Indicaciones de uso del fentanilo

Como el resto de opioides considerados mayores, el fentanilo se usa en varias patologías:

• Analgesia durante aquellas cirugías en las que esté protocolizado como tratamiento.
• Analgesia tras una cirugía que no responde a otros analgésicos o que produzca un dolor severo ya conocido.
• Dolor moderado-grave en el paciente con cáncer.
• En los servicios de urgencias, en alguna situación clínica que así lo indique.
• A veces, en procedimientos de anestesia general como parte del tratamiento.

Cómo se usa el fentanilo y vías de administración

El fentanilo se puede administrar por vía intravenosa, intramuscular, intranasal, bucal y transdérmica (parches que se pegan en la piel). La posología debe individualizarse atendiendo a los factores de cada paciente: edad, estado físico, otros medicamentos que esté tomando, enfermedades que padezca, cirugía a la que se le ha sometido…

Espada comenta las vías de administración más habituales. “Una de ellas es tópica, en forma de parches, que están indicados en el tratamiento de dolores intensos en los cuales se necesite un opioide”. Los parches proporcionan una liberación continuada y lenta, que permite mantener unos niveles de la sustancia en sangre y controla el nivel de dolor. Muchos pacientes oncológicos tienen un dolor muy intenso que suele requerir el empleo de opioides, pero en ocasiones presentan picos, que es lo que se conoce como “dolor irruptivo”. A estos pacientes con cáncer se les trata con un parche transdérmico para controlar su nivel basal de dolor y, cuando tienen esos momentos de mayor intensidad, se les suministra fentanilo de liberación rápida, que actualmente está disponible en forma sublingual o nasal. El principal problema de este fentanilo rápido es que es muy potente, con el consiguiente mayor riesgo significativo de sobredosis. Por eso, tal y como indica el farmacéutico, “este medicamento se tiene que utilizar con todos los controles médicos necesarios para que el paciente sepa en todo momento cuándo y cómo administrarlo”.

Principales efectos adversos

Los principales efectos secundarios del fentanilo son comunes a los del resto de los opioides:

• Somnolencia.
• Mareo.
• Confusión.
• Sequedad de boca.
• Estreñimiento.
• Náuseas y vómitos.
• En los casos más graves, depresión respiratoria. “Esta suele ser la causa final de los casos de muerte por sobredosis de fentanilo”, resalta Ruiz.

¿Qué personas no pueden tomar este fármaco?

Las contraindicaciones del fentanilo coinciden con las del resto de opioides mayores y pueden ser, sobre todo:

• Alergia o sensibilidad a este fármaco.
• Situaciones graves de insuficiencia respiratoria.
• Pacientes con estreñimiento severo y obstrucción intestinal.
• Pacientes con historia previa o alto riesgo de abuso de opioides.

“En pacientes con dolor crónico benigno -no oncológico- no debería usarse durante largos periodos de tiempo”, advierte el experto de la SED. Por ejemplo, en pacientes con artrosis, migraña, fibromialgia, lesiones deportivas o artritis “no debería ser de elección o solo debería usarse en cortos periodos de tiempo y con una monitorización estrecha de efectos secundarios, dosis y cumplimiento terapéutico”.

¿Se puede consumir alcohol durante el tratamiento con fentanilo?

Nunca se debe consumir fentanilo con alcohol porque es uno de los factores de riesgo de abuso y sobredosis de este y el resto de opioides, tanto menores como mayores. Tampoco se debe consumir con otras drogas.

¿Lo pueden tomar las embarazadas y mujeres lactantes?

El fentanilo y el resto de opioides están contraindicados en el embarazo porque pasan la barrera placentaria y pueden causar efectos secundarios graves al feto. Tampoco se recomienda su uso en mujeres en periodo de lactancia porque se excreta en la leche materna.

Fentanilo y riesgo de adicción

Tal como señala Ruiz, el fentanilo, como el resto de opioides mayores, “es tan adictivo porque tiene efecto en regiones cerebrales que están implicadas en la recompensa cerebral, como el sistema límbico”. En ellas se liberan sustancias como la dopamina, implicadas en conductas de euforia y bienestar. “La actuación repetida sobre estos receptores de opioides situados en el cerebro puede producir tolerancia al fármaco”, que hace que el paciente busque “cada vez más dosis para conseguir el mismo efecto inicial». También puede provocar abstinencia cuando se suprime bruscamente; por eso el paciente suele querer evitar estas situaciones.

“Se debe evitar prescribir este fármaco en pacientes con alto riesgo de abuso, como pacientes con alcoholismo, patología psiquiátrica grave e historia de abuso de drogas y otros fármacos como factores de riesgo principales”, subraya el especialista.

El representante del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos apunta que, con el fin de evitar que este medicamento sea utilizado como droga de abuso, se han establecido controles adicionales para su prescripción y dispensación. Se requiere la presentación del DNI de la persona que retira el fármaco en la farmacia y, además, se ha establecido un sistema para tener localizados en todo momento los pedidos que hacen las oficinas de farmacia a la distribución y el stock con el que cuentan.

En cuanto a la receta que emiten los médicos, antes se utilizaba simplemente un documento especial para estupefacientes, pero actualmente se precisa también una autorización de la inspección médica de cada zona en el caso de los fentanilos de acción rápida, que son los que presentan un mayor riesgo de abuso.

¿En España puede haber una crisis de opioides como la de Estados Unidos?

Las innumerables muertes en Estados Unidos por sobredosis de esta sustancia se deben, según aclara Ruiz, “al uso del fentanilo por circuitos fuera de las fuentes sanitarias y adulterado”. En España, subraya, “los médicos prescriptores tienen una alta conciencia del riesgo de abuso con estos fármacos y siempre hay que indicarlos en los pacientes que lo precisan por su patología, teniendo en cuenta sus posibles contraindicaciones y efectos secundarios”.