Jose Andrade
La ciudadana Rosaura Farías, de 57 años de edad, fue cruelmente asesinada en horas de la mañana de este 1 de enero. El responsable, un hombre en aparente estado de ebriedad, huyó del lugar tras dispararle en dos ocasiones.
El hecho se registró en la parte alta de Carapita, en la parroquia Antímano del municipio Libertador.
Rosaura era madre de cuatro hijos. Se desempeñaba como empleada de mantenimiento para una empresa de insumos médicos.
Según reportes, en horas de la noche del 31 de diciembre, en medio de los festejos del fin de año, Rosaura fue hasta la casa de una sobrina, quien sufría por la muerte de una persona cercana.
Esa noche, la mujer decidió quedarse con su pariente. Al día siguiente, a las 8:00 de la mañana del primer día del año, Rosaura salió de la vivienda, ubicada en la calle 4 del sector la Bima.
Tras su despedida, parientes escucharon detonaciones, por lo que salieron a ver qué sucedía.
Los testigos señalaron a un supuesto habitante de una invasión cercana, quien le disparó a Rosaura dos veces.
Sus familiares intervinieron para que el agresor se alejara de la víctima y fue entonces cuando este huyó del lugar.
Algunos de los presentes en el sitio de los hechos presumen que el hombre armado estaba bajo los efectos del alcohol y otras sustancias.
Aseguraron que Rosaura no conocía al agresor, pues ella no era habitante de esa zona. Ella vivía en El Junquito.
Mientras que la segunda establece que la víctima sostuvo discusión con su supuesto agresor. Sin embargo, se espera que las autoridades comprueben alguna de estas hipótesis.
A pesar de que Rosaura ingresó de emergencia al hospital Miguel Pérez Carreño, en La Yaguara, falleció en horas de la madrugada del martes, 2 de enero.
De manera extraoficial, parientes de la víctima informaron que el arma con la cual el sujeto le disparó a la víctima se localizó dentro de su vivienda.
Ahora, autoridades del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) investigan el caso.
El Pepazo/2001