Hace 32 años se alzaron nuestros Héroes de Portland. Es la gesta más brava del baloncesto criollo, aun cuando en México 2015 se dio otro hito con el campeonato FIBA de Las Américas. Pero haber sido los primeros es lo divino del cuento. Esta noche, la Vinotinto podría emularlos en el mismo país norteño y dejar atrás a Canadá en los cuartos de final de la Copa América….Todo un país apuesta a esos golazos porque hay fe, hermanos….
Luis Carlucho Martín
CNP 7.365
Fecha de bravos, de batallas ganadas por libertadores para acabar con yugos.
Fecha Patria. 5 de julio. Gran celebración del baloncesto nacional.
Fecha en que se consolida la gesta más brava del baloncesto criollo, aun cuando en México 2015 se dio otro hito con el campeonato FIBA de Las Américas.
Pero haber sido los primeros es lo divino del cuento.
Se trata de los Héroes de Portland.
Los que contra viento y marea, bajo la conducción del boricua Julio Toro, se alzaron con el segundo lugar de aquel difícil Torneo de Las Américas, donde el amarillo, azul y rojo puso a vibrar a medio mundo, y a soltar un alerta para los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, debido a aquel histórico subcampeonato logrado en Portland, detrás del primer, original y único Dream Team.
Aquello fue un verdadero día a día.
Comenzaron ganándole a Uruguay, perdieron contra Brasil sin sospechar que habría venganza, porque también fueron menos que Puerto Rico, lo que los obligaba a ganarle a México, tarea que se logró para avanzar a la fase siguiente.
Se inició esa ronda de cuartos de final con un sufrido triunfo ante Canadá, y en semifinales les tocó el turno a los brasileños con quienes se consumó la dulce venganza para pasar a la final, ese 5 de julio contra Estados Unidos.
Íbamos a un juego soñado, donde los nuestros enfrentarían a jugadores a los que habían admirado por su performance en la NBA.
Carl Herrera lideró el ataque criollo con 21 puntos. Gabriel Estaba no se podía quedar atrás y anidó 16. Sam Shepherd, nacionalizado por aquello de las gestiones adelantadas por la efectiva gerencia, demostró su magia sin amilanarse y conquistó 15 puntos. Rostyn González sacó a relucir su arma secreta en un semigancho de derecha que dejó 14 puntos para la cuenta criolla. Yván Olivares, con todo y los previos embates de los canadienses, y casi sin poder alinear, guapeó y anotó 4 tantos. Otros 3 dejó el entonces novatico Víctor David Díaz. Y aunque Luis Jiménez, Melquíades Jaramillo, David Díaz y Armando Palacios no marcaron puntos, con su presencia y defensa, fueron parte importante de aquel temerario grupo que logró la gesta.
Perdieron 127 por 80 contra Magic Jhonson, Michael Jordan, Larry Bird, Chris Mullin, Karl Malone, David Robinson y su pandilla, dirigida por Chuck Daly. Pero lograron la hazaña. Un subcampeonato con sabor áureo.
Cumplieron con las expectativas, o las superaron: venían de ser campeones del Suramericano un año atrás jugado a casa llena en el Fórum de Valencia, donde dejaron boquiabiertos a los cariocas –comandados por Oscar Schmidt–, a quienes vencieron en tiempo extra con los últimos cinco puntos consecutivos de Luis Jiménez y marcador final de 122 por 121, luego de empatar dramáticamente en el tiempo reglamentario a 112 tantos.
Con este triunfo lograron boleto a los Juegos Panamericanos de La Habana 91 y al descrito Preolímpico de Las Américas, donde lograron la tarea de llegar a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 donde obtuvieron el 11° lugar, con dos victorias, ambas ante China, y cinco derrotas.
Aquello fue una mezcla de virtudes y destrezas. No solo fue baloncesto. Fue valentía. Fue garra. Fue virilidad, cojones y mucha viveza Caribe.
Pero también fue mucho de gerencia, apoyo institucional, contactos internacionales y del lógico acierto y toma de decisiones.
¿Por qué no fue solo baloncesto?
Pregúntenle a Yván Olivares cuando arriesgó su físico y gracias a su arrojo –y su diente menos, que perdió en aquella atrevida acción–, sacó de concentración a los canadienses que a última hora cedieron y con ese triunfo los criollos pasaron a la soñada final.
Así también fue muy valioso el aporte de los jugadores como un todo.
¿Por qué gerencia?
