Leonardo Núñez Martínez
En todo el mes de mayo, se les ve por “dondequiera”. Crecimos con ellos y disfrutamos su sabor y su sombra en los patios, en el parque y en las “majadas” de las materas y conucos.
Por todas partes había mangos y aún se les ve “florear” en el verano y cosechar en la primavera de mayo. En diciembre, la cosecha de “veranillo” cierra el ciclo de este árbol prodigioso que crece rápido, tiene tupido follaje, nutritivo fruto y raíz profunda.
Los he visto en los patios blancos de La Villa y en los caños de Machiques; en los valles colinosos de Semprún; en los bordes de las ciénagas del Catatumbo; en el explayamiento fluvial de Colón; en 4 Esquinas, Bobures y todo el piedemonte andino.
Cómo crecen y abundan en los alrededores de Mene Grande, por El Venado hasta la Serranía del Empalado; se ven mangos en Paraute, en las vegas del Misoa, Machango y Tamare; por la carretera y en los campos petroleros de Lagunillas, Tía Juana y Cabimas.
En este mes, provoca verlos en El Guanábano y Ziruma.
Se dan muy bien en los suelos arenosos de Santa Rita y Los Puertos adornando junto a cocoteros, mangles y cremones, las riberas lacustres de Sabaneta y Ancón de Iturre.
Las viejas de Los Jobitos aún pelean porque los muchachos no los tumben desde las cercas de sus patios y en el suelo agreste de Quisiro se dan los mangos fácilmente. Hasta en Isla de Toas hay mangos, a pesar del ecocidio.
En la Guajira hay mangos también, por Los Guardias, Carretal y Guana. Vayan al Moján y Carrasquero y los verán frondosos.
¿Qué decir de Maracaibo y su planicie aluvial?. Sus suelos franco arenosos y clima cálido son propicios para los mangos y “mangas”. En los patios de La Rotaria hay muchas matas. Las culatas en El Mamón viven llenas de mangos y abundan en el barrio Integración Comunal.
En los solares de La Cañada vemos mangos, olivos y mamones. Conozcan los inmensos mangos que hay en los campos petroleros de La Concepción y en las granjas de Palito Blanco y Los Bucares. Dígame en San Francisco: ¡no más que hay dos!.
Definitivamente, las matas de mango forman parte preponderante del paisaje zuliano, como los cujíes, acacias, caracolíes, guayabos y ceibotes. ¡Como vos!, como Alejandro Paredes que tanto las defendió y como mi hermano Mario Fernández lo hace hoy.
El Pepazo