Manuel Paredes
El 4 de julio, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de la ONU, dirigida por Volker Türk, presentó un informe actualizado sobre la violación de derechos humanos en Venezuela. El informe abarca el periodo comprendido entre el 1 de mayo de 2022 y el 30 de abril de 2023 y se centra en
los últimos acontecimientos relacionados con los derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales, el Estado de derecho y el espacio cívico, así como en el grado de aplicación de las correspondientes recomendaciones formuladas en informes anteriores.
En dicho informe visualiza la profunda desigual social y distribución de la riqueza en el país, es así como se presenta que continuaron afectando negativamente los servicios públicos esenciales, el transporte, la educación y la salud, algo que los venezolanos lo sabemos a profundidad porque lo padecemos día a día
Destaca este informe que la inflación y la devaluación del bolívar obstaculizaron los niveles de ingresos, incluyendo salarios y pensiones, dificultando las condiciones necesarias para disfrutar del derecho a un nivel de vida adecuado, lo cual ha llevado a que se mantenga la lucha y las jornadas de protestas por salarios y contratos colectivos, que han llevado a la cárcel a 6 luchadores sociales que precisamente en la misma fecha de presentación del informe arriban a un año de estar secuestrados por la justicia como lo son: Alcides Bracho, Nestor Astudillo, Alonso Meléndez, Reynaldo Cortés, Gabriel Bracho y Emilio Negrin.
De igual manera se ha arremetido contra los trabajadores de SIDOR, a quienes se les llevo un juez para detener la huelga, deteniendo y desapareciendo a los trabajadores Leonardo Azocar y Daniel Romero por 10 días, manteniéndose aun secuestrados, imputados por los delitos de instigación al odio, asociación para delinquir
y boicot, siendo trasl dados a Caracas, a donde sus familiares, amigos y compañeros de trabajo, les es difícil acceder, violando sus derechos al debido proceso.
Ese es el comportamiento de un régimen que criminaliza la protesta de quienes exigen contratación colectiva y aumento de salarios, de esta manera busca amedrentar a la población para que no proteste, de manera que estamos en presencia de la continuación de un crimen de lesa humanidad, un ataque sistemático generalizado
contra la población civil, lo que constituye una política con conocimiento de dicha política por parte de quienes detentan el poder en Venezuela, de persecución y encarcelamiento.
En este informe también se denuncia la desigualdad existente en el país, aspecto no destacado en los medios, en el cual se plantea la existencia de una burbuja en Caracas que los separa del resto del país, en lo que refiere esa distribución desigual de la riqueza, la hemos visto con las inversiones que se han realizado en diferentes zonas de la capital como Las Mercedes y Altamira, con la presencia de concesionarios de autos de gran costo, de bodegones, incluso de un restaurant a gran altura, los cuales salieron a relucir como producto de lavado de capitales, de la corrupción denunciada por el mismo régimen.
Pero no solamente se expresa esa desigualdad en esas inversiones provenientes de la corrupción de PDVSA, también es posible observar que existe una mayor cantidad de circulantes de dólares en la capital que en el resto del país, donde según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la remuneración promedio durante el
primer trimestre de 2023 se situó en $141,8 respecto a $135,2 registrado durante el cuarto trimestre de 2022, no obstantes existen otros estudios que refieren un mayor promedio salarial para las industrias y menores remuneraciones en el interior del país. Sin embargo, es de destacar que los salarios de los trabajadores venezolanos son los más bajos del continente.
Por otra parte al ajustar esas remuneraciones con el aumento de los precios en dólares que han experimentado los precios, se aprecia una caída significativa en términos de poder adquisitivos, lo que ha hecho que los precios de algunos rubros hayan experimentado una rebaja. Por eso es posible plantear que si no existe una distribución
de la riqueza en lo que se refiere a una mayor remuneración al trabajo en comparación con la que recibe el capital no se genera el desarrollo de la economía del país . Esa distribución desigual de la riqueza se expresa con el ejemplo de lo que se remunera a los trabajadores en Venezuela y el precio de los productos que se venden a
precios internacionales, con lo cual las ganancias de los que más poseen son “70 veces” màs con respecto a los que están en condiciones de miseria.
Por tanto, la lucha por un salario constitucional, pensiones de vida, contrataciones colectivas, que eleven la capacidad de consumo de la población, debe ser parte de un conjunto de demandas a presentar, junto con las demandas sociales del derecho a la educación, salud, vivienda, entre otros. Además de las exigencias políticas
como la libertad de todos los presos políticos, en especial los luchadores sociales y los dirigentes sociales secuestrados por el régimen, el regreso de los exiliados y las libertades democráticas como la lucha contra la censura en los medios de comunicación, la no persecución a la dirigencia opositora, las inhabilitaciones políticas. Para ello es necesario profundizar en la unidad y establecer un programa de lucha y de
transformación del país a favor de las mayorías.
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