El reportero de AP y ex infante de marina de EEUU fue despedido una semana después de asegurar falsamente que Rusia bombardeó a Polonia, dato que atemorizó a los lectores que previeron una escalada sin precedente en las hostilidades entre Moscú y la Otan
La agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP) habría despedido su reportero, James LaPorta, luego que éste, citando fuentes anónimas del Gobierno estadounidense del presidente Joseph Biden, señalará que un misil que impactó el 15 de noviembre en Polonia, cerca de la frontera ucraniana, había sido disparado por Rusia, hasta ahora el reportero parece ser el único sancionado, aunque parece obvio que información de tal trascendencia debería pasar varios filtros antes de ser difundida.
La presunta responsabilidad de Moscú en el bombardeo difundida por AP, y señalada públicamente por Kiev pidiendo que la Organización del Tratado del Atlántico Norte(Otan) actuara contra Rusia y se involucrara directamente en el conflicto, fue inmediatamente repetida en la mayoría de los medios de Occidente afines a la alianza atlántica, y al día siguiente desmentida y sustituida por la información de la Otan de que la autoría del ataque recayó en las fuerzas ucranianas.
En contraposición, medios que no se alinean a la narrativa de la Otan informaron de la escalada de tensión tras conocerse la información oficial de la caída de uno o varios proyectiles en Polonia sin que se conociera quién los disparó, y señalaron que Rusia desmintió de inmediato que fuesen misiles lanzados por sus fuerzas como aseguraban el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y otros funcionarios de su Gabinete.
Y es que de haber sido cierto que uno o varios misiles lanzados por Rusia impactaron el territorio de un país miembro de la Otan, habría significado una escalada sin precedentes de la guerra en Ucrania y según el artículo 5 de la Otan, toda la alianza se habría involucrado activamente en las hostilidades contra Rusia, tal como lo solicitó el Gobierno ucraniano de Zelenski apenas se conoció el incidente que dejó dos muertos polacos, que finalmente resultaron víctimas de fuego ucraniano y no ruso.
Al día siguiente del bombardeo en suelo polaco, el propio secretario general de la Otan, Jens Stoltenberg, aseguró que no hay «ningún indicio» de que el proyectil fue lanzado durante un ataque deliberado o que Rusia esté preparando acciones militares ofensivas contra la Otan, incluso el mismo presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, dijo ese día a sus homólogos del G7 y de la Otan que la explosión en Polonia fue por un misil de defensa aérea ucraniano, y que la información llegó de la misma Otan, reseñó Tass.
Vale destaca que los medios que repitieron la información de AP calificaron el bombardeo sobre maquinaria agrícola polaca, que dejó dos víctimas fatales en las cercanías de la frontera de ese país con Urania, como el inicio de la III Guerra Mundial.
Las fuentes anónimas
Según reportó el diario estadounidense Washington Post, la agencia AP está revisando sus estándares sobre el uso de fuentes anónimas luego de un error «atroz» en una historia sobre un ataque fatal con misiles que mató a dos personas en Polonia.
El diario capitalino estadounidense reseñó que «el reportero (que cubre para AP la fuente) de seguridad nacional, James LaPorta, fue despedido después de ser considerado el principal responsable de un boletín de noticias del 15 de noviembre que decía erróneamente que los misiles rusos habían llevado a cabo el ataque».
La noticia del Washington Post del despido de LaPorta, quien es un ex infante de marina de EEUU convertido en periodista y fungía como corresponsal de guerra, se presentó citando «personas de AP familiarizadas con la decisión» (del despido del corresponsal), pidieron el anonimato «para hablar de asuntos de personal y operaciones internas» de la agencia de noticias.
Es decir, que fuentes anónimas de AP informaron al que un reportero de esa agencia fue despedido, precisamente por usar fuentes anónimas para informar un asunto delicado.
LaPorta sin comentarios
El Washington Post explicó que LaPorta, quien trabajó en AP desde 2020, señaló el pasado martes que le “encantaría comentar sobre el registro», es decir la fuente anónima, «pero AP me ordenó que no comentara”, señaló el ahora exempleado de la agencia.
«Se cree que AP es la primera organización de noticias fuera de los medios polacos en informar sobre el ataque en sí (atribuyéndole la autoría a Rusia) la semana pasada», señala el Washington Post y luego agrega que «el error de culpar a Rusia fue especialmente dañino por el peligro que implicaba dado el compromiso de la Otan de responder a un ataque a un país miembro».
“Revisamos cualquier error atroz que se cometa”, dijo Julie Pace, vicepresidenta sénior y editora ejecutiva de AP, y agregó: «nos tomamos nuestros estándares muy en serio. Si no cumplimos con nuestros estándares no tenemos más remedio que tomar medidas. La confianza en la AP y la confianza en nuestro informe es primordial”, señaló la vicepresidenta, según la nota del Washington Post,
Justificó el error «atroz» diciendo que en el informe inicial que se le permitió publicar a LaPorta se atribuyó la polémica desinformación, a un “alto funcionario de inteligencia de EEUU”, sin explicar por qué se le concedió el anonimato, aunque la política de AP exige a los reporteros una razón para ofrecer dicho anonimato
Refirió que luego se catalizó la historia y agregaron que el funcionario no fue nombrado por «la naturaleza delicada de la situación»
Vale destacar que esa información, que ahora se reconoce como falsa, habría implicado la activación de protocolos de guerra que involucraría a todos los miembro de la Otan contra Rusia y que, según reportes desde varios países de Europa, causó terror entre los ciudadanos al enfrentar de cerca la posibilidad de una confrontación militar, en sus territorios, con Rusia, la segunda potencia militar más poderosa del mundo.
Las culpas en la AP
La AP trata de evitar las fuentes confidenciales, según su declaración de principios, y establece pautas estrictas para su uso, señala el Washington Post y aseguró que un reportero debe obtener la aprobación de un gerente de noticias a quien se le dice la identidad de la fuente para usarla en una historia, un proceso conocido como «fuentes de investigación», pero en el «atroz» error de LaPorta, el reportero dijo en un mensaje interno que su fuente había sido investigada por Ron Nixon, vicepresidente de AP y jefe de investigaciones, empresas, asociaciones y subvenciones.
Sin embargo Nixon dijo que no tenía conocimiento de que la fuente se estaba utilizando para esa historia en particular, «según personas con conocimiento de la situación», señaló el diario de la capital de EEUU..
Continúa el Washington post refiriendo que las políticas de AP también exigen una segunda fuente para corroborar la información de fuentes confidenciales, aunque se otorgan excepciones caso por caso y aseguran que AP tomó, además del despido de LaPorta, «otras medidas disciplinarias», sin detallarlas.
«La AP está revisando todos los aspectos de la historia y la forma en que se manejó, y cómo el material llegó al cable», dijo Pace.
“Cada vez que tenemos un error, y ciertamente un error de esta magnitud, tenemos que parar”, agregó la ejecutiva. “Tenemos que asegurarnos de tener las políticas correctas cuando se trata de fuentes anónimas y de informes sobre información confidencial, y debemos asegurarnos de que nuestro personal esté capacitado adecuadamente y comprenda claramente cómo implementar estos estándares”, dijo.
Ahora todos se vigilan
Según el reportaje del Washington Post, el editor de estándares de AP, John Daniszewski, envió el martes, cuando despidieron a LaPorte, una nota a todos los periodistas de la agencia recordándoles los estándares para el uso de fuentes anónimas, diciendo que las pautas “deben ser conocidas por todos los reporteros y editores de AP”.
Y señaló que la excepción a la regla de dos fuentes ocurre cuando el material que se ofrece proviene directamente de una figura autorizada en posición de saber, con información tan detallada que no hay duda de su precisión.
El editor habría agregado que, si bien las reglas son sencillas, “pueden confundirse si los informes de fuentes anónimas se colocan directamente en un canal de Slack (sistema corporativo de comunicación interna) o en una conversación con otros editores y reporteros que ensamblan una pieza periodística de AP, especialmente en una situación de noticias de última hora”, escribió Daniszewski.
Los mensajes internos de AP el día que se cometió el error «atroz» incluían una breve discusión sobre si era necesaria una segunda fuente y a lo largo de esa jornada, la historia se actualizó, incluida la adición de la falsa acusación de Zelenski contra los rusos.
Finalmente, el informe de AP de aquel día informó del bombardeo sobre Polonia refiriendo la declaración del Ministerio de Exteriores de ese país de la Otan en el que se detallaba que, como efectivamente ocurrió, se trataba de un misil de fabricación rusa, pero no refería la autoría de Moscú en un ataque.
Finalmente el Washington Post recordó que AP emitió una corrección formal sobre su historia al día siguiente y en esa publicación estaba la firma de un segundo reportero de la agencia, John Leicester, quien hacía la crónica de las hostilidades en Ucrania ese día.
Leicester, quien estaba en Kiev, capital ucraniana, cuando la historia por fin se cerró, no enfrenta ninguna medida disciplinaria porque no tuvo nada que ver con el material de origen anónimo que aseguraba que los rusos bombardearon Polonia, y que simplemente se insertó en la crónica del corresponsal en el teatro de operaciones.
Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo/Últimas Noticias