Cecilia Montero Gutiérrez.
Las tecnologías de la información han hecho posible el surgimiento de una manera de ser, pensar y relacionarse con la gente dentro de un mundo virtual que ha recibido el nombre de «cibercultura». Hoy, una nueva y muy compleja cultura se está desarrollando con vistas, sonidos y paisajes nunca visto antes en la tierra. Nosotros, los que habitamos en los lugares virtuales de Internet, estamos evolucionando rápidamente en nuevos tipos de seres; nuestro sistema neuronal y nuestros receptores sensitivos se están extendiendo a través del espacio y el tiempo».
(Houston y Plate: 2000, 59; Quéau: 1999,244. En Antropología social e inteligencia artificial. Álvarez Munárriz L.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=251245).
Con esta cita de hace más de 20 años traigo a colación lo que tal vez ni en ese momento los autores llegaron a considerar como la “nueva y compleja cultura” que la era digital nos reservaba. Hoy lidiamos con conceptos como inteligencia artificial, humanidad aumentada, tecnología intelectual, Homo Sapiens sintético, biocomputación, informática neurocomputacional, revolución digital, realidad aumentada, por mencionar sólo algunos. Incluso hay muchos que plantean la desventaja de sociedades que no pueden tener acceso a este mundo digital y la inevitable exclusión sobre brecha tecnológica que esto supone.
Pero, por otro lado, el mundo virtual ha creado unas posibilidades inéditas de asociación. Lejos de los conceptos mencionados arriba, la comunidad virtual «Preservando el Patrimonio» se centró en mirar no hacia afuera –como la realidad aumentada-, sino hacia adentro: el terruño. Estas son las posibilidades que la era global permite: una tensión constante entre lo global y lo local. En «Preservando el Patrimonio», se afianzó la última.
Cumple su tercer año de existencia virtual. Nació como necesidad del rescate, resguardo y promoción del Acervo Cultural de la subregión Perijá del Estado Zulia, enmarcada en un cuadro de crisis mundial y local: por un lado, la emergencia del Covid-19 como pandemia a escala mundial, y, por el otro, un momento de crisis generalizada en Venezuela con el colapso de toda la institucionalidad formal e informal.
Aunque mucho se ha escrito en los medios y redes sociales sobre la profundidad de la crisis venezolana, al punto de que algunos lo consideran un daño irreversible (por ejemplo, los pensadores de Gumilla han considerado que el proyecto de vida de la mayoría de los venezolanos, -su manera de ser, estar y proyectarse en el territorio- se ha trastocado irreversiblemente para mal, por lo que utilizan el término “daño antropológico de los venezolanos”), experiencias como Preservando el Patrimonio, que ha apostado por el terruño, ponen en evidencia que no es un daño irreversible, y que en el sentido de pertenencia, las tradiciones, y la identidad, se esconde una fuerza capaz de superar o manejar el daño ocasionado por años de sufrimiento social, y, provocar la movilización de voluntades afectivas y de acción para la restauración del tejido social y reacomodo emocional personal.
«Preservando el Patrimonio» es un grupo de WhatsApp organizado por un anfitrión: Álvaro Taborda. T.S.U. en Seguridad Industrial, Higiene y Ambiente. Perijanero, oriundo de Machiques de Perijá, y quien tiene un fuerte sentido de arraigo con la perijanidad: su historia, sus expresiones tradicionales, su gente, su geografía, su cultura, etc. La integran, además, un notable grupo de personalidades de toda la región de Perijá: académicos, juglares, profesionales, comerciantes, ganaderos, religiosos, políticos, entre otros. Con un denominador común: rechazo a las desacertadas políticas sociales dirigidas por el poder político de turno. Esta comunidad no posee un statu “formal” en el sentido de estar asociada a una institución académica, gubernamental u otra que le confiera esa propiedad, pero eso no le resta su talante formal: posee objetivos, pautas, normas establecidas por el equipo que lo coordina, y direccionalidad. Hay un orden interno transversalizado por sentimientos de identidad, respeto, consideración, valoración, afecto y como en toda comunidad, mucha espontaneidad. En este grupo, lo local es más que la sumatoria de sus integrantes, pues lo constituyen perijaneros dentro del dominio político-territorial, y, perijaneros que se encuentran diseminados en la geografía nacional e internacional. Estas posibilidades que brinda una comunidad virtual representa un vivo ejemplo de lo glocal y repercute significativamente en la interacción y reactivación de diálogos inter-personales, inter-grupales, inter-gubernamentales e inter-nacionales.
