«Sólo creo lo que quiero creer, sólo escucho lo que quiero oír.”
MÁXIMA OPOSITORA
Luis Semprún Jurado
“Entonces tenemos que entender que en un mundo donde la verdad y la mentira coexisten en un delicado equilibrio, el arte de mentir y engañar se ha convertido en una habilidad tanto temida como admirada”, decía Anacleto al momento de mi llegada; me guiñó el ojo en señal de saludo y continuó: “tenemos que ser muy cuidadosos al explorar las profundidades de la psicología detrás del engaño, para poder desentrañar las motivaciones y estrategias que llevan a las personas a distorsionar la realidad. Son los «dueños de los medios de incomunicación de hoy en día», con sus «presstitutes» los actores principales con un guión bien preparado. ¿Creen ustedes, queridos camaritas, que es fácil, a través de un análisis detallado, examinar las diferencias entre la mentira y el engaño, y destacar cómo se manifiestan en diversos aspectos de la vida cotidiana, desde las relaciones personales hasta el ámbito profesional… y además, abordar las consecuencias éticas y emocionales de vivir en un mundo donde la verdad es a menudo una víctima colateral? ¿Creen ustedes que titulares como: «María C. Machado, la mujer que busca cambiar a Venezuela» o «Hay “pruebas abrumadoras” de la victoria de Edmundo González Urrutia en Venezuela, según EE.UU» de EFE, o «Hasta los chavistas se cansaron de Maduro» de BBC, no son engañosos, ni tienen una intención sensacionalista, ni están diseñado para provocar una reacción emocional fuerte en el sector opositor malinche venezolano y en la derecha internacional? Esos titulares han sido el pan de cada día desde el 28 de julio, fecha en la se celebró el proceso electoral presidencial. ¿Qué piensan ustedes de un titular como: «Maduro dijo que si no ganaba habría un baño de sangre», está descontextualizado o qué? ¿Qué buscaban con un titular de esa índole? ¡Ah, no, eso fue lo que dio a entender! Y hay quienes piensan que la Sayona es una «santa paloma» y que Nico es un malvado, mentiroso colombiano, delincuente usurpador de la presidencia del país, que es el mantra de la malinche. Entonces es claro que habrá que echarle una miradita a las técnicas existentes que se utilizan para detectar y prevenir el engaño… y ponerlas en práctica, porque es la única manera de navegar en un entorno donde la deshonestidad es una amenaza constante. El fraude develado, enfrentado y derrotado de la Sayona, con eso de «yo tengo las actas que dicen que ganamos» y resulta que ni las tienen todas, ni las que tienen coinciden con las de los demás participantes, ni las que produjeron en una página web, en la que compraron alojamiento por un año el día anterior al proceso, tienen aspecto creíble ya que hasta los muertos revivieron para votar, ah, y Nicolás no aparece como votante (aunque yo vi por tv su acto de votación), fue apoyado «inmediatamente» por su amo y algunos vasallos de éste como estaba previsto. Triste fue cuando tuvieron que recular y decir que «aún no poseen suficientes elementos para declarar ganador a su pupilo» junto a sus perros falderos. Creo les bastó el costoso ridículo del pelanalgas Guaidó que bastante real les sacó y ahora vive como un pachá a sus expensas y a lo robado a todos los venezolanos. Y «al final del día», se verán en la obligación de reflexionar sobre la importancia de la transparencia y la autenticidad en la construcción de una sociedad más honesta y justa, en contraste con los desastres que dejan cada vez que «llevan democracia y protegen» a países con generosos recursos naturales. Porque… ¿alguno de ustedes conoce tan sólo un país al que EEUU haya «intervenido en nombre de la democracia, en defensa de los derechos humanos y por la paz» que no haya quedado despedazado y en ruinas? ¿Tan sólo uno?, no pido más. ¡O sea!”
