“Con el tiempo, una prensa mercenaria, demagógica, corrupta y cínica crea un público tan vil como ella misma”
JOSEPH PULITZER
Luis Semprún Jurado
“Carajo, camarita, cada día más me arrepiento de comprar diarios de circulación local y hasta los de afuera” fue la expresión con la que me recibió Anacleto a mi llegada al café, “la verdad es que el palangrismo criollo jamás deja de sorprenderme. Cuando creo que ya nada me puede sorprender lo vuelven a lograr. La situación del país, la guerra gringa contra los ucronazis, las mesas de diálogo, el «interinato», la Chevron, y pare de contar, son noticias que no se pueden leer, y no importa cual medio lea. Casi todos falsean la verdad. Ahora les llaman “presstitutas”. ¿Recuerda la guerra de EEUU contra Vietnam? Recuerdo que fue en 1972 que Nixon usó más de cien bombarderos B-52 contra el pequeño país asiático, dejando un rastro de muerte y destrucción sobre Hanói y otras poblaciones de Vietnam. Bueno, los «periodistas» de aquellos tiempos nos «informaban» que los buenos (EEUU) estaban ganando, pero la realidad se impuso y tuvieron que admitir que era mentira, que no lo estaban, y no fue así, la perdieron y salieron con el rabo entre las piernas. Es como ahora, la guerra que está librando EEUU contra Rusia usando para ello a Ucrania, con la diferencia que el pueblo estadounidense empezó a protestar por el financiamiento a los ucronazis, una peste sin igual, y el envío de armamento, en tiempos de dificultades económicas. Bueno, medios como el NY Times, que siempre han apoyado las guerras de EEUU, lanzó un editorial que es una obra de arte: «Una nueva fase brutal de la guerra en Ucrania». En él nos pinta un panorama de locura en el que los «malos y crueles» son los rusos que desesperados atacan a los civiles con misiles, asesinan, violan y saquean… y que Ucrania, la víctima, «ha obtenido repetidas y decisivas victorias contra las fuerzas rusas», y ha eliminado más de 100.000 soldados rusos, muertos y heridos, según el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Mark A. Milley, para ellos una «fuente fiable». Ah, y los ucronazis no han sufrido ninguna baja ya que no mencionan cifra alguna. Carajo, camarita, es que ni siquiera hacen mención de los neonazis del batallón Azov. ¿Será que no existen? Lo cierto es que EEUU, por medio de la OTAN, quiere seguir cercando a Rusia y ésta no se deja. No hace falta ser un genio para imaginar que si todo fuera al revés y Rusia desplegara tropas y armas en México, Canadá, en Cuba o Venezuela, a EEUU no le agradaría y respondería con violencia. ¿Qué dirían entonces los medios y hasta el NY Times? Por eso, la presencia de una fragata rusa, custodiada por sus correspondientes submarinos, en aguas internacionales del Atlántico, así como de naves iraníes cercanas a Latinoamérica, ha despertado temor en los halcones gringos que nunca han pensado que la guerra puede estar tan cerca de casa. Y su pueblo no está enterado de ese peligro porque si no las protestas contra la guerra desbordarían las calles de las grandes ciudades. Por eso sus mentiras, o su silencio, son tan peligrosas porque crean un público tan vil como ellas mismas”.
La libertad de prensa occidental, siempre ha sido la libertad de mentir para el mejor postor. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que existe falta de ética en muchos medios informativos actuales, tanto en Venezuela como en el extranjero. El palangre se ha convertido en una enfermedad tan contagiosa como el COVID-19. La falta de profesionalismo y ética de «presstitutas», que hoy en día trabajan en los grandes medios, es un cáncer para los pueblos del mundo. Si los medios de comunicación no cumplen con su función de informar de manera objetiva y profesional, las personas no podrán conocer lo que sucede en realidad. Todo esto pasa porque los grandes medios de comunicación están controlados por unos pocos y poderosos, y los palangristas están más interesados en vender su producto (sensacionalismo, falta de objetividad, etc.), que en cumplir con su función social de informar al público. Sabemos que los medios de comunicación deberían ser un medio para el progreso social, pero actualmente son un obstáculo para el desarrollo de las sociedades.
