ciudadanos. Una abstención de 28%. Con una preferencia a favor de Edmundo González Urrutia de 55% y de Nicolás Maduro de 17%. Esta tendencia no es distinta a otras encuestadoras que ubican a EGU con una intención de votos entre 55 a 66% y de NM entre 17 y 24%. Cifras muy difícil de revertirse, a una semana de las elecciones. Por lo que hace recordar la famosa frase que se
decía desde el CNE: la tendencia es irreversible.
Por supuesto, el asunto, no queda allí, se abren las especulaciones sobre el comportamiento del gobierno sobre estos resultados. Se está en una incertidumbre de si el gobierno respetará la voluntad popular o decide lo
contrario. Por lo que es responsabilidad de todos estar atentos el 28 de Julio para defender el triunfo, tal como se dice en el argot hípico para cobrar lavictoria.
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El Pepazo