La contacrónica del Marruecos – España
Se supone que habíamos llegado al Mundial con 26.000 penaltis tirados para no fallar en una posible tanda. Y que el estilo innegociable de esta selección era el que más acercaba a la victoria. O eso al menos eso decía Luis Enrique, al que yo creí a pies juntillas porque me convencía su mensaje y lo que veía en los ratos que abrían los entrenamientos. En la Universidad de Doha yo veía a una manada de lobos detrás del balón, que se movía a velocidad de vértigo, por cierto. No nos vamos a bajar ahora de la Luchoneta, pero sus detractores tienen motivos para cargar toda la responsabilidad de la eliminación sobre el seleccionador. España, con la excepción del día de Costa Rica, ha sido una profunda decepción en este Mundial. De más a menos desde que Alemania detectó al descanso cómo desactivar a España. Desde entonces, España ha ido en caída libre hasta caer con Marruecos, a la que no vamos a regalar elogios. Su partido contra España fue la nada. Tampoco compraríamos eso aunque hubiéramos pasado.
La tanda de penaltis resume lo que fue España en buena parte de este Mundial. La inoperancia más absoluta en ataque. No metimos ni uno de los lanzamientos. Fallaron Sarabia, Soler y Busquets, elegidos a dedo por el seleccionador. El surrealismo llega a tal punto que Sarabia debutó en el Mundial, en el 118′ de la prórroga, para que lanzara. Pobre chaval, que se pudo evitar el disgusto si una volea no se fuera ido al palo, aunque el VAR igual nos había dejado aún peor. La posición era justita.
La realidad es que España se va a casa en octavos y que se cierra un ciclo que estuvo lleno de controversia por la figura del seleccionador, pero que también ilusionó a muchos por la propuesta valiente. Rozamos la gloria en la Eurocopa del año pasado y en una Nations League, pero lo que más pesa es el Mundial, torneo que por cierto, empieza a ser una pesadilla. 12 años que no pasamos de octavos.
Bono decidió
El portero del Sevilla, el Zamora de LaLiga, paró dos de los tres penaltis lanzados y dio el pase a Marruecos a octavos de final. Estuvo impecable toda la tarde y en el momento decisivo estuvo más acertado que Unai Simón. La FIFA le dio el MVP y ahí no hay discusión.
La afición de Marruecos empujó de lo lindo
No fallaron los pronósticos y 25.000 aficionados de Marruecos estuvieron en las gradas del Education City animando a su selección. Como si estuvieran en Rabat y no en Doha, los jugadores de España sintieron la presión de los rivales desde que saltaron al césped. Pitada monumental al saltar al calentamiento, cuando se cantaron las alineaciones, en las posesiones de España y sobre todo en la tanda de penaltis. Ahí, en el momento clave, los jugadores de Luis Enrique sí que lo acusaron.
Lo de Pedri de lateral es de estudio
No se puede decir que Luis Enrique no lo intente, aunque a veces con ideas que chocan. Mediada la primera parte buscó sorprender a Marruecos poniendo a Pedri de lateral y a Marcos Llorente de interior. No es que el equipo notara mucho ese cambio, pero al seleccionador le gustó e hizo lo mismo con Gavi. Dirá el técnico que somos oportunistas, pero alejarles del área no parecía la mejor idea.
Rapallini no iba con España, precisamente
Los jugadores de la selección española se desesperaron en el césped con las decisiones del colegiado argentino, que empleó una vara de medir muy diferente con los dos equipos. Machacó a España a faltas, sobre todo a Gavi, mientras que le costaba más llevarse la boca al silbato cuando era un español el que iba al suelo. Se lo dijo Luis Enrique en varias ocasiones al cuarto árbitro.
Nos tienen cogida la medida
Se puede decir tranquilamente que todas las selecciones nos han tomado la medida. Alemania con presión alta y Japón y Marruecos echándose atrás han desactivado el juego de ataque de España. España tiene la pelota, la mueve de un lado a otro pero no encuentra la manera de hacer ocasiones. Y así, ganar un partido cuesta un mundo. El Mundial, ya ni te cuento. Nos coge Brasil y… Casi mejor nos habernos medido a ellos.
El Pepazo/Marca