En esta era de la información, la desinformación se ha convertido en una amenaza omnipresente. Estoy convencido de que los titulares engañosos de medios tanto nacionales como internacionales son aún más peligrosos que las noticias claramente falsas que siempre nos quieren vender. Ya se ve como normal todo tipo de encabezados sin contexto, diseñados para cazar bobos, que se viralizan rápidamente en redes sociales, amplificando su impacto y erosionando la confianza pública, con la ayuda de actores malintencionados. No tienen más que fijarse en la guerra de titulares engañosos que han abundado desde el día de la elección, todos direccionados, antes de que se conocieran los resultados, a hacernos creer que el candidato tapa manejado por la Sayona había ganado. “Ganamos y ahora tenemos que cobrar”, “Tenemos las actas que demuestran nuestro triunfo”, “Maduro, vete ya, que ni los mismos chavistas votaron por ti porque no te quieren”, “Dijiste que ibas a reconocer los resultados”, “Transición pacífica ya”, son sólo algunos ejemplos de ello.
Pasada más de una semana del evento, aún se discuten las tácticas utilizadas por actores malintencionados para explotar estos titulares y cómo los algoritmos de las plataformas sociales contribuyeron a su difusión masiva. Sin embargo, nadie les contó algo no sabían y que se convertiría en la piedra de tranca para sus aspiraciones fraudulentas: todo archivo transmitido por medios electrónicos, bien sea una foto o un documento, tiene una huella digital llamada “METADATOS” que es la única prueba de su legitimidad. Estos metadatos son muy útiles para determinar si un documento es original o ha sido manipulado, porque incluyen información sobre cuándo se creó y cuándo se modificó por última vez; pueden mostrar quién creó el documento y qué software se utilizó; mantienen un registro detallado de todas las ediciones realizadas, incluyendo quién hizo cada cambio y cuándo; cuando un documento se altera o “manipula”, los metadatos registran que hubo un cambio a pesar de que solo los más recientes fueron los que quedaron visibles, y los anteriores cambiados.
Pues bien, de nada les sirvió alquilar un alojamiento web por el lapso de un año para almacenar allí las actas que pudieran recabar con el fin de alterarlas para sus fines perversos, y mostrarlas como pruebas de su triunfo. Primero, porque en vez de las treinta y pico mil actas solo mostraban unas nueve mil y algo, y segundo, porque se notaba a simple vista que las imágenes escaneadas habían sido muy burdamente manipuladas; muchas carecían de la firma de los testigos y otras de la firma del operador de la máquina de votación. Además, al compararlas con las actas de los demás participantes no había coincidencia, mientras que entre las de los demás candidatos sí. Bueno, esas actas mostraban que Nico no había votado, ¿pueden creerlo? Entiendo la furia que les debe haber dado al ver que su plan había fallado, en especial con lo del hackeo de la transmisión de datos, que no la impidió pero si ralentizó; de haberlo logrado hubieran tratado de incendiar el país alegando haber ganado y que les estaban robando el triunfo mostrando lo que tenían como prueba.
Debo comentar que dirigentes de la calidad y experiencia de López Obrador, Lula y Petro fueron víctimas propicias del fraude de titulares engañosos. La trama del macabro plan fue tan bien elaborada que era difícil creer que fuera una mentira y que en verdad los que cantaban “fraude” eran quienes lo cometían. Pero al aflorar las primeras verdades empezó el recule gringo, seguido por el del fascista de Milei. Quien sigue con su cantaleta es Burrel, que en poco tiempo debe estar de salida al igual que lo está Almugre, siempre con su discurso de odio. Ah, y la Sayona sigue hablando de “transición” como el pelanalgas. Nico, en una jugada magistral inesperada, acudió a la Sala Electoral del TSJ para que investigara cuales son las actas válidas entre las del CNE y las de la Sayona. El resultado del peritaje dilucidará el embrollo y su decisión no tiene apelación. Un actor inesperado mostró su verdadero rostro e intenciones al tratar de manipular la conducta del elector por medio de su empresa: Elon Musk, otro al que ofrecieron villas y castillos y que se quedará con los crespos hechos.
Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo