Ahora cuenta con 32 años y ha realizado filmes de menor calado tras el papel que le dio la popularidad en los 90 y le generó grandes problemas personales
Acaba de cumplirse el 26 aniversario del estreno de Jerry Maguire, el filme en el que Tom Cruise interpretaba a Jerry Maguire, un representante de deportistas de la SMI, que se enamoraba perdidamente de Dorothy Boyd, interpretada por una joven Renée Zellweger, madre de Ray, un niño adorable de cinco años con gafas y lengua de trapo que conquistó los corazones de la audiencia de la época.
Jonathan Lipnicki fue el encargado de dar vida al pequeño Ray convirtiéndose en el otro gran protagonista inesperado más allá del atractivo de Cruise. Han pasado más de dos décadas desde aquel gran éxito y aunque muchos de los actores de la cinta siguen siendo muy populares debido a su evolución en el mundo del cine, el caso de Jonathan Lipnicki ha sido muy diferente y hoy vuelve a ser noticia gracias a su impactante transformación no solo personal sino también física. Una evolución visible en sus cuentas de redes sociales que ha suscitado que crezca el interés por su presente alejado de los focos.
Una distancia que, como el propio Jonathan ha explicado en varias entrevistas, llegó después de participar en el éxito Stuart Little, filme para el que fue llamado tras participar en Jerry Maguire. Tras el gran éxito de este título, no volvió a sonar el teléfono como sucede en numerosos casos de juguetes rotos: «La mayor transición para mí fue… no trabajar durante mucho tiempo», explicaba en una entrevista con la revista Film, «yo me tomé tiempo libre, en el sentido de que no era la única prioridad que tenía. Pero no trabajé porque simplemente no trabajé. No conseguí ningún papel durante un tiempo». A pesar de amar la actuación, Lipnicki no se sintió lo suficientemente buen actor durante años: «Lo bueno de ser joven, un niño, es que existe ese agradable asombro infantil innato. Y por eso muchos niños que ves tienen mucho talento. Y llegan los filtros y te pones nervioso… o el mundo entra en juego. Y así, para mí, pasé de hacerlo natural a intentar ser como mis actores favoritos». Un cambio que le jugó una mala pasada además del bullying que sufrió durante sus años de instituto.
Superada esta etapa, en la actualidad Jon, que así le llaman sus amigos, sigue haciendo papeles, de menor calado eso sí, y ha compaginado su faceta artística con el activismo en pro de los animales y su participación en la promotora de MMA propiedad de su familia. También es un gran amante de los deportes y es cinturón negro de Jiu-Jitsu brasileño. En el terreno personal, tras un fugaz romance con Becca Mason, durante el reality Celebs Go Dating, su última relación conocida ha sido con la productora de cine Penelope Lawson.
El Pepazo/Marca/El Mundo