Corea del Sur y Ghana protagonizaron lo que es el fútbol en un Mundial. Dos selecciones que ni mucho menos son potencias mundiales fueron el centro de atención del mundo fútbol con un partido vistoso, atractivo y muy entretenido. Citas como la que midió a asiáticos y africanos demuestran que el deporte rey jamás dejará de ser el centro de atención para los seguidores. Es imposible no seguir este deporte.

Y es que Ghana se llevó un choque en el que hubo muchos goles, situaciones de peligro, acciones vistosas, lucha, un máximo esfuerzo y un ambiente propio de un evento tan especial como un Mundial de fútbol. Cita, por cierto, en la que tiene muchas papeletas de seguir el equipo dirigido por Addó. Los ghaneses tuvieron a Kudus vestido de goleador con dos dianas y a Jordan Ayew jugando con traje como vio en los dos centros que puso en los primeros tantos de Ghana.

Y es que los africanos se las prometían muy felices cuando Salisu estrenó el marcador y Kudus puso tierra de por medio en el marcador, pero no contaban con la entrada de Kang in Lee. Inexplicablemente Paulo Bento dejó en el banquillo al futbolista del Mallorca y no le dio entrada hasta el minuto 57, 30 segundos antes de que su pupilo le pusiera un perfecto balón a Cho que el punta de Olympiacos mandó al fondo de la red. Revolucionó el choque el ex del Valencia y el nueve de Corea repitió gol para forzar el empate. Voló sobre el cielo qatarí para lograr la igualada, pero el zarpazo sobre Ghana no fue suficiente.

En un partido donde todos los focos parecían estar sobre Son e Iñaki Williams, el fútbol dictó otra cosa. Kudus quiso ser el héroe de su país junto a un Jordan Ayew que jugó con guantes en los pies. El punta del Ajax, cuando peor estaba la situación para los suyos y los coreanos comenzaban a soñar con la remontada, puso una nueva losa sobre una Corea que tuvo el gol por medio de Jin Su Kim, pero que no encontró la meta rival.

Así, Ghana se jugará el pase ante Uruguay con el Mundial de Sudáfrica en el recuerdo y Corea lo tiene casi imposible.