Minnesota asalta Dallas (101- 119), a pesar de una exhibición de la estrella eslovena, y muestra por qué es el mejor equipo del Oeste
No fue la noche soñada en Dallas. Los Mavericks no pudieron hacer frente al nuevo gran rodillo de la NBA. Luka Doncic no fue suficiente (101-119) ante unos Timberwolves de dulce, que ganan los partidos a lo grande, incluso sin la mejor versión de sus estrellas. Minnesota nos hace ver cada jornada que se está construyendo algo delante de nuestros ojos.
El esfuerzo coral de los visitantes fue superior al talento del esloveno. La estrella de los Mavs firmó 39 puntos, 6 rebotes y 11 asistencias que parecieron quedar en un monólogo ante la falta de ayudas en su propio bando. El ex del Madrid igualó a Nowitzki como el jugador de Dallas con más partidos de 35 puntos (78). En 15 temporadas menos.
Por el lado de Minneapolis, Towns (21 puntos, 12 rebotes) y un superlativo Naz Reid (27 puntos), al que se le está poniendo cara de jugador más mejorado del año, aniquilaron la defensa local. Es un secreto a voces que los Timberwolves son un equipo coral. Pero no deja de sorprender que, con el peor partido anotador de la temporada de Anthony Edwards (9 puntos, 3/19 en tiros de campo), sean capaces de ganar en Dallas. Ejercicio de madurez y golpe en la mesa.
Los Mavericks no supieron controlarlo
La primera parte de los de Kidd fue sensacional. Doncic y Exum hacían daño constante a la defensa de Minnesota, una de las mejores de toda la NBA. Lively se atrevía frente a Gobert, a pesar del buen estado de forma del francés. En el lado visitante, eran Towns, Reid y un sensacional Alexander-Walker los que respondían a las acometidas.
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