Pregúntenle a Francisco Paco Diez, vida y pasión por el baloncesto, miembro del salón de honor de la Universidad de Springfield (cuna de esa disciplina deportiva), qué no hizo y qué no entregó para que su querido baloncesto subiera como la espuma y se mantuviera arriba mientras él fue presidente del Instituto Nacional de Deportes.
Pregúntenle a Leonardo Rodríguez, (el narrador televisivo de mayor tradición del baloncesto nacional; además autor de libros y docente de esa especialidad en el pedagógico de Caracas), qué no hizo o qué dejó de hacer para sincronizar los esfuerzos del equipo nacional por coronar nuevos derroteros, mientras él era el segundo a bordo del IND. Era el director general durante la presidencia de Paquito Diez.
Pregúntenle a Orlando Mosquera quien fungió como gerente técnico de esa selección, qué no hizo o qué dejó de hacer por obtener los logros que los colocaron en el sitial que desde entonces ocupan.
¿Por qué conexiones internacionales?
Pregúntenle a Israel Sarmiento (+). El único venezolano hasta entonces con cargo oficial como miembro de FIBA, y junto al puertorriqueño Tuto Merchán eran los dos latinoamericanos con rango de altura en la máxima instancia del baloncesto mundial.
¿Por qué sicología?
Habría que preguntarle a Julio Toro, el mago especialista en amalgamar actitudes y conductas para sacar el mejor de los provechos. Cómo fue eso de manejar tantas estrellas como los que integraban aquella constelación de ganadores…y se dieron los resultados esperados.
Pregúntenle a todos quienes desde la preparación física, la medicina deportiva y la fisioterapia y la dieta especial pusieron sus granitos de arena…
¿Por qué garra, juego, convicción y hasta suerte?
Pregúntenle a Carl Herrera, Gabriel Estaba, Yván Olivares, Sam Shepherd, Rostyn González, Alexánder Nelcha, Luis Jiménez, Armando Palacios (+), Nelson «Kako» Solórzano, Víctor David Díaz, además de los refuerzos de última hora, Melquíades Jaramillo y David Díaz quienes llegaron a esa histórica nómina debido a las graves lesiones que sacaron de acción a César Portillo y a Omar Alejandro Walcott, qué hicieron y qué dejaron de hacer.
El amigo Ildemaro Rosales (+) docente de volibol pero metido hasta los tuétanos en el progreso del baloncesto criollo, siempre me decía: “más vale un centímetro de suerte que un kilómetro de talento”
Y allí hubo de todo eso, porque la suerte de los refuerzos por el infortunio de los lesionados parece haberse conjugado para jugar duro y ganosos.
Tantas otras cosas más que pudiéramos decir pero sería un cuento de nunca acabar en alabanzas y loas al mejor equipo que ha tenido el baloncesto nacional.
Felicitaciones, y gracias campeones!
Ahora, la apuesta de todo un pueblo se basa en la inmensa fe –centro del nuevo eslogan– que le ha puesto a su selección mayor de fútbol, la Vinotinto, por el perfecto recorrido en la fase eliminatoria de la Copa América USA 2024.
Todas las fuerzas espirituales apuntan a que nuestros gallardos futbolistas, resilientes y demoledores de gigantes favoritos, emulen a los Héroes de Portland, y no solo esta noche, en tierra norteña, dejen tendida a la peligrosa Canadá, sino que el balompié venezolano siga trascendiendo y llegue hasta donde su innegable crecimiento, que hoy por hoy lo coloca en el puesto 33 del ranking FIFA, lo lleve.
Los dirigidos por el Bocha Batista han salido con humildad pura, fútbol ya no tan inocente, con algunas deficiencias propias de no ser favoritos, a batallar contra rivales mejor rankeados, contra los eruditos de la prensa internacional y los malignos influencers. A todos ha hecho cerrar la boca con su fútbol corto pero efectivo. Vamos muchachos que sí se puede. Hace 32 años la gesta fue en baloncesto. Hoy el fútbol reclama, necesita, demanda y se merece algo similar.
Vivan los Héroes de Portland, viva la Vinotinto, viva el pueblo venezolano…sabes por qué, porque «Mano, tengo fe».
PD: Julio Toro no era el DT designado. Sustituyó al también boricua Flor Meléndez, quien desistió antes de asumir porque tenía compromisos previos… El Bocha tampoco era el DT original. Por razones ajenas a este texto es el sustituto que con creces ha sabido mover sus piezas cual fino ajedrecista. Una muestra más de lo que es estar en el sitio indicado en el momento preciso…
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