Stephen Curry dejó claro en la ciudad del amor que lo suyo no tiene comparación posible. En París, el base colocó un broche de oro a una carrera que sigue llenando páginas de oro en la historia. Bercy fue testigo de dos actuaciones de leyenda que salvaron al Dream Team de Estados Unidos y supusieron la medalla de oro. Le faltaba a Curry, y el mundo del deporte rompió en aplausos.
Nunca había jugado contra alguien así en mi vida
Aleksa Avramovic
Pero Curry es mucho más que esos dos partidos. Viene de lejos, adaptando su juego a un volumen y acierto jamás visto con anterioridad, formando parte de un libro de estilo que reventó la NBA, el de los Golden State Warriors. Y así lo hace ver Steph, que cuando fue preguntado por su mejor jugada ganadora no eligió las de Paris 2024. Prefirió otra obra de arte, la de febrero de 2016 ante los Oklahoma City Thunder. Allí metió 46 puntos y 12 triples, con el último a menos de un segundo para ganar.
Ocho años después la historia se repite. Curry no encuentra respuesta en sus rivales. Manda, domina y sus triples cambian partidos. Ante Serbia (36 puntos) y Francia (24) ocurrió en los Juegos de París y la justificación de sus defensores ya no encuentra argumentos lógicos. “Es un milagro”, dijo el base serbio Aleksa Avramovic al medio serbio ‘Mozzart’.
Necesita un milímetro de espacio, literalmente
Aleksa Avramovic
Alucina, como muchos otros, con Curry. Llegará al curso 2024-25 de la NBA con energías renovadas, opciones plenas y en unos Golden State Warriors que han cambiado de guion al no extender su contrato con Klay Thompson y, de momento, no ofrecer un contrato de larga duración a uno de sus jóvenes destacados, Jonathan Kuminga.
Para recibir en tu celularesta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo/Marca