Por: Luis Semprún Jurado
“El más oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su neutralidad en tiempos de crisis moral.”
DANTE ALIGHIERI
Tenía tiempo que no encontraba a mi amigo Anacleto rodeado de un grupo de jóvenes que le escucharan con tanta atención. Al ver mi cara de sorpresa le dijo a su auditorio: “Este es el camarada con el que discuto, semana a semana, los acontecimientos, la geopolítica y la realidad. El escribe sobe nuestras conclusiones para diversos medios que se sienten libres de publicar o no sus opiniones. No es fácil hacerlo, dando la cara por lo que piensa. Pero como ustedes saben, el miedo es gratis; los valientes no son los que no tienen miedo sino los que logran dominarlo. La crítica es un dardo apuntado hacia «la verdad de los hechos y sus protagonistas» sin tapujos y sin consideraciones; «ser o no ser, ese es el meollo» decía Shakespeare, sobre todo en estos momentos de la revolución cuando abunda la «autocrítica», que más que autocrítica es casi siempre una mera plañidera de quienes se sienten «abandonados» por quienes llevan las riendas del proceso y por no haber recibido «lo que les debe la revolución». Triste, muy triste hacerse eco de los argumentos muy bien elaborados de la cipaya criolla con aquello «Maduro no es Chávez» y «antes los reales nos alcanzaban pa’todo». Cierto que la autocrítica es sana… nos ayuda a corregir errores y a avanzar. Pero… estos «apesumbrados profesionales» saben muy bien que sus «lloriqueos y lamentos» son producto de guiones de la derecha cipaya para crear malestar entre las filas fieles al proceso revolucionario; ellos intentan chantajear a quienes, con todos los errores que puedan haber cometido, llevan las riendas de la resistencia al bloqueo y sanciones. «O nos dan lo que queremos o aplicamos el voto castigo» pareciera ser la amenaza a Nico y compañía. «Cuidado, porque ya vienen las presidenciales» es otra muy común. Federico Nietzsche decía que «si contemplas el abismo demasiado tiempo, entonces el abismo te contemplará». La filosofía «nietzscheana» afirma que «todo ser humano, todo hombre, tiene la posibilidad de superar la heteronomía y la inmadurez para caminar hacia una autonomía ética, si así lo decide y trabaja duro para lograrlo. Al nacer hacemos un contrato con el destino en el que si aceptamos vivir, también aceptamos tener que vivir con lo que nos corresponda y morir sin poder llevarnos nada de lo obtenido durante la vida». Es decir, si quieres seguir viviendo debes aceptar los términos y no eres inmune a nada, puedes morirte en cualquier momento y todo lo que ganes en la vida eventualmente lo perderás. Un verdadero sentimiento revolucionario es algo similar; se debe entender que se lucha por poder llevar beneficios a la gran mayoría, no por conseguir una ganancia personal. Es cierto, camaritas, los fuertes se llevan lo que quieren a expensas de los débiles; por eso «la unión hace la fuerza»; si nos mantenemos unidos seremos fuertes y no le permitiremos a la cipaya criolla ni a la internacional, despojarnos de nuestras reivindicaciones. Pero… si seguimos con la plañidera y con los señalamientos sin VERDADERAS pruebas, seremos presa fácil. Sí, es cierto, ha habido muchos errores y muchas traiciones. Pero recuerda que no te traiciona tu enemigo, ese siempre te combatirá; te traiciona quién aparenta ser tu fiel amigo. También recuerda que habrá quién te recrimine diciendo: «yo te lo dije; yo te lo venía advirtiendo» pero jamás te presentó una prueba ni hizo una denuncia formal. Ah, y tienen un «chavímetro» a mano para medir hipócritamente tu formación ideológica.”
Si algo tenemos que aprender de estos momentos, históricos para nosotros, es que la cipaya criolla no duerme para poder ejecutar todos los guiones presentados por sus amos. La resistencia al bloqueo y a las sanciones ha sido vital para mantener vivas las fuerzas y poder avanzar. No podemos tapar el sol con un dedo y no ver el daño que nos han causado y cómo la malinche ha crecido; ha sido un trabajo minucioso muy bien elaborado que hasta ha llegado a reproducirse en nuestras filas o al menos entre los que dijeron formar parte de nuestra lucha. Es como si vivieran de una forma equivocada porque parecen escucharte cuando hablas y a los demás cuando callas. ¡No! Se unieron a nuestra lucha con la esperanza de obtener algún reconocimiento a su esfuerzo, sin entender que la lucha no es un día, una semana, un mes, un año, una década o más; que la lucha no es de grupitos “ultra chavistas” sino de todo un pueblo; que la lucha no entiende de prebendas; que es de acuerdo a las posibilidades propias.
