Gal Costa, la magistral cantante brasileña, falleció a los 77 años. Sobresalió durante más de cinco décadas con su afinación perfecta y una voz suave y aguda. Fue una de las grandes figuras del MPB.
MFB
Murío Gal Costa, la reina del Tropicalismo, una de las mayores voces de la música brasileña, falleció hoy, miércoles 9 de noviembre, en San Pablo, a los 77 años.
La artista había cancelado su participación del sábado último en el Primavera Sound de San Pablo; al parecer no se habría terminado de recuperar de una operación en la que le extirparon un bulto de la fosa nasal derecha en septiembre.
La información de su muerte fue confirmada por su oficina de prensa, aunque no se aclaró la causa de su deceso.
Gal Costa tenía previsto presentarse con su gira «As Varias Puntas de una Estrella», entre diciembre y enero.
Una carrera luminosa
Una artista con una carrera luminosa de 55 años, 40 discos y una serie de canciones que se convirtieron en inolvidables como Corazón Vagabundo, Baby, País tropical, Falsa bahiana, la maravillosa Aquarela do Brasil, Festa do Interior o ese espléndido samba, Sonho meu, entre otros.
Gal Costa fue una de las piedras angulares del Tropicalismo, una corriente que revolucionó la música brasileña. Un colectivo artístico que tenía a Caetano Veloso, Maria Bethania y Gilberto Gil como principales estandartes.
Con poco más de 20 años participó en seis de los doce temas de un disco histórico, Tropicalia o pan y circo, en 1968, un disco de culto, donde su voz sobresale por su frescura, su swing y un timbre absolutamente personal. Allí grabó precisamente con Caetano, Baby, caballito de batalla de la cantante a lo largo de su carrera.
Poco antes, en 1967, grabó en dúo con Caetano Veloso en guitarra y voz, un disco impecable, Domingo. No fue un álbum de tropicalismo (aún estaba en gestación) sino más de una bossa nova tardía y algo de MPB, pero había elementos que anticipaban la revolución tropicalista.
La juventud brasileña descubre a Gal, una artista que, con 22 años, canta con una soltura y una madurez asombrosa. En ese disco estaba su primer éxito, Corazón vagabundo, otro de los temas que con diferentes vestidos cantó en sus conciertos.
Su primer álbum en vivo Fa-Tal Gal a Todo Vapor (1971) representa la fuerza y calidad de su voz espléndida junto con bellísimas composiciones en las que el tropicalismo, el samba, el forró y hasta la bossa cobran una dimensión especial en la interpretación de la artista.
Temas como Su estupidez, de Roberto y Erasmo Carlos; Vapor barato, de Waly Salomao y Como 2 y 2, de Caetano son simplemente brillantes. Un disco que también se convirtió en álbum de culto y que la revista Rolling Stone lo ubicó como el vigésimo mejor álbum brasileño de todos los tiempos.
Un estilo único
Gal fue una intérprete exquisita, su versatilidad le permitía recorrer géneros diferentes y emociones distintas. Su voz suave, con un toque de elegante sensualidad y levemente agudo creó todo un estilo dentro de la música brasileña. Tenía una natural tendencia hacia las canciones románticas que con su delicado fraseo las vestía de gala.
A su talento natural, Gal le sumó una simpatía a prueba del tiempo. Su expresividad transmitía una inefable sensación de amistad con la audiencia. Si bien, no era volcarse sobre su auditorio, lo mantenía cerca pero con cierta distancia a la vez. Se movía sin jactancia como una verdadera diva en el escenario.
Una madre que siempre la apoyó
Gal Costa nació en Salvador de Bahia, el 26 de septiembre de 1945, como Maria da Graca Costa penna Burgos, “Gracinha”, en un hogar de clase media y en el que su madre fue su principal apoyo a la hora de elegir su carrera.
En 1963, con 18 años trabajaba en Roni Discos, una tienda de discos de la capital bahiana, donde conoció a Caetano Veloso por intermedio de su amiga, Dedé Gadhela que además era esposa de Veloso. Ese encuentro fue decisivo para Gal, que creó un vínculo personal y artístico que se mantuvo hasta su muerte.
Debutó el 22 de agosto 1964 en la inauguración del Teatro Vila Velha, en Salvador de Bahia, junto con Caetano, Gilberto Gil, Maria Bethania y Tom Zé y al poco tiempo actúan en el Festival Bossa Nova Velha, Velha Bossa Nova con los mismos el teatro.
