José Cedeño
Es un cuento escrito por el trujillano Ednodio Quintero en 1974, la muerte viaja a caballo es un cuento breve, donde el hombre ve venir la muerte a caballo, en que precisamente estaba pensando, toma su arma de fuego y le apunta se oye un estruendo ensordecedor, cuando se acerca para observar se da cuenta que el muerto es el mismo y quien era ese hombre el abuelo, el abuelo era la muerte, la muerte es el abuelo concluyendo nadie se escapa de ella.
Las motocicletas también conocidas como los caballos de hierros, están en la cúspide de los accidentes de tránsito en este país y la mayor parte de esas muertes están comprendidas entre las edades de 19 a 49 años es escalofriante observar las estadísticas, y a pesar que contamos con muy buena legislación para regularizar este problema no es aplicado adecuadamente, con políticas de prevención de accidentes ineficientes se estima que diariamente en este país 50 motos están involucradas en accidentes cifra de muertes y lesionados, escalofriante.
Los motociclistas tienen 28 veces más probabilidades de morir en su caballo de hierro que los automovilistas, la imprudencia, las altas velocidades, violación de los protocolos de seguridad, la sobrecarga de pasajeros y de carga inadecuadas de los caballos de hierro, sumado a la inexistente controles por parte de las autoridades sean municipales, estatales o nacionales.
Salir a dar un relajado paseo por cualquier ciudad de Venezuela sea convertido en una carrera de obstáculos, se meten por la derecha, por la izquierda de frente, los encuentras hablando por teléfono, y lo más temerario escribiendo texto, los encontramos hasta cuatros pasajeros en una moto cargando cualquier cantidad de materiales de construcción y hasta tanques de agua, sin casco, con menores y con exceso de velocidad.
Y donde están los que deben controlar la situación, no esos son peores los que deben dar ejemplos de civismo, de apego a las leyes a cumplimiento de las mismas andan como alma que lleva el diablo en esas motos, para ellos no existen semáforo, ni ley de tránsito al parecer el uniforme les otorga una patente de corso para violar la ley, y tener un manejo soberbio y agresivo.
Ese es el pan nuestro de cada día, solo tenemos que darnos una pasadita por la principal arteria vial de Maracaibo Autopista 1 y veremos toda clases de desmanes, no apto para cardiacos, pero aquí nada mas no, viaje en julio a la ciudad capital Caracas y los motociclistas de aquí están en pañales, esos no son motos son aviones le ponen alas y vuelan.
“Si no sirve mi canción pa’ que se encienda tu alma, quema entonces mi guitarra, pero que crezca la llama.” Ali Primera siempre Ali…
El Pepazo