La provincia de Zhejiang (este) estimó recientemente que un millón de sus habitantes se contagiaban cada día. Crece el colapso en hospitales y crematorios en China por el rebrote de COVID. Hay camillas con pacientes abarrotadas en los pasillos y otros durmiendo en el piso de los centros de salud tras el repentino fin de la política del “covid cero” de Beijing. Otros países refuerzan los controles migratorios para quienes provengan del territorio chino. El mundo toma medidas de prevención.
Este miércoles se ha reportado que continúa la saturación del sistema médico en China, tras el rebrote de los casos de COVID-19 que ha encendido las alarmas incluso fuera del territorio chino.
Medios asiáticos como The Times of India, han informado sobre el colpaso de hospitales en los que se ha visto a una gran cantidad de pacientes dormir en el piso por la falta de camas para dar abasto a la alta demanda por el incremento en el número de contagios.
El gobierno de EEUU es otro de los que se ha manifestado preocupado por el aumento repentino de casos de covid en China y la falta de transparencia del régimen de Beijing, por lo que se plantea imponer restricciones a los viajeros que llegan desde la nación asiática, informaron fuentes oficiales.
“Existe una creciente preocupación en la comunidad internacional sobre los aumentos repentinos de covid-19 en curso en China y la falta de datos transparentes, incluidos los datos de secuencias genómicas virales, que se informan desde la República Popular China”, dijeron funcionarios estadounidenses a la cadena ABC News.
Las fuentes, que pidieron el anonimato, precisaron a este medio que “sin estos datos es cada vez más difícil para los responsables de salud pública (de EEUU) asegurarse de que podrán identificar cualquier nueva variante potencial (de covid) y tomar medidas inmediatas para reducir su propagación”.
También señalaron que los responsables de salud pública en EEUU han compartido con colegas de otros países “sus preocupaciones sobre esta situación y los posibles pasos que se pueden tomar para monitorear el aumento de casos de covid de manera efectiva e identificar cualquier posible variante que resulte preocupante”.
La Organización Mundial de la Salud, Japón, la India y Malasia también han expresado su preocupación por la situación en China, señalaron los funcionarios consultados por ABC News.
Por ello, “Estados Unidos ha decidido seguir a la ciencia y los consejos de expertos en salud pública, consultando con socios y considerando tomar medidas para proteger al pueblo estadounidense”, concluyen las fuentes citadas por la cadena.
El Mecanismo Conjunto de Prevención y Control del Consejo de Estado (Ejecutivo chino) declaró este martes que se informará de las muertes y de los casos graves por covid en el país cada semana o cada mes, recogieron en las últimas horas medios locales.
La Comisión Nacional de Sanidad había declarado este lunes que, a partir del 8 de enero, la covid dejará de ser una enfermedad de categoría A, el nivel de máximo peligro y para cuya contención se exigen las medidas más severas, para convertirse en una de categoría B, que contempla un control más laxo, marcando así el final de la política de ‘cero covid’ que llevaba vigente casi tres años.
Tras esa fecha, los informes de decesos y casos graves por la enfermedad pasarán a ser semanales y, “siguiendo la evolución de la pandemia”, se convertirán en “mensuales”, señaló el Mecanismo Conjunto, que no dio más detalles sobre las condiciones que implicarán el cambio de frecuencia.
Asimismo, los partes no notificarán del número de contactos cercanos de los contagiados de covid ni distinguirán entre casos locales e importados, al contrario de lo que marcaban los informes diarios que China publicó desde el inicio de la pandemia hasta el sábado pasado.
En las últimas semanas, las autoridades sanitarias ya habían dejado de divulgar la cifra de contagios que, según sus estándares, eran considerados asintomáticos, aunque estos solo eran reportados en el citado parte diario pero no engrosaron nunca los balances oficiales de casos, a los que solo se sumaban los infectados que sí presentaban los síntomas requeridos.
Además, el fin de la obligación de someterse a pruebas PCR rutinarias para la mayor parte de la población se tradujo en una detección de casos sensiblemente menor a la propagación real del virus, toda vez que los asintomáticos y aquellos con síntomas leves recibieron la luz verde del régimen para hacer cuarentena en sus domicilios.
La rápida propagación del virus por el país ha sembrado dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales, que han informado de apenas un puñado de fallecimientos por la enfermedad pese a que, por ejemplo, la provincia de Zhejiang (este) estimó recientemente que un millón de sus habitantes se contagiaban cada día.
Según un experto citado por la prensa estatal, las muertes causadas por enfermedades subyacentes en pacientes que estaban infectados por el coronavirus no se cuentan como muertes por covid.
Hospitales de grandes ciudades como Beijing se han visto sometidos a una gran presión y han sufrido dificultades para atender a todos los pacientes, según testimonios recogidos en las redes sociales del país.
La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud se mostró “muy preocupada” por la evolución de la covid en China y reclamó “más información”, ante lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores respondió que Biejing ha compartido sus datos “de forma abierta, puntual y transparente” desde el inicio de la pandemia.
El Gobierno chino aseguró a principios de este mes que se daban las “condiciones” para que el país ajustara su estricta política de ‘cero covid’ ante una “nueva situación” en la que el virus provoca menos muertes
La prensa oficial comenzó igualmente hace unas semanas a minimizar el riesgo de la variante ómicron a través de numerosos artículos y entrevistas a expertos, un giro de argumento que acompañó a la relajación de algunas de las restricciones más severas.
Los cambios llegaron después de que el hartazgo ante las restricciones cristalizase en protestas en diversas partes del país tras la muerte de diez personas en un edificio aparentemente confinado en Urumqi (noroeste), con consignas como “no quiero PCR, quiero comer” o “devolvedme mi libertad”.
El Pepazo/Infobae/Con informción de EFE