Ese año se muda a Río de Janeiro, al barrio Sa Ferreira y de ahí al Solar da Fossa, en Botafogo, donde viven Caetano, Maria Bethania y Paulinho Da Viola con quienes trabaja en diferentes proyectos y que le permiten, respaldada por un creativo grupo, desarrollar una carrera propia.
En 1965 colabora con Maria Bethania, con Sol negro y lanza su primer simple con Eu vim da Bahia, de Gil y Sim, foi voce, de Caetano. Esa colaboración con Maria Bethania creó una muy fuerte amistad artística y personal; trabajaron en varios discos juntos, quizás el de mayor éxito Sonho Meu y en varias obras teatrales, dirigidas por Augusto Boal, creador del colectivo Teatro Jovem.
Gal se hace una presencia importante tanto en festivales como en producciones discográficas. En 1965 participó en el Primer Festival de la Canción, con Minha senhora, de Gil y Torquato Neto, lanza Domingo (1967), en dúo con Caetano y canta en el III Festival de Música Popular Brasileña, interpretando temas de Gil y Nana Caymmi y Renato Teixeira.
Luego de Tropicalia o pan y circo (1968), se presenta en el III Festival Internacional de la Canción, de TV Globo y luego en el IV Festival da Record, en el que canta Divino Maravilhoso, de Caetano y Gil.
Gal logra tener en un ámbito de excelencia artística, como es el Brasil de los años ’60, peso propio y graba en 1969 su primer álbum solista Gal Costa, con composiciones ya grabadas como Baby y Divino Maravilloso y temas de Jorge Ben y de la dupla Roberto y Erasmo Carlos. El disco tuvo un importante éxito de ventas y la cantante se lanza con su primera gira «Gal!».
Los años ’70
Vendrá otro disco importante. Legal (1970), con composiciones de Caetano y Gil, ya exiliados en Londres como consecuencia de la dictadura militar brasileña. Viaja a visitarlos y regresa con una energía intensa; se vuelve de alguna manera la voz de los artistas exiliados, al menos, de algunos de ellos.
Sus álbumes Gal a todo vapor (1971), India (1973), Cantar (1974) consolidan su status de voz maravillosa en Brasil. A mediados de los años ’70 graba un tema de Dorival Caymmi, Modinha para Gabriela, música para la telenovela Gabriela, de la Red Globo que se convierte en un hit absoluto y que la lleva a grabar su disco Gal canta Caymmi.
Gal con Maria Bethania, Gil y Caetano forman Doces Barbaros (1976), un cuarteto que recorrerá Brasil y que toma ese nombre de un tema de Caetano y además es respuesta a una nota en el periódico Pasquim que maltrata a los artistas bahianos. El disco, grabado en vivo en excelente, aunque tuvo críticas dispares.
Gal tropical (1978), Aquarela do Brasil (1980) y Baby Gal reflejan la madurez de una joven artista con una fuerza intacta como intérprete y como buceadora de compositores. En efecto, elige con buen gusto diferentes propuestas para grabar y en 1986, con Lluvia de plata y Un día de domingo alcanza el primer puesto en ventas.
Una reunión especial
En 1994 se reúne con Caetano, Maria Bethania y Gil para festejar los 18 años de Doces Barbaros en la Escuela de Samba Mangueira y lanza un disco especialmente delicado O sorriso do gato de Alice. Graba en Minha d’Agua de Meu Canto (1996), temas de Chico Buarque y Caetano y poco después Gal canta Jobim (1999).
Su carrera pierde algo de fuerza con Gal de tantos amores (2001), Bossa tropical (2002) y Hoje (2003); discos de un nivel interpretativo interesante pero que no consigue atrapar al público.
En los últimos años se recluye para poder criar a Gabriel, su hijo adoptivo y tiene esporádicas apariciones como Dionne Worwick, en 2009, y su último disco A pele do futuro, en 2018 tiene un tono inequívocamente soul, con composiciones de Adriana Calcanhotto, Paulinho Moska y Gil, entre otros y su voz intacta.
Se definía a sí misma como una persona plural y planteaba la necesidad de estar abierto al mundo de muchas maneras. Le gustaba vivir ese sentimiento de atreverse, de cambiar, de transitar por nuevos caminos.
“Todas estas vivencias las desarrollé en mi carrera musical y me siento feliz de haber podido reunirme con gente tan creativa que fueron una inspiración para mi vida”, señaló en una entrevista años atrás.
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El Pepazo/Clarín