Las alarmas saltaron en Dallas con la aparatosa caída de Dwight Powell sobre la pierna de Kyrie Irving. Los peores presagios ya estaban en la mente de los aficionados, y la temporada parecía dar un vuelco radical. Tras los estudios realizados, el base se perderá un tiempo en la pista, pero volverá antes de lo esperado. Pero, con Doncic, ninguna baja es importante.
El esloveno está en un estado de forma sensacional. Nadie canaliza mejor el ataque que él en la liga. Es capaz tanto de destruirte desde dentro, estar acertado desde fuera y jugar con la defensa, como de hacer mejores a sus compañeros y subir el nivel de cada uno de ellos.
Anoche fue una de esas noches. 35 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias frente a unos Grizzlies (113-120) que se les ha hecho la espera por Ja Morant más larga de lo que pensaban (6-16). Mirando el lado positivo en Memphis, la estrella vuelve en tres partidos.
Los Mavericks se gustan
Los Grizzlies dieron más guerra de lo esperado. El orgullo del Grit & grind salió a relucir en los momentos finales de partido. Los 41 puntos de Jaren Jackson, segunda mejor marca de su carrera, no fueron suficientes para vencer a Dallas. El interior, cuestionado por su liderazgo y participación en ataque, acabó con un 6/10 desde el triple. Eso sí, lanzando todo lo que podía y más (15/29 en tiros de campo).
La primera mitad fue de los de Kidd. Con un ritmo rápido, Doncic distribuía y anotaba con suma facilidad. Exum, polivalente desde el quinteto inicial, dio un plus también en defensa al equipo. Saliendo desde el banco, Jaden Hardy fue la gran sorpresa con 19 puntos y un interesante 5/7 desde el triple.
Pero, además del esloveno, la estrella en los Mavericks fue Dereck Lively. El novato, que no lo parece, es el complemento perfecto para Luka. Poderío en la pintura, excelente en la continuación y letal cerca del aro. El ex de Duke, y la gran noticia para los tejanos este año, finalizó con 16 puntos y 16 rebotes en un eficiente 8/9 en lanzamientos.
Nueva victoria (14-8) para unos Mavericks que no miran atrás y cogen velocidad de crucero. A pesar de la baja de Irving, Dallas gana y convence. Los secundarios parecen dar un paso adelante. Todo ello, liderados por un sensacional Doncic que quiere todo.
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El Pepazo/Marca