“Hay dos historias: la historia oficial, mentirosa, la que se nos enseña. Y la historia secreta en la que se hallan las verdaderas causas de los acontecimientos; una historia vergonzosa.”
HONORÉ DE BALZAC
Luis Semprún Jurado
“Buen día, camaritas”, fue el saludo de Anacleto al llegar a la reunión. “Parece que se propusieron a hacerme sentir que llego tarde; pero es la hora, soy puntual.”, dijo soltando una sonora carcajada. “¿Han oído hablar de las primarias de la majunchería? ¿Tendrán en verdad la intención de llevarlas a cabo? ¿Solicitarán al final la asistencia del CNE? Bue… Manuel dijo que como iba a desconocer a un CNE con el que ganó y tiene razón. Y los majunches que lograron la mayoría en el 2015, ¿con cuál lo harían? Razón tenía Honoré al decir lo que dijo, pues era una verdad indiscutible para esa época, por allá por mil ochocientos cuarenta y pico, y para hoy una media verdad, porque la «historia actual» la quieren contar los poderosos millonarios a su manera a través de sus indecentes, embusteros y manipuladores conglomerados de medios de «y que» comunicación social. La majunchería criolla no se queda atrás y cree poder hacer un club al estilo «los amos del mundo» o «Club Bilderberg», ultrasecreto, súper exclusivo, sólo para los más poderosos y para los poseedores de abultadas cuentas bancarias, posiciones de poder con sus correspondientes influencias financieras, políticas, mediáticas, intelectuales, militares y gubernamentales; quieren un grupo cerrado de apoyo más allá del bien y el mal. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, dice el refrán, y su falta de coherencia ha sido su mayor obstáculo. Fíjense que desde que Diosdado comentó que para las presidenciales «le gusta» agosto, comenzó el corri corre para la elección o selección de un candidato para enfrentar a Nico y con ello la necesidad de unas «primarias», porque eso del «consenso» lo ve muy mal el pueblo, y para hacer esas primarias se les hace imprescindible la asistencia del CNE con toda su estructura. «Ah… pero es que así el CNE sabrá quienes votaron en esas primarias y eso no puede ser» ¡Pa’lo que le interesa al CNE saber eso! El problema es que con el CNE se sabrá cuántos en verdad votaron en esas primarias y no podrían salir a abultar los numeritos con «votaron 8 millones», para decir que son mayoría. Y si están contando con los «y que 10 millones en el extranjero», ¿dónde votarían ellos si no reconocen las instituciones del gobierno de Nico? ¿En los centros de votación de Narnia? ¿Quién avalaría eso? ¡Andan muy enredados! Ah, pero la culpa es de Nico. Así mismo se tiene que tomar en cuenta la posición de los partidos políticos sobre las primarias, que variaría según su grado de participación y compromiso con el proceso, y la real posibilidad de quienes sean sus candidatos. Según los «entendidos» estos forman parte del listado de aspirantes: Henry Falcón (aunque lo niegue), Nicmer Evans (la opo sí lo toma en cuenta), Carlos Prósperi (por AD de Ramos), María Machado (por veinte Venezuela), Henrique Capriles (por Pura Jodienda), Carlos Ocariz (¿PJ?), Juan Guanipa (¿también PJ?), Manuel Rosales (UNT), Bernabé Gutiérrez (AD), Delsa Jennifer Solórzano (Encuentro Ciudadano), Juan Guaidó (Narnia), Andrés Velásquez (Causa Rota), Antonio Ecarri (Lápiz), Daniel Bertucci (Cristianismo), José Brito (no lo dejan participar), y otros cuyos nombres no recuerdo. ¿Qué creen ustedes pasará luego de esas «transparentes» primarias? ¿Veremos el mismo espectáculo de las del pasado cuando ellos mismo quemaron las actas para que las denuncias de fraude entre ellos mismos no se pudieran investigar? ¿Quién dará fe que cumplirán «respetar el resultado»? ¡Ya de esa cabuya tenemos un ovillo! Nadie respetará nada. Así son.”
Nuevamente la oposición venezolana, o como la llama gran parte del pueblo, la majunchería, la malinche, la pupusición, debido a su comportamiento pasado, enfrenta un gran desafío: elegir a un candidato que represente sus aspiraciones y que pueda competir con Nicolás en las elecciones presidenciales. Para ello ha convocado, como en una vez anterior, a unas elecciones primarias que esta vez planifican realizar el 22 de octubre de 2023, con la participación de algunos partidos, la exclusión de otros y candidatos independientes. Sin embargo, debido al recuerdo de la mala experiencia pasada, este proceso no está exento de dificultades, polémicas y riesgos internos que afectan su legitimidad, transparencia y efectividad. Y es que no se puede negar que la oposición criolla ha sufrido una profunda crisis durante los últimos veintipico de años, marcada por la fragmentación, la desconfianza, falta de liderazgo y estrategia común, aunada al fracaso del intento de ingresar “y que” ayuda humanitaria en febrero de 2019, y al fallido alzamiento militar del 30 de abril del mismo año.
