Taischi Molina
Desde que mis ojos se abren a la gratitud de Dios,
alcanzo a imaginar tu mirada;
esa que impulsa a lo inimaginable.
Esa mirada que traspasa los linderos prohibidos
y descansa en los prados de tu paz.
Toma unos minutos para saber
que no puedo vivir sin ti.
Cuando cierro mis ojos busco trasladarme donde tú estás;
me persigue tu aroma y me lleva por tierras fértiles,
donde la higuera nunca deja de florecer;
tus brazos anhelo en este mar de lágrimas;
tus besos acaricio en medio de mis sueños;
y alcanzo tocar tu rostro tierno y fragil
que provoca esconderlo
en los laberintos de mi amor.
Las penas se han ido,
las tormentas han desaparecido,
el eclipse pasó y mi tierno amor aún permanece.
Ni la distancia podrá separarte de mí;
escucha mi corazón que late con más intensidad;
que antes de saber de ti alma mía,
se esculpió en mi piel tu nombre,
sin saber que existías mi alma te esperaba,
mi alma te vio y se quedó contigo.
Mucho tiempo atrás estabas esperándome,
las cosas del amor no son para después,
son aquellas cosas que iluminan la vida, que hacen brillar los valles oscuros,
que sin saber los caminos,
el amor se enciende y propaga
la fuerza que mueve montañas,
Las cosas del amor son aquellas que dicen llamarse: El poder del amor.
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El Pepazo