Cuando Kathrine Switzer desafió a las normas en 1967 y se convirtió en la primera mujer en correr un maratón de forma oficial en Boston, ningún hombre había bajado de las 2h10 minutos en la prueba fetiche de fondo mundial -el australiano Derek Clayton lo lograría apenas meses después en Fukuoka-.
Hoy, más de 57 años después, una mujer ha corrido un maratón en 2h09:56. La protagonista ha sido la keniana Ruth Chepngetich en Chicago, el mismo escenario en el que el añorado Kelvin Kiptum -fallecido de forma trágica en un accidente de tráfico en febrero ded 2024- batía el pasado año la plusmarca masculina, quedándose a sólo 36 segundos de romper la mítica barrera de las dos horas.
Chepngetich, oro mundial en Doha 2019, ya había sido la mejor por las calles de la Ciudad del Viento en 2021 y 2022, la última vez con la cuarta mejor marca de la historia (2h14:18), pero la exhibición de hoy no tiene parangón en la historia del maratón femenino.
La keniana avisó desde los primeros kilómetros de sus ‘aviesas’ intenciones con parciales que eran más propios de los hombres que de las mujeres hace apenas unos años. Los 5 los pasaba en 15 minutos justos y los 10, aún en compañía de la etíope Sutume Asefa Kebede, en 30:14.
Ya al paso del 15K aventajaba en dos minutos a su compatriota Joyciline Jepkosgei, toda una ganadora en Londres y Nueva York, y en el medio maratón dejaba una marca casi irreal: 1h04:16, un registro que la situaba quinta de todos los tiempos en esta distancia… cuando aún le esperaban otros 21 kilómetros.
Chepngetich, arropada por sus dos liebres, fue perdiendo algo de fuelle con el paso de los kilómetros pero había acumulado una ventaja tan grande con respecto a los parciales de Tigst Assefa en Berlín 2023 -hasta dos minutos más rápido en el ecuador de la carrera-, que era evidente que la plusmarca mundial de la etíope (2h11:53) iba a caer fulminada salvo que mediara un desfallecimiento.
Al paso del kilómetro 30 (1h31:49), el ritmo de Chepngetich pronosticaba aún una marca claramente por debajo de los 2h10. En concreto, 2h09:09. Había que frotarse los ojos porque estábamos a las puertas de un terremoto en el atletismo femenino.
Estoy muy contenta de devolver el récord del mundo a Kenia y se lo dedico a Kiptum. Correr en Chicago es para mí como correr en casa
En el kilómetro 35 (01:47:32), la nueva plusmarca mundial parecía segura pero la gran pregunta era si iba a bajar de 2h10. Las proyecciones la situaban en meta en 2h09:38 pero había bajado la frecuencia de su elegante zancada, algo más que lógico tras su ritmo ‘suicida’ de la primera mitad de carrera.
El kilómetro 40 arrojaba una marca de 2h03:11 para una proyección final de 02:09:57. La emoción era máxima. ¿Lo iba a lograr la keniana? Chepngetich debía saber en esos momentos que acariciaba una marca para la historia porque apretó los dientes en esos 2.195 metros finales y se vació por completo, para llegar exhausta a meta -tuvo que ser sujetada para no caer desplomada- con un crono final de 2h09:56.
La keniana superó finalmente en casi ocho minutos a Kebede (2h17:32), con la keniana Irine Cheptai completando el podio (2h17:51). «Estoy muy contenta de devolver el récord del mundo a Kenia y se lo dedico a Kiptum. Correr en Chicago es para mí como correr en casa», aseguraba Chepngetich tras su descomunal machada.
Doblete keniano
El etíope Mohamed Esa fue segundo con 2h04:39 y el keniano Amos Kipruto subió al tercer escalón del podio con un registro de 2h04:50.