Leonardo Núñez Martínez
Muchas historias se narran en Perijá sobre los dislates, excentricidades, desafueros, desatinos y disparates cometidos por algunos dueños o «encargados» de materas, parcelas o conucos en el ejercicio de las diversas tareas que comprende la producción ganadera y agrícola.
Cuando una finca o un fundo «se iba a pique», dejaba de producir, se arruinaba, o cuando mostraba perdidas irreparables, los viejos de mi pueblo Cataneja, en quienes predominaba la racionalidad, el método, la sensatez y visión estratégica en el manejo de recursos escasos y el sentido de la oportunidad, en aquellas circunstancias simplificaban las causas que llevaron al fracaso de un predio agrario diciendo cuando esto ocurría, que era porque éste se encontraba «en manos de un loco».
No había salvación ni esperaban otro desenlace cuando los potreros se dejaban «embarzalar», el «bachaquito» hacia de las suyas, el ganado «parío» se descuidaba, no se sustituían las vacas viejas o becerros y sus madres se «mamaban» hasta la última gota de leche llevando la producción a cero.
«En manos de un loco» se hallaba una matera cuando el patrono maltrataba a los trabajadores violando totalmente sus derechos. Ni qué decir de aquel «botarate» que maquillaba el fundo con cosas innecesarias o gastaba en ron la «semanita de leche», jugando gallos o apostando a lo que sea.
Vistos los síntomas de un evidente desplome, en lugar de salvar lo que aún quedaba, era común observar la «pérdida total». La posesión o propiedad de una explotación agraria o montuna, cuando esta se hallaba «en manos de un loco», afectaba con ello la familia e indirectamente a vecinos y acreedores.
Quien dirige actualmente el gobierno norteamericano sufre de demencia senil, movilidad descontrolada o desorbitada, fraseología inducida o apuntada y apego a un hegemonismo que llegó a su fin.
En ese papel, Joe Biden «echa a pelear» a ucranianos y europeos contra los rusos, conduce peligrosamente el destino planetario a una guerra mundial inevitablemente nuclear, sólo por ser fiel a los capitalistas más poderosos de los Estados Unidos y hace poco Donald Trump confesó que casi logró «colapsar a Venezuela y apoderarse de todo su petróeo».
Notoriamente, hace tiempo que nos encontramos ante una decadente potencia imperialista que sucesivamente se halla «en manos de un loco».
¡ORGULLOSAMENTE MONTUNO!
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El Pepazo