Además es responsable de la inconstitucional juramentación del pelanalgas auto proclamado hasta la disolución de la figura del gobierno interino encabezado por ese payaso en enero de 2023, y el gigantesco robo que junto a su banda le han hecho a la nación. A eso sumémosle la contratación de una empresa estadounidense de mercenarios para que nos invadieran, la solicitud de sanciones y bloqueos, sin olvidar las guarimbas, los quemados vivos, las guayas asesinas y pare de contar. En todo fracasaron, a pesar de tener el total apoyo de imperio guerrerista norteamericano y su financiamiento. Entonces ahora, se quieren presentar como santos angelitos que no han quebrado un plato. “Yo si los quiero y respeto y voy a trabajar a conciencia por su bienestar”. No, el antichavismo ha mostrado sus divisiones y debilidades frente a un gobierno que ha logrado mantenerse en el poder pese a las sanciones internacionales, crisis económica y sanitaria, las carencias, los bloqueos y el desmejoramiento social. Y aún no entienden a este generoso, valiente y resistente pueblo que no les quiere.
Ante este escenario, sectores de la opudrición optaron por participar en procesos electorales convocados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), ente regulador electoral en el país, como las parlamentarias de 2020 y las regionales y municipales de 2021; mientras que otros los rechazaron de plano por considerarlos fraudulentos y faltos de garantías. Sin embargo, el sector que sí participó en esos procesos ganó gobernaciones, alcaldías, concejalías y diputaciones. Asimismo, algunos líderes opositores han apostado por el diálogo y la negociación con el gobierno de Nicolás, con el apoyo de países como Noruega y México, mientras que otros han mantenido una postura más radical y de confrontación, respaldada por Estados Unidos y el ya inexistente Cartel de Lima (por cierto, muchos de esos presidentes están presos por ladrones). Ante esa situación, las primarias son una oportunidad para buscar unidad y renovación del liderazgo opositor, algo muy difícil, conociéndolos, porque implican una serie de desafíos a sus “ambiciones personalistas” difíciles de superar.
Entre los desafíos que enfrentan las primarias de la oposición encontramos:
1.- La definición del mecanismo electoral: no se sabe si habrá consenso en pedir la asistencia técnica del CNE, si serán automatizadas o manuales, ni como participarán los venezolanos en el exterior.
2.- La inscripción y postulación de los candidatos: que requisitos se tienen que cumplir para inscribirse y postularse; qué hacer con los inhabilitados por la CGR y quiénes los podrían impugnar legalmente.
3.- Movilización y participación ciudadana: saben que tienen que enfrentar la apatía, el desánimo y la desconfianza de gran parte de sus propios simpatizantes que ha perdido la fe en ellos, no sin razón, ya que la mayoría del pueblo no los ve como una alternativa creíble y democrática como para lograr el cambio que “prometen”. Escepticismo y certeza vs apariencia y realidad. A este tipo de elección lo llaman libertad, no sé de qué, porque nada hacen sin la aprobación del amo del norte. ¡O sea!
Las controversias más visibles son: – Legitimidad y la representatividad de la Comisión Nacional de Primarias, encargada de organizar y arbitrar el proceso electoral. (La que la vez pasada quemó los libros de actas por denuncias de fraude entre ellos.) ¿Quién garantiza su imparcialidad? – La participación o no de partidos o movimientos políticos que se han deslindado de la Plataforma Unitaria o que han señalado al “gobierno interino” de “ladrón” – La conveniencia o no de realizar unas primarias en medio de una crisis económica, social y humanitaria que afecta a la mayoría de los venezolanos – La posibilidad de que surja un candidato sorpresa (outsider) que capte el apoyo popular y le gane a todos los “y que” líderes tradicionales de la oposición. – El saber que a pesar de resolver todas sus controversias, desafíos y diferencias nada les garantiza un triunfo sobre Nico. Sus experiencias pasadas sólo han mostrado que han ido de error en error y de derrota en derrota, y nada han hecho durante todos estos años para lograr cambiar la imagen que este valiente pueblo tiene de ellos. ¡No volverán!
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