Los ajustes defensivos del técnico y la enésima demostración de grandeza de la estrella de Miami ponen el 1-0 ante los Celtics. La coralidad ofensiva (más de cinco jugadores con +15 puntos) se impone al binomio formado por Tatum y Brown
«Tener un entrenador así, que puede hacer ajustes y presagiar el futuro da cierto vértigo», decía Bam Adebayo hace unos días. La carencia de activos puede ser vista como un problema, pero esta puede ser una virtud si se es completamente consciente de cómo maximizar esa falta. En el detalle reside la clave para entender este equipo de Miami Heat. Y en el paso de teoría a praxis, nadie como Erik Spoelstra. Ante Boston Celtics (116-123), otra batalla que vence el técnico de Illinois desde la pizarra. Jimmy Butler y Bam Adebayo, catedralicios en la victoria en el TD Garden. El alero ha vuelto a subir el listón ante un escenario mayúsculo.
Estadísticas generales del partido:
Jimmy Butler, con 35 puntos (12-25 en TC), siete asistencias, cinco rebotes y seis robos de balón fue, de nuevo, el líder en Miami. Destacar su papel de distribuidor en la recta final del partido. Bam Adebayo, con 20 puntos (9-13 en TC), ocho rebotes y cinco asistencias acompañó a Jimmy. Max Strus, Gabe Vincent, Caleb Martin y Kyle Lowry registraron 15 puntos cada uno (22-39 en TC, 12-22 en T3). A excepción del base ex de Toronto, los otros tres, todos ‘undrafted’. Un mérito increíble.
Alternancias en la primera parte
El despliegue enérgico de Bam Adebayo marcaría los primeros minutos. Miami conseguía tiros cómodos desde la media distancia, con el pívot y Jimmy Butler (12 puntos, 5-9 en TC), mientras que los Celtics estaban siendo contundentes en el rebote, gracias al buen desempeño bajo los tableros de Robert Williams III (tres rebotes ofensivos). No obstante, el guion del partido pertenecía a los de Spoelstra, que estaban acreditando un 8-11 en tiros de cambo en los primeros ocho minutos de cuarto. Más intensidad y agresividad. Tras errar los tres primeros lanzamientos de larga distancia, la entrada de Malcolm Brogdon destapó el aro para los Celtics: 4-6 en T3. Sensación de tanteo en el TD Garden.
Butler se sentaba y Spoelstra implantaba una defensa zonal 3-2. Y en ataque, tras la entrada de Kyle Lowry (13 puntos, 3-4 en T3), acelerando el ritmo ofensivo y encontrando tiros abiertos desde el perímetro. Los de Mazzulla se atascaban ligeramente ante la tela de araña visitante. Sin embargo, el trabajo en la pintura estaba siendo óptimo con Robert Williams como eje vertebrador y los Celtics seguían en partido a través de las segundas oportunidades (11 puntos) y de la agresividad en pintura.
La sensación de superioridad física de Jayson Tatum (18 puntos, 7-13 en TC) y Jaylen Brown (11 puntos, 5-10 en TC) ante sus pares era evidente y el objetivo era claro: atacar duro el aro. El 1 vs 1 era constante, las ayudas no llegaban, y a falta de cuatro minutos, Boston establecía la máxima diferencia del partido: +8 (primer tiempo muerto de Spoelstra). Marcus Smart aceleraba el ataque a través del pase (10 asistencias), gracias a las innumerosas pérdidas de Miami (11), lo que generaron 19 puntos de los Celtics en la 1P tras pérdida. Las ventajas físicas permanecieron hasta el final de la primera parte (66-57). Muchas alternancias en el partido.
El rol de Smart en ataque
Cuando se habla de Smart, lo primero que se viene a la mente es su impacto como uno de los mejores defensores perimetrales de la liga y un jugador ganador, capaz de hacer el trabajo sucio para ayudar a los Celtics. Sin embargo, hay un área en la que el ex Oklahoma State aparece cada vez más firme y productivo: su rol como conductor y asistidor.
Smart tiene mucho menos el balón en sus manos que los bases más asistidores, siendo absolutamente oportunista y preciso para aprovechar los momentos en los que puede generarle un tiro cómodo a un compañero. Esa es la compañía para lo que hace Smart como pasador, en una faceta que hasta hace algunas temporadas parecía muy lejana a sus posibilidades.
Comienzo clónico en la segunda parte
Bam Adebayo (16 puntos, 7-11 en TC) reaccionaba con carácter y con un enorme derroche físico, acompañado de un gran Max Strus (15 puntos) y Kevin Love que castigaban desde el perímetro con tiros en transición. Sufrían los de Mazzulla en los repliegues ante unos Heat que, un día más, demostraban que a esto, muchas veces, importa más la intensidad y compromiso que la propuesta táctica. Rebasado el ecuador del cuarto, el parcial en puntos en pintura era de 2-18 a favor de Miami. No recuerdo un equipo que castigue más las ventajas rivales. El equipo que va por delante empieza a perderla. Terreno ideal para los de Florida (parcial de 9-27). Máxima diferencia del partido para ellos (+6).
El tercer cuarto finalizaba con 25-46 a favor de Miami: 17-26 en TC. De nuevo, los ajustes de Erik Spoelstra. Diferencial.
Y, como dato, a falta de cinco minutos, Miami ya había anotado más puntos (111) que en cualquier partido ante New York (109). Tatum (tres pérdidas) y Brown no estaban tomando buenas decisiones, el cansancio hacía mella en ambos equipos, aparecía la versión más distribuidora de Butler y la versión mortífera de Caleb Martin (15 puntos). Partido sentenciado. Lo ganó Miami. Lo ganó Spoelstra. Los de Florida dominaron el ritmo del partido y ponen el 1-0 en la serie. Incombustibles. Resilientes.
Y ojito a este dato: los problemas de los Celtics en el ‘clutch’
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El Pepazo/Marca