El base no disputa un partido desde enero de 2022 y se ha sometido a tres operaciones en la rodilla izquierda sin sentir mejoría
Con tan sólo 25 años, Lonzo Ball podría no volver a jugar al baloncesto. Es lo que empiezan a sospechar en los Bulls, que temen que su base no pise una cancha nunca más debido a sus problemas en la rodilla izquierda. Las lesiones le han hecho pasar por el quirófano en tres ocasiones sin que experimente mejoría. La carrera de uno de los directores de juego más esperanzadores de la NBA corre serio peligro.
Ball tuvo que operarse por tercera vez en marzo. Debían hacerle un trasplante de cartílago. Era seguro que no jugaría más en la presente temporada, también que se perdería buena parte de la siguiente o incluso que no estaría listo en toda ella. Pero en los Bulls empiezan a colocarse en el más pesimista de los escenarios y es no poder contar con el base nunca más.
Antes de esa nueva operación, el jugador no podía correr ni saltar sin dolor pese a todo el tiempo de recuperación que llevaba. En su vida cotidiana, también estaba muy limitado, pues tenía dificultad para subir y bajar escaleras. Vistos los temores de los Bulls, no ha evolucionado bien.
Camino del año y medio sin jugar
Ball ha cumplido el segundo de sus cuatro años de contrato con la franquicia de Chicago a razón de 80 millones de dólares. El base cumplió con creces mientras estuvo sano, con promedios de 13,0 puntos, 5,4 rebotes y 5,1 asistencias en los 35 encuentros que disputó la campaña pasada. Los Bulls marchaban 27-13 cuando comenzaron unos problemas físicos que han marcado la reciente trayectoria del equipo y que pueden terminar con la carrera de Ball con tan sólo 25 años.