La función de los medios de comunicación es informar veraz y oportunamente, de manera objetiva y profesional. Sin embargo, cada vez son más los «periodistas» que utilizan distintas técnicas para manipular la información y hacerla más atractiva, de acuerdo a los deseos de “quienes pagan mejor”. No es ningún secreto que el panorama de los medios ha cambiado significativamente en los últimos años. Con la llegada de Internet y las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales han tenido que adaptarse al nuevo panorama o corren el riesgo de volverse irrelevantes. Por ejemplo, en los últimos años se ha puesto muy de moda el uso de «scoops» o «filtraciones». Se trata de informaciones exclusivas que, por lo general, son obtenidas de manera ilegal o, al menos, utilizando métodos poco éticos. Los grandes medios de comunicación ponen en marcha todo tipo de mecanismos para obtener estas informaciones, sin importarles el daño que puedan causar. Pero el protagonista del hecho es el “periodista” falto de ética que se presta para hacerlo. ¡O sea!
Los grandes conglomerados de medios de comunicación son cada vez más una amenaza para la democracia y la libertad de expresión, ya que en muchos de esos medios priva el “o escribes lo que te ordeno o te vas” y, en lugar de informar de manera objetiva y profesional, se dedican a difundir “fake news” (noticias falsas) o noticias tendenciosas, por instrucciones de quienes tienen el poder y el dinero. Los “periodistas” alegan que tienen que cumplir las órdenes y que no pueden perder sus trabajos ya que tienen que llevar el pan a la mesa de su familia. Como resultado, la gente cada vez más tiene menos confianza en los medios. Y esto es muy peligroso, ya que los medios de comunicación responsables son fundamentales para el funcionamiento de una democracia. Si los medios de comunicación no cumplen con su función de informar de manera objetiva y profesional, las personas no podrán acercarse a la verdad de los hechos. Pese a su importancia, los “periodistas” siguen estando en el ojo del huracán por la falta de ética y profesionalismo en su trabajo.
Kapuściński, considerado como uno de los grandes maestros del periodismo moderno, decía que “desde que los dueños de los medios se dieron cuenta que la información era un negocio, la verdad dejó de importarles”; afirmaba que el periodismo se acaba cuando la noticia se hace mercancía. “El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas sino prender la luz para que la gente vea como las cucarachas corren a ocultarse”. Esencialmente, los estándares éticos son códigos de conducta que todo periodista debe seguir al informar noticias. Todos tienen la responsabilidad de garantizar que sus acciones sean éticas en todo momento. Esto incluye a los editores, los anunciantes y a los propietarios de medios; sin que todos se hagan responsables, el comportamiento poco ético nunca terminará. Pero es que realmente los dueños de los grandes conglomerados de medios de comunicación no tienen códigos éticos, ni normas morales. Sólo tienen códigos para ganar dinero y dinero es poder. Poco les importa si gozan o no de la confianza del público.
Aunque algunos medios sólo atacan al gobierno y sus simpatizantes, los partidos opositores venezolanos han estado en el ojo del huracán desde hace un tiempito y no es para menos: la corrupción que carcomió sus cuerpos está a la vista de todos, pero no por verbigracia de los medios. Desde luego esto no es nada nuevo. Los más recientes escándalos tienen que ver con los casos de Monómeros y Citgo, y con los bienes de la nación en el extranjero; y las “presstitutas” callan o manipulan. Como ya es hora de desechar el condón usado, el “pelanalgas autoproclamado”, han revelado que “líderes de la oposición” se repartieron los recursos de estas empresas como si fueran un botín de guerra (hasta la madre de Locoldo cobraba $300 mil mensuales en Monómeros) y que miembros de la misma oposición están exigiendo rendición de cuentas al “interinato” porque no saben dónde está la mil millonaria suma de dólares que los gringos dicen haberle entregado para ayuda humanitaria, ni lo desfalcado en nuestras empresas. El “pelanalgas” dice sólo haber gastado “apenas” 150 millones.
La gente está harta de ver cómo, con la complicidad y/o silencio de las “presstitutas”, los dirigentes de la oposición se enriquecen a costa del país. No quieren ver más cómo se reparten los recursos del Estado entre unos pocos privilegiados. Es hora de que la oposición venezolana deje de ser una banda de delincuentes y comience a trabajar por el bienestar de todos; es hora de que los medios digan la verdad; es hora que el amor a la patria esté por encima del amor al dinero y a los negocios; es hora que el pueblo le dé un para’o a los dueños insaciables y corruptos de medios de comunicación y sus “presstitutas”; es la hora de la patria.
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