La estrella de Estados Unidos los aniquiló en la final olímpica y le otorgaron ese sobrenombre que él detesta por la fe que profesa en Dios… aunque admite que le hizo gracia
Stephen Curry ha dejado muchos cadáveres deportivos a lo largo de su larga y exitosa carrera con su voracidad ofensiva y su tremendo acierto desde el triple. Eso le ha hecho acreedor de diferentes apodos como El Chef, el Asesino con Cara de Bebé, la Antorcha Humana o Threezus, en alusión a su letalidad desde el triple. Y a sus 36 años sigue coleccionando sobrenombres.
El último lo conoció él mismo el pasado mes, durante los Juegos Olímpicos de París, en el que llevó a Estados Unidos en volandas al oro. Tras un comienzo de campeonato discreto, se puso en modo killer y protagonizó dos actuaciones memorables en semifinales ante Serbia (36 puntos) y en la final ante Francia (24 puntos con 8/13 triples).
Fue tal su exhibición que los franceses lo rebautizaron como un demonio que vino a robarles sus esperanzas y sueños. Curry, que popularizó en esos Juegos Olímpicos el eslogan de «buenas noches», llevándose las manos a un lado de la cabeza como mandando a sus rivales a dormir, reniega sin embargo de ese apodo que los galos le adjudicaron tras cercenar su ilusión de conquistar el oro.
Los locutores franceses fueron divertidísimos… ‘El diablo Curry lo vuelve a hacer’, decían. Sin embargo, no adoptaré ese apodo
Stephen Curry (Jugador de los Warriors y de la selección de Estados Unidos)
Soy un humilde servidor de Dios y no sabría cómo explicar cuán importante es mi fe en quién soy y cómo juego este deporte
Stephen Curry (Jugador de los Warriors y de la selección de Estados Unidos)
No es difícil saber por qué no lo hará ateniéndonos a algunas declaraciones públicas que ha hecho sobre su fe a lo largo de su carrera. “Quiero dar las gracias a mi Señor y salvador Jesucristo por bendecirme con las aptitudes para jugar al baloncesto y por darme una familia que me apoya cada día. Soy un humilde servidor de Dios y no sabría cómo explicar cuán importante es mi fe en quién soy y cómo juego este deporte”, llegó a decir la estrella de los Warriors, que siempre que gana señala con su dedo índice al cielo: “Quiero que la gente sepa para quién juego”. Definitivamente lo de diablo, por mucha gracia que le haga, no puedo aceptarlo de ningún modo.
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El Pepazo/Marca