Uno de los primeros signos de recuperación del tejido social y personal, y regeneración del “daño antropológico”, es el reencuentro. Aunque no es una comunidad que puede abrazarse en sentido estricto de la palabra, se abraza en poemas, mensajes, canciones, imágenes, e informaciones de interés grupal. Esta sensación de “cercanía”, de encuentro, de “presencia”, permite liberarse de pesares, angustias, ansiedades, miedos, sensación de desesperanza, soledad; pues son venezolanos (dentro o fuera del país), que viven o han vivido en zozobra por años de crisis política, económica, social y cultural. Esta liberación insufla ánimo para sobrellevar la carga, incluso emanciparse de ella. Por otro lado, se va gestando un compromiso de integración en la medida que la interacción diaria provoca la sensibilización y transformación en la psiquis grupal, reiterando permanentemente el sentir perijanero, el sentir machiquense.
La integración implica salir de lo individual para zambullirse en lo colectivo, aquello que nos contiene y nos rebasa a la vez, y que, en última instancia, nos define. El grupo de «Preservando el Patrimonio» recrea el mundo cotidiano del ayer: la niñez, la juventud, el mocerío, los juegos, los usos, las costumbres, las tradiciones, las horas felices, sin menoscabo de la información actual del municipio, el país, y el mundo; pero sin duda, la apelación a las representaciones colectivas del nosotros perijaneros guardadas en las memorias son los pilares fundamentales que sostienen esa integración.
La integración ha generado compromisos a lo interno del grupo, pero aún no de largo alcance, lo que implicaría un plan sostenido en el tiempo que dé paso a proyectos o políticas culturales donde las instancias gubernamentales pueden (y deben) jugar un papel preponderante por el nivel de legitimidad que este grupo posee y porque reúne personalidades claves para el éxito de intervenciones socioculturales.
Los compromisos a lo interno del grupo se evidencian en un riguroso y significativo trabajo que integrantes del grupo han asumido con alto grado de responsabilidad. Así, se cuentan las columnas:
1.- ¿Qué celebramos hoy?. Minucioso repaso por la historia local para evidenciar los acontecimientos y personalidades que han dejado huella en la historia humana.
2.- Temaforismos: diversidad de temas idiosincráticos presentados en forma de rima, donde frecuentemente se solicitan esfuerzos para la concreción de espacios, la difusión y divulgación de la cultura local: Museo de Machiques, Programa Radial, Página web Patrimonial, entre otros.
3.- El rico sabor perijanero. Esta columna presenta recetas culinarias autóctonas de la región o en su defecto, adaptadas a la forma de preparar y degustar perijanero.
4.- Existen dos “temas” que son transversales en esta comunidad, sin ser propiamente una sección o columna: Una es la minuciosa revisión ortográfica y uso del castellano por uno de sus integrantes. Atento siempre a la forma de escritura, no deja pasar una falta ortográfica, signo de escritura o mala redacción; y el otro, es el tema religioso, es un grupo que profesa su creencia en Dios, en su Patrona la Virgen del Carmen, del Rosario o la Chiquinquirá, las tres advocaciones marianas relacionadas al estado Zulia, y también a San Benito, el santo referencial de la forma de gaita que caracteriza a la región: Gaita Perijanera.
5.- Por último, los Viernes de Versificación. Ese día se pone en juego las habilidades desarrolladas por los integrantes del grupo en materia de versos, décimas y rimas. Los viernes se imparte formación de la Cátedra Libre de Gaita Zuliana de la Universidad del Zulia, y aunque no es el único día que los integrantes (no todos, sólo los motivados) se comunican en verso, ese día se hace gala de una de las expresiones más distintivas del perijanero: la de versear como modo de expresión. Los versos suelen invitar a la parranda, el encuentro, el disfrute, la alegría.
Ante esto, no se puede negar la importancia de una comunidad virtual que va tejiendo un mundo glocal , un clima mental, una forma simbólica de orientar y conformar las maneras de ser, pensar y actuar. Ciertamente las tecnologías de la información han hecho posible el surgimiento de una “cibercultura», pero a su vez esta “cibercultura” es nutrida, modelada y permeada por la cultura real, local, material, natural, personal, haciendo difícil identificar dónde está lo real y donde lo virtual.
“Nosotros, los que habitamos en los lugares virtuales de Internet, estamos evolucionando rápidamente en nuevos tipos de seres; nuestro sistema neuronal y nuestros receptores sensitivos se están extendiendo a través del espacio y el tiempo».(Houston y Plate: 2000, 59; Quéau: 1999,244). Preservando el Patrimonio, como “lugar virtual” ha posibilitado la emergencia de un tipo de ser: un perijanero interconectado a la red y al terruño, a la realidad problematizada y a la esperanza de futuro mejor, al pasado lleno de anécdotas y tradiciones y al presente lleno de retos y proyectos, que viven, se mueven y sienten su ser apegados a la cultura y naturaleza de un pueblo que está en un lugar y, al mismo tiempo, en muchas partes del mundo.
Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo