«Sabemos que están mintiendo. Saben que están mintiendo. Saben que sabemos que están mintiendo. Sabemos que saben que sabemos que están mintiendo. Y, sin embargo, siguen mintiendo”
ALEKSANDR SOLZHENITSYN
Luis Semprún Jurado
“Buenas, buenas”, fue el saludo del camarada Anacleto, al llegar algo retrasado a la acostumbrada reunión, tranquilo y sonriente, como si fuese su costumbre. Encendió un cigarrillo, se sentó, ordenó un café y dio inicio a su charla. “Se ha inventado una expresión para legitimar la mentira: «la posverdad», que encapsula un concepto clave en la discusión actual sobre la información y la política, y se refiere a una situación en la que los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que los apelos a las emociones y las creencias personales. Es decir, se prioriza lo que «se siente que es verdad», más allá de lo que realmente es. Con esto nos quieren llevar a un callejón sin salida para confundir a la mayor parte del pueblo, que es al fin y al cabo quienes no votan por ellos y quien los ha venido derrotando los últimos veintipico de años. Decía Bautista Segales que tenemos que estar pendientes y nunca confundir «comunidad» con «colectivo»; porque lo colectivo es, simplemente, la reunión de identidades dispersas, mientras que «comunidad» es un hecho de mucha trascendencia que sucede cuando uno se reconoce como hijo/a de la madre tierra: me reconozco no sólo como parte de la vida, sino como la vida misma. He ahí la diferencia entre pueblo y población. En Venezuela es el «pueblo» el que ostenta el poder, no la «población». ¿Se entiende la diferencia? Bueno… ¿Puede ser «pueblo» una oposición MENTIROSA, que se ha ganado el odio ciudadano a pulso con su nivel de frustración y odio, y su falta de amor a la Patria? Ése es el nivel de un sistema avasallante y antidemocrático, la violencia, el caos y el terrorismo. Este 2025 que apenas comienza se presenta como el año de la angustia para algunos y de avances y progreso para otros. El venezolano de a pié, al menos la parte más consciente de él, apenas respira y retiene el aliento. Las guerras en curso son, como todas, guerras carniceras, y su detención no parece fácil ni inmediata; la cipaya criolla parece indiferente ante el genocidio sionista a quien se han aliado. Decía el Ministro de Defensa, General en Jefe Wladimir Padrino López que (sic) «aquellos temerarios que piden invasión estando aquí en Venezuela o más allá de nuestras fronteras, sepan que aquí van a conseguir una respuestas bolivariana, de dignidad. La FANB está dispuesta a defender nuestra integridad territorial, nuestra democracia, nuestra Constitución», y yo le agrego «en unión cívico-militar-policial y en resguardo de nuestra soberanía y de un pueblo que ha resistido y resiste estoicamente, todas las penurias que la han causado». ¿Quién no reconoce el valor de la resistencia heroica de nuestro pueblo ante tantas mentiras? Por eso las tipo María La Sayona tratan de manipular con su «posverdad» las emociones de las personas para que acepten información falsa como verdadera. Sólo algunas naciones, siguiendo el guión del hegemón del norte, aceptan sus falacias, por lo que, y aunque algo tarde, Nico ha expulsado a sus representantes y ha roto las relaciones diplomáticas con sus gobiernos. ¡Más vale tarde que nunca! Y tenemos que estar claros: ¡Cómo han influido los agentes externos en los conflictos internos del país! Bueno…, el que nuestro Libertador Simón Bolívar los haya echado a patadas de cinco naciones sudamericanas, influye en el resentimiento tan profundo que sienten. La estrategia mediática de la Loca, demuestra el ataque continuo y su rechazo de los mecanismos constitucionales, lo que los «analistas» caracterizan como una doctrina de «cambio de régimen». Este permanente manejo a través de las redes sociales para atacar la legitimidad de las instituciones democráticas establecidas, representa un alejamiento de la política opositora que hace vida en el país, en contraste con la constancia de la resistencia de un pueblo que no se doblega. O sea.”
