Los Warriors se acaban. Al menos tal y como los conocemos. Vencieron a los Bulls (131-140), pero el sentimiento de que uno de los mejores equipos de todos los tiempos se extingue no se elimina ganando de vez en cuando partidos de temporada regular. Antes de llegar a Chicago, llevaban seis derrotas en ocho encuentros y las sensaciones eran muy malas. Algo ha de cambiar si se quieren aprovechar los últimos años de Stephen Curry, que cumplirá 36 el próximo marzo.

El base lo dijo tras la dolorosa derrota ante los Pelicans por 105-141: «Es bastante evidente que si las cosas siguen igual…». El periodista Shams Charania asegura que toda la plantilla a excepción de Curry está en el mercado. Pueden ser unos de los grandes animadores del mismo. Cuesta imaginar unos Warriors sin Klay Thompson o Draymond Green que aún no ha regresado de su ‘rehabilitación’ indefinida. Sería el desmembramiento del equipo campeón en 2015, 2017, 2018 y 2022, los llegaron a cinco finales seguidas y seis de ocho.

Los cambios son obligados. Otra cosa es que lo que pueden ofrecer sea sugerente. Thompson no es el mismo desde las dos graves lesiones que sufrió, Green sereno es determinante, ¿pero conseguirá estarlo mucho tiempo?, Andrew Wiggins fue decisivo en una final aunque se ha instalado en la irregularidad, el ahora lesionado y veteranísimo Chris Paul, Gary Payton II, Jonathan Kuminga, Kevon Looney, los jóvenes que empiezan a despuntar… Habría que ver lo que pueden conseguir, aunque muy bueno debería ser o muy bien tendría que salir para reflotar el juego y el ánimo del equipo.

En Chicago, los Warriors se rehicieron tras un mal inicio de Curry y Thompson, que fallaron 10 de sus 11 primeros tiros. El primero metió 27 puntos, 15 de ellos en el último cuarto, con 6/15 en triples. El segundo se fue a los 30 puntos, con 7/15 desde el perímetro. Los ‘Splash Brothers’ conservan su magia, aunque se vea cada vez menos de forma conjunta. Kuminga añadió 24 puntos con cuatro triples sin fallo y Wiggins tuvo una completa actuación con 15 puntos, cinco rebotes y ocho asistencias.

Por los Bulls, DeMar DeRozan llegó a los 39 mientras Coby White y Zach LaVine metieron 25 por cabeza. La franquicia de Chicago homenajeó a la plantilla que ganó el anillo de 1995, aunque faltaron Michael Jordan y Scottie Pippen, lo que deslució el acto. Los Warriors, en uno de los últimos coletazos de lo que fueron, terminaron de chafarles el homenaje.

Los Clippers continúan con su mutación

Cuando James Harden llegó, los Clippers sufrieron cinco derrotas seguidas. Pidió un margen de 10 partidos para ser juzgados. Sabía de lo que hablaba. Desde que arrancara diciembre, no hay mejor equipo en la NBA. Su balance es de 17-3 tras ganar ocho de los últimos nueve encuentros. En el último ante los Grizzlies (119-128). Paul George fue el mejor de los angelinos con 37 puntos y 7/10 en triples, Kawhi Leonard hizo 22, Russell Westbrook metió 12 y Harden 11 con nueve asistencias.

Enfrente, unos Grizzlies en depresión y con la enfermería a rebosar. Sin Ja Morant, Marcus Smart, Steven Adams, Brandon Clake, Derrick Rose y el español Santi Aldama. Para colmo de males se lesionó también Desmond Bane, su referente esta temporada entre tanta baja. Anotó 15 puntos antes de retirarse en el tercer cuarto por una torcedura en el tobillo izquierdo. En Memphis están gafados.

Los Blazers acumulan dos palizas en 24 horas: -85

Los Blazers venían de sufrir la quinta mayor derrota en la historia de la NBA con un -62 ante los Thunder. En el segundo partido en noches consecutivas y en casa de los Timberwolves, líderes del Oeste, nada bueno para ellos podía esperarse. Perdieron por 116-93. Una nueva paliza, que elevó a -85 la cuenta de los dos últimos encuentros.

Los Pacers se crecen sin Haliburton