Es increíble cómo los Miami Heat cambiaron, otra vez, la historia. De tenerlo hecho, a sufrir, a marcarse un séptimo cómodo. No existió tensión, fue una catarata de errores de los Boston Celtics, finalizando con 32/82 en el tiro y un terrorífico 9/42 en triples, ocho balones perdidos por Jaylen Brown y la comodidad regalada unos Heat que marcaron el paso cómo quisieron. Jimmy Butler lideró el ataque (28+7+6) y dirigió con maravilla todo el sistema de Spoelstra, Caleb Martin fue el factor x que destrozó todo en el último parcial (26+10) y pasaron como un tornado en una cancha que marcaba otrora las diferencias en los séptimos encuentros.
Miami marca el paso
Se acumuló todo. Tatum tocado, tras una torcedura de tobillo, desde la primera jugada, Brown en una clase desastrosa de sumar perdidas de balón. Y los Heat, cómodos. De salida, Butler y Caleb Martin sacando provecho a cada defensa del bloqueo que los Celtics no leían (15-22, 12′). Una ventaja que se multiplicó tras un acelerón más que serio en los primeros minutos de segundo parcial. Liberados en el tiro, salió Duncan Robinson, también un Caleb Martin en estado de gracia y los Celtics no encontraban respuesta (25-38, 17′).
Cómodos en ataque y siempre con respuestas a las propuestas de Boston. Derrick White y Robert Williams, influyentes en las dos canastas, intentaron reaccionar con más volumen físico y algo de acierto. White puso ocho segundos y ‘TimeLord’ ajustó la defensa al máximo. Recortaron hasta ocho de diferencia (66-74, 34′). Pero volvieron a caer en sus males. En un séptimo encuentro, tras hacer lo imposible en una final de Conferencia.
El broche de Martin y Butler
Los Heat colocaron el broche. Se presentaron al periodo final como quisieron. Caleb Martin siguió con su serie de locura firmando ocho puntos seguidos (dos triples), la defensa en zona castigó más y Butler puso cuatro más en el amanecer del cuarto. Robinson, desde fuera, certificó el triunfo con la máxima de 18 (86-68, 40′). Los Celtics, mientras tanto, se apagaban entre errores.
Otro fallo más de Smart y Adebayo alcanza el aro fue el final con dos minutos en el reloj del Garden. Una de las mecas de la NBA guardó silencio, los Miami Heat habían arrasado con todo. El equipo de los chicos sin draftear y viviendo la otra cara del deporte, el de Jimmy Butler enfadado con el mundo pero ganando series y el de la historia del baloncesto. Jokic es la estrella de la final, Miami acepta el papel de bajar al barro y luchar. Ya son inmortales. Ahora quieren su anillo.
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El Pepazo/Marca