El campeón encuentra el rumbo

Se acabaron las dudas, aquí está el campeón. Los Golden State Warriors ya no son aquel equipo sin cohesión, extremadamente dependiente de Stephen Curry y sus genialidades, y con desastres cada vez que salían de la Bahía de San Francisco. El 120-101 a los Houston Rockets es el séptimo en nueve partidos, provocando un récord de 13-11 y la sexta posición en el Oeste. Van hacia arriba y sólo les separa tres victorias de la primera posición del Oeste, perteneciente a los Phoenix Suns.

¿Qué ha cambiado en los Warriors? Esa es la gran cuestión a tratar, pues en las primeras semanas de competición era un equipo cuya identidad se disolvía entre desastres. La siempre radical en la toma de decisiones gerencia liderada por Bob Myers confió en una plantilla con dos ‘líneas del tiempo’ -así las llamaban-. La del grupo veterano campeón y los jóvenes para dar frescura. No funcionó, y los Moody, Kuminga o el vilipendiado Wiseman no han rendido como se esperaba. Ni se han acercado. Eso acortó la rotación, y si los mejores tampoco estaban al 100% llegaban los problemas.

Eso provocó un cambio de actitud. No bastaba con estar y el nombre, falta compromiso. Y sus piezas claves lo asumen. Ante los Rockets, en la última victoria y la undécima jugando en casa, el equipo no perdió balón alguno en el primer cuarto, los triples entraron y en el segundo cuarto abrieron una brecha de 25 puntos. Stephen Curry anotó 30 puntos, con 8 triples. Repitió exhibición en el último cuarto, cuando los Rockets se colocaron a cuatro puntos, gracias a tres triples. El jugador de la liga con más anotación en el último cuarto… ¡Y el 104 en minutos en ese periodo!

Los Warriors ganaron y el campeón retomó el rumbo en un partido con nota española. Garuba hizo cuatro puntos y 10 rebotes en 17 minutos de juego. Consolidado como un gran protector de aro mientras busca ser más efectivo en ataque en un equipo complicado dada la cantidad de balón que asumen Jalen Green o Kevin Porter Jr.