En la encrucijada de la geopolítica moderna, la traición a la patria se ha convertido en un arma utilizada por agentes extranjeros con intereses particulares. Sin embargo, debemos reconocer que a pesar de las adversidades, los pueblos y sus movimientos de resistencia han demostrado una tenacidad inquebrantable para defender la soberanía y la identidad nacional. El pueblo venezolano no ha sido una excepción en la aplicación de estrategias de resistencia, entre las que se destacan su perseverancia y su coraje para proteger la patria de la nociva influencia extranjera y las traiciones internas. Este artículo no sólo es una llamada a la defensa activa y consciente, sino también un homenaje a la inagotable fuerza de la resistencia popular. Al mismo tiempo es un alerta para que no decaiga el ánimo, porque al cuestionar la importancia de la verdad, la posverdad socava la confianza en las instituciones que se supone deben garantizar la veracidad de la información, como los medios de comunicación y los gobiernos. No olviden que muchos medios están plagados de “presstitutes”.
¿Cómo se define la «traición a la patria» y por qué la «Resistencia es la Antítesis de la Traición»? Sé que he tratado esto en otros publicaciones, sin embargo es necesario traerlo a colación, porque ¿qué motiva a las personas a resistir? La traición a la patria se refiere a cualquier acto que atente contra la seguridad, integridad o soberanía de un país. Incluye: Actos de espionaje: Revelar información clasificada a un enemigo o potencia extranjera; Sabotaje: Dañar intencionalmente recursos o infraestructuras para debilitar al país; Colaborar con enemigos: Ayudar a fuerzas enemigas para que invadan al país; Golpes de Estado: Derrocar al gobierno legítimo por la fuerza; Sedición: Incitar a la rebelión contra el gobierno. ¿Les suena? La Resistencia se considera la antítesis de la traición porque, mientras la traición busca debilitar al propio país, la Resistencia lucha por sus ideales y valores, a menudo arriesgando la vida de sus miembros. ¿Se entiende la heroicidad de nuestro pueblo al resistir las novecientas treinta y pico sanciones unilaterales e ilegales a las que ha sido sometido?
Don Varito, Porky y el genocida de Netanyahu, aliados comprobados de La Loca, no desean nuestro bienestar, sino exacerbar los conflictos internos que puedan existir. En sus ansias de poder, y creyéndose la heroína de una serie televisiva joligudense, la Loca solicita la aplicación de más sanciones ilegales contra el pueblo, bloqueos, financiamiento para sus actividades terroristas, y hasta una invasión extranjera. Se ha ganado a pulso el odio ciudadano con la farsa de las actas y de muchos que antes la apoyaban porque en vez de resolver nuestros conflictos, exacerba los existentes, los prolonga y hasta crea nuevos. Agentes externos como la USAID le proporcionan fondos, le suministran armas a través de los narcoparacos, les entrenan combatientes y proporcionan estrategias, les envían mercenarios y manipulan la información por medio de sus “presstitutes” para influir en la opinión pública. ¿Será que la Loca desea ver al país convertido en “tierra arrasada” parecida a lo que el genocida de Netanyahu ha convertido a Palestina con sus más de cincuenta mil asesinados?
Es curioso, ahora todo es inteligente, todo menos nosotros. La ironía de nuestro tiempo es que todo es catalogado como “inteligente”, mientras la humanidad parece cada vez más alienada y desinformada. La inteligencia artificial, diseñada para servir, se ha convertido en un instrumento de control. La vigilancia masiva y la manipulación digital, están en manos de élites poderosas. La desinformación y la manipulación son armas poderosas, pero también lo son la organización y la solidaridad. Leí que hoy tenemos una masa de gente cada vez más cretinizada, que fija su mirada a todas horas en la pantalla de su teléfono móvil, de donde saca toda su “sabiduría”, y que desconoce el lenguaje adecuado para efectuar sus pensamientos. Es momento de despertar y resistir. Ahora no se trata sólo de una «clase capitalista que posee los medios de producción», sino de una élite que domina los movimientos de capital financiero, los conflictos bélicos y las estrategias psicológicas. A la larga son ellos los que eligen con su influencia a personas como la Loca, no tú. Ya sabes que hacer.
El Pepazo