Según las denuncias, los pequeños eran «obligados a trabajar en el campo» y «no se les permitía entrar a la casa».
Una pareja ha sido acusada en Estado Unidos de usar como esclavos a cinco niños afroamericanos que habían adoptado, sometiéndolos a condiciones deplorables en su granja del estado de Virginia Occidental.
Jeanne Whitefeather y Donald Lantz enfrentan más de una decena de cargos, entre ellos, por trata de personas, negligencia infantil, violación de derechos humanos