Un mensaje opositor bien elaborado, pero muy trillado, es colocar videos de Chávez y sacarlo de contexto. Sólo ponen lo que les interesa sembrar en la mente del pueblo. Y siempre dirigido a EXIGIR la autocrítica, que si fuese “autocrítica ética y profunda” nos llevaría a ahondar la lucha antiescuálida, a la traición y a la malinchería. ¿Quién niega que se haya cometido errores? ¿Quién niega que hayamos creído en las mentiras de las Luisa Ortega, los Baduel, los Ramírez, etc., etc. y que nos hayan clavado un puñal por la espalda? Pero amenazar a Nico con un “voto castigo”, como el que le dieron a Omar al dejar de votar unos 300 mil chavistas para no reelegirlo, es pasarse uno mismo la cuchilla por el cuello. ¿Qué ha hecho el “filósofo del Zulia” y su sigüí por los zulianos? ¿Qué harán los Nicmer y compañía si gana la derecha? ¿Decir “yo se los advertí”? Y ¿cómo se traduce eso? ¿Será: “no me tomaron en cuenta y ahí tienen sus consecuencias”? Por eso la izquierda nunca gobierna tranquila ya que tiene dentro de sus filas los bastardos que sólo buscan obtener beneficios personales y prebendas.
Llevamos más de veinte años haciéndonos la misma pregunta: ¿Por qué la derecha siempre alienta espacios para que crezca un clima de violencia política? Tranquilos, la majunchería siempre estará ahí para responder con su “argumento” multi uso, con el que tratan de resolver toda discusión ideológica, económica o política. Dirán: “No puedes comparar; son casos diferentes”. Buda dijo alguna vez: “No creas nada, no importa donde leas, o quien lo dijo, no importa si lo he dicho yo, a no ser que esté de acuerdo con tu propia razón y sentido común”. La estupidez opositora, que sigue de error en error y de derrota en derrota, está llevando a sus seguidores a un túnel sin salida. Ya muchos se le están volteando, no por resignación sino por desilusión. Y es que, como decía el General José San Martín, (sic) “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres e infelices mortales, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.” Esa discapacidad crece exponencialmente cuando pierden esa miserable cuota y ven la imposibilidad de recuperarla.
En la actualidad, las sanciones y el bloqueo están teniendo un efecto Bumerang no sólo para la majunchería, sino también para sus amos del imperio hegemón. Ya vemos cómo crece el pregón popular que Nico no es la causa de nuestros problemas sino los mismos políticos opositores y el gobierno de EEUU. También percibimos que la verdad sobre nuestras condiciones materiales (infraestructura/economía) está venciendo a las mentiras (superestructura/ideología dominante) de los grandes medios. Por eso me toca repetir lo dicho por Bertrand Rusell (sic): “El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas”. La matriz que han tratado de impulsar sobre la entrega de extensiones de tierra a iraníes, para el cultivo de alimentos, no ha tenido el éxito deseado. La contraofensiva pregunta ¿Dónde están los tractores, el financiamiento y demás maquinaria que entregó Chávez para el desarrollo agrícola? El que esté libre de culpa que tire la primera piedra, dijo Jesús cuando los fariseos querían que apedrearan a María Magdalena.
Dante escribió en su Divina Comedia (sic): “El más oscuro rincón del infierno está reservado para aquellos que conservan su neutralidad en tiempos de crisis moral.” La clase de neutralidad a la que se refiere, y que considero aplicable nuestra actual crisis moral, además de política, es aquella que implica la conveniencia personal como fuente o base para omitir el deber de elegir actuar cuando es imperioso y hasta imposible dejar de hacerlo. Las plañideras, lloriqueos, denuncias sin pruebas, y los señalamientos, en todos los grupos “chavistas” en las redes sociales, demuestran que no somos inmunes, como ideología política, a la infiltración y/o traición de quienes están sentados a nuestra mesa. Hay grupos en la que los participantes ni siquiera lo hacen con su propio nombre. Usan avatares o pseudónimos y siempre agregan a sus publicaciones (sic): “para la investigación y discusión”, “así como me lo enviaron”, con lo que se hacen eco de los guiones opositores. Se autodenominan “revolucionarios”, “de a pié”, “de las catacumbas”, “chavistas radicales” y se ofenden cuando se les hace ver sus errores. Yo sigo el pensamiento y el ideal de Chávez; allá los fariseos. ¡O sea!
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