Taischi Molina
La suave brisa de la noche trae consigo tu dulce aroma, en un suspiro queda mi vida entera y en un te quiero palpita mi corazón,
en un instante veo tus ojos acariciando mi alma
no importa la distancia porque nuestros caminos se entrelazaron y se hizo uno solo.
Estamos tan cerca como la carne y el hueso, como la sangre que navega entre arterias preparadas para su recorrido.
Envuelta estoy en pétalos de rosas cerrada ante tantos secretos ocultos, que pronto sabré
más tu amado, tienes la llave del misterio.
La luz declina a favor de mis ojos como lámparas,
son mis luminares que ven tu silueta al andar
se sienten ya los pasos de mi amado que vienen cargados de emoción, al ver mi corazón suspirando en cada rincón de mi vida,
cada vez despierta la canción donde nace un beso tuyo y se desborda en el caudal de la pasión.
No podrán las turbias aguas enlodar la ternura, ni las tormentas regias mover las emociones, ni los mares embravecidos porque ya sus aguas se secaron.
Podrá El Sol cubrirse de silicio, podrá la luna arroparse con su manto gris,
podrá la tierra liberar su furor y desprender su saber
podrán las gotas de aguas caer y romperse como delicados cristales cuando llega el invierno
todo podrá suceder pero jamás apagarse la llama del amor.
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El Pepazo