Que el Niño Dios que hace una semana vino al mundo nos ilumine y fortalezca para transitar con pasos de esperanza, salud, paz, prosperidad.
Hebert Colina M.
Cuando un año fenece y otro está por nacer, se hace obligante para todos los hombres hacer un balance de lo vivido, y reflexionar sobre el futuro que nos espera en estos tiempos tan convulsionados y donde la humanidad está sobre su más grande incertidumbre.
No es más que evaluar si en realidad, todas las experiencias han servido para madurar como personas y si se tiene la capacidad suficiente para seguir adelante con aplomo y coraje para alcanzar las metas y sueños que uno se propone.
El tiempo solo se detiene para los que les llega la muerte, enemiga acérrima y eterna de la vida, pero el resto de la humanidad continúa en busca de mejores horizontes, de bienestar para los suyos como una forma de darle continuidad a la vida.
¿Pero, qué hemos hecho por el prójimo?. Esta es la gran pregunta y sólo nos queda, más que pedir, agradecer y compartir con los menos pudientes, con los que no tienen, con los más necesitados, y hasta con los que tienen grandes recursos, pero que les hace falta ese amor que sólo lo provee el dar de corazón como nos enseñó el Creador.
Es la gran tarea que nos dejaron nuestros antecesores: ama al próximo como a ti mismo y a Dios sobre todas las cosas.
Cuando 2023 fenece en la UCI del tiempo y en tarea de parto llega 2024, desde su diario digital www.elpepazo.com rogamos desde lo más profundo de nuestro corazón y el alma al Topododeroso, al padre tiempo y a la vida que nos sigan acompañando con un mejor porvenir en este duro viaje y al Niño Dios que hace una semana vino al mundo nos ilumine y fortalezca para transitar con pasos de esperanza, salud, paz, prosperidad.
¡Adios 2023 y bienvenido Año Nuevo 2024!
El Pepazo