Thaischi Molina
Por la mañana vinieron mis hermosos turpiales vestido de ilusion,
encantados dibujaron en mi ventanal
alegres colores llenos de vida.
Sus alas señalaban un camino de flores, miel y ternura;
sin tanto desperdicio logré escalar las grandes montañas,
que estaban entre los campos de lirios.
Pasar los ríos y lagos fue un reto
porque necesitaba coser alas color nácar;
mirar el viento, deteniendolo a mi favor
y volar hasta lo inimaginable.
Descubrir que pronto tendré la certeza
de acariciar el alma de mi amado.
Qué lástima me doy detrás de quién
no logra ver mi sacrificio.
Creo que no soy digna.
Qué lástima tu das
porque tu amor fue fugaz como las estrellas que caen en tierra;
esas palabras que salieron un día de tu corazón carmesí,
hoy se burlan de mi alma.
Nunca tu rostro pude ver de frente.
nunca tus ojos pude ver al descubierto, solo sombras y misterios salían a flor de piel.
Enfrentar los temores debió ser tu fuerte;
pudiste ser el gigante que aplastara el miedo;
no pudiste pararte en la brecha y seguir los pasos de la libertad.
De poder amar.
Un tumulto de incógnitas aparecieron en tu mente
y fue la atadura que encarceló tu alma
y nunca pudiste vencerlas.
Ráfagas de viento nublan tus deseos;
tu alma escapa cual águila cazadora detrás de su presa de ensueños.
Muele todo el dolor y lo esparces en los agujeros del olvido;
ellos se encargarán de desaparecerlos para siempre.
No te angusties más.
Jamás vendrá algo que no quieras.
Abre tu corazón y deja que el amor
con sus manos de seda moldee
y transforme tu alma hasta llegar a lo más profundo de tu ser.
Alguien te espera y anhela lo que un día
tus palabras hicieron alegrar a un corazón moribundo.
Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo
El Pepazo