El cáncer de pulmón es la primera causa de muerte oncológica en España y tiene un culpable mayoritario: el tabaquismo. Conocer a fondo esta relación puede ayudar a alcanzar el objetivo de alcanzar el 70% de supervivencia en esta enfermedad en 2030.
María Sánchez-Monge
La estrecha relación entre el tabaco y el cáncer de pulmón, cuyo día mundial se conmemora el 17 de noviembre, es incuestionable. Las cifras hablan por sí solas y demuestran que este tipo de tumores serían mucho menos frecuentes si se redujese de forma drástica la población fumadora. En España se diagnosticaron en 2022 un total de 30.196 nuevos casos de cáncer de pulmón, 22.255 en hombres y 7.941 en mujeres. Es el tercer tumor en frecuencia de aparición, pero la primera causa de muerte por cáncer, estimándose en 22.830 el número de fallecimientos por este motivo el año pasado en nuestro país. La razón: la mayoría de los diagnósticos tienen lugar en fases avanzadas.
Las evidencias del vínculo mortal entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón son múltiples, pero se pueden resumir en 5.
1. El 90% de los casos de cáncer de pulmón se dan en fumadores
“El 80-90% de los cánceres de pulmón se dan en fumadores o en personas que hayan dejado de fumar recientemente”, apunta Marta Blanco, responsable de Asuntos Médicos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Según los distintos estudios científicos publicados, “los fumadores tienen un riesgo de 10 a 20 veces mayor de desarrollar cáncer de pulmón (según el número de cigarrillos fumados al día) que los no fumadores”, agrega la experta.
Hace uno o dos siglos, cuando el hábito de fumar no estaba tan extendido, “el cáncer de pulmón era poco frecuente”, resalta Carlos Rábade, coordinador del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). A medida que fue aumentando el tabaquismo, lo hicieron los distintos tipos de cáncer asociados, entre los que destaca con mucha diferencia el de pulmón.
El 10-20% de los casos de tumores pulmonares no achacables al consumo de cigarrillos y otras formas de fumar están relacionados con distintos factores de riesgo, entre los que se encuentra el tabaquismo pasivo, pero también la exposición al gas radón o al amianto, la contaminación ambiental o la presencia de mutaciones genéticas.
En términos generales, el riesgo de cáncer de pulmón de los fumadores pasivos “es similar al de los fumadores de uno a dos cigarrillos al día”, señala Blanco.
¿Los fumadores sufren tumores de pulmón distintos?
No hay evidencias concretas que demuestren que fumar se relacione con algún tipo específico de cáncer de pulmón. Sin embargo, se ha observado que se asocia con mayor frecuencia con el carcinoma de tipo escamoso o epidermoide, así como con el cáncer de células pequeñas (microcítico). En cambio, se ha vinculado en menor medida con el cáncer conocido como adenocarcinoma, aunque este tipo también es más frecuente en fumadores.
2. El aumento del tabaquismo en mujeres dispara la incidencia
La evolución del tabaquismo y de las enfermedades asociadas en las mujeres constituye otra buena prueba de la existencia de una relación letal. Marina Morato, técnica de prevención de la AECC, considera importante destacar que el cáncer de pulmón “pasó de ser el cuarto tumor más diagnosticado en mujeres en nuestro país en las estimaciones de 2015 (6.614) a ser el tercero con más incidencia (7.941) en 2022; en probable relación con el aumento del consumo de tabaco en mujeres en las décadas más tardías del siglo XX”.
Pese a que el perfil del paciente con cáncer de pulmón en España es el de un varón, fumador y con edad media de 60 años, “las mujeres ya representan uno de cada cuatro casos (el 27%), en la senda de crecimiento augurada por los expertos”, advierten desde el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) en el informe Cáncer de Pulmón: Radiografía 2023.
3. Dejar de fumar disminuye el riesgo de cáncer de pulmón
La probabilidad de sufrir cáncer de pulmón de alguien que acaba de dejar de fumar sigue siendo muy superior a la de la población general, pero mejora con el paso del tiempo. “Dejar de fumar disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, de manera que al cabo de 15 años se aproxima al de los no fumadores”, recalca Morato. “Este descenso depende sobre todo del tiempo de consumo y el número de cigarrillos”, apostilla. Estas son algunos de los beneficios de abandonar el hábito tabáquico:
- Dejar de fumar a los 30-40 años de edad reduce el exceso de riesgo de cáncer relacionado con el tabaquismo en aproximadamente un 90%.
- A los 5-10 años después de dejar de fumar disminuye a la mitad el riesgo de cáncer de boca, garganta y laringe.
- 10 años después de dejar de fumar disminuye el riesgo de cáncer de pulmón, situándose en la mitad que el de una persona que sigue fumando.
- 15 años después de dejar de fumar el riesgo se aproxima al de un no fumador.
4. Mecanismos por los que el tabaco causa cáncer
Cada vez se conocen mejor las sustancias cancerígenas del tabaco y los mecanismos por los que inducen el desarrollo de cáncer “El tabaco tiene nitrosaminas y una serie de compuestos orgánicos volátiles que son capaces de mutar el ADN, con el consiguiente mayor riesgo de cáncer de pulmón”, resume Rábade. “De los componentes del humo de tabaco destacan como agentes cancerígenos los hidrocarburos aromáticos policíclicos”, destaca Blanco.
Los enemigos que se esconden en los productos del tabaco son muchos más. “El humo procedente de la combustión del tabaco (cigarrillos, puros, pipas) está compuesto por unas 4.000 sustancias diferentes, 69 de ellas altamente tóxicas y cancerígenas”, revela Morato.
Estas sustancias químicas, tras ser inhaladas (vehiculizadas por el humo del tabaco), pasan a la sangre y se transportan a diferentes partes y tejidos de los órganos del cuerpo. Muchas de estas sustancias penetran en las células y pueden dañar su ADN. De esta manera, “se inician una serie de alteraciones que, cuando los mecanismos de reparación de la célula no son capaces de arreglarlas, acaban desencadenando la transformación maligna de la célula”, indica la responsable de la AECC. Y ese es el comienzo del cáncer.
5. Un plan nacional reduciría la mortalidad
Saber qué relación existe entre el tabaco y el cáncer es imprescindible para cumplir el objetivo de la iniciativa Todos contra el cáncer de la AECC: alcanzar el 70% de supervivencia en esta enfermedad en 2030, año en el que, además, se espera conseguir la primera generación libre de tabaco.
Separ y la Asociación Española Contra el Cáncer, junto con otras nueve sociedades científicas, apuestan por el desarrollo de un plan estatal de cribado de cáncer de pulmón, encarnado en el proyecto Cassandra, que está activo en 12 hospitales españoles, a los que se sumarán 40 centros en los próximos meses. “Este plan no solo se debe centrar en el cribado para la detección precoz, sino también en la introducción de programas de cesación tabáquica”, indica el representante de Separ.
Con el apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer.
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