El actual rey, Felipe VI, y su padre Juan Carlos de Borbón se sentaron juntos en funeral de Isabel II.
Marina Artusa
Fue inevitable que el protocolo del funeral de la reina Isabel II de Inglaterra reuniera, por primera vez en público desde hace más de dos años, al rey emérito Juan Carlos I y a su hijo, el actual monarca español Felipe VI.
La gótica abadía de Westminster, donde este lunes se realizó el funeral de Estado de Isabel II, fue el solemne escenario de la imagen que levanta polvareda entre los españoles: la de los reyes eméritos de España, Juan Carlos y Sofía, sentados junto a Felipe VI, quien heredó el trono de su padre en 2014, y su esposa, la reina Letizia.
Los monarcas y la reina emérita viajaron a Londres el domingo, desde Madrid, en un avión Falcon del Ejército español.
Juan Carlos lo hizo desde Abu Dhabi, capital de los Emiratos Arabes Unidos y residencia de su ostracismo voluntario, en un vuelo privado.
Felipe y Letizia durmieron en la residencia del embajador español en el Reino Unido, José Pascual Marco. Juan Carlos y Sofía, en un hotel de la ciudad.
Reclamos en casa
“Antes de asistir al funeral de la reina de Inglaterra en representación de España, ¿por qué no pasa por casa y da explicaciones de todo lo que hizo?”, es el reclamo de buena parte de la sociedad española que sigue en directo, desde hace días, las numerosas transmisiones que honran la memoria de la reina que ocupó el trono inglés durante siete décadas.
“No lo han podido acusar de nada. Fue nuestro rey y es pariente de la reina Isabel. Lo han invitado al funeral y es de buena educación que asista”, retrucan los monárquicos que insisten en no manchar su nombre.
En marzo, la Fiscalía del Tribunal Supremo español archivó las tres investigaciones que había en curso sobre las cuentas de Juan Carlos.
El supuesto cobro de comisiones por la construcción de un tren rápido, el uso de tarjetas de crédito con fondos no declarados o las presuntas cuentas en paraísos fiscales no arrojaron indicios suficientes, los delitos prescribieron o el rey emérito estaba protegido por la inviolabilidad de su cargo cuando habría cometido esos hechos. Eso argumentó la Fiscalía.
Pero un amplio sector de la sociedad española, esperaba, y espera, que quien fue su rey durante 39 años, les dé una explicación.
“La representación de España hoy aquí en Londres la ostenta el jefe del Estado, que es Felipe VI, junto con la reina, acompañado por mí como miembro del gobierno”, dijo este lunes en Londres el ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel Albares.
“La presencia del rey emérito responde a una invitación a título personal y los papeles están bien definidos”, agregó el ministro.
Parientes
Juan Carlos y la reina Isabel de Inglaterra son parientes.
La reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII y abuela del Borbón, era nieta de la reina Victoria, tatarabuela de Isabel II. Además, la madre de Felipe de Edimburgo, marido de Isabel II, era prima hermana de la abuela de Juan Carlos I.
Esto explica que Felipe VI de España llamara a la reina inglesa que acaba de morir “tía Lilibeth”.
Como discreto homenaje, la reina Letizia aterrizó en Londres con un vestido negro y un broche que perteneció a la reina Victoria Eugenia, bisabuela y madrina del rey Felipe VI. Victoria Eugenia, además, había nacido en el castillo de Balmoral, una de las residencias preferidas de Isabel II y donde falleció.
Protocolo
Para la ceremonia en Westminster de este lunes, el protocolo inglés sentó a los reyes eméritos a la derecha de los actuales monarcas.
Ubicados en el funeral de Estado por casas reales, a los reyes de España les tocó la segunda fila, detrás de la reina argentina Máxima de Holanda, que asistió acompañada por su esposo, el rey Guillermo, y su suegra, Beatriz de los Países Bajos, quien en 2013 abdicó en favor de su hijo Guillermo.
Pero la instantánea que más debate genera en España es la que muestra a Juan Carlos, algo risueño, entre Sofía y Letizia, con gesto rígido, al lado del rey Felipe VI.
El domingo, los reyes de España habían asistido a Westminster Hall, donde habían instalado la capilla ardiente de Isabel II. Y de allí al Palacio de Buckingham, donde Carlos III de Inglaterra, cuya coronación aún no tiene fecha, los recibió en una recepción organizada para monarcas y mandatarios que asistieron al funeral de su madre.
Felipe y Letizia entraron a Buckingham poco después que el rey emérito Juan Carlos, que lo hizo con ayuda de un escolta de seguridad y bastón. Lo acompañaba Sofía.
Para el adiós final a Isabel II en el Castillo de Windsor, los rostros en nombre de España fueron los del rey Felipe y el de su madre, la reina emérita Sofía.
La reina Letizia viajó a Nueva York, donde tiene agenda propia en la próxima cumbre de las Naciones Unidas.
Y Juan Carlos declinó la invitación.
Todavía le queda enfrentar la denuncia por acoso que Corinna Larsen, la amiga íntima que no le da paz, presentó en su contra en Reino Unido.
El Tribunal Superior de Londres asegura que Juan Carlos no tiene inmunidad legal allí después de su abdicación, por lo que la demanda por acoso puede seguir adelante.
Este viaje inesperado para el funeral de Isabel II abre otro interrogante: ¿Volverá Juan Carlos I a Londres a prestar declaración?
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El Pepazo/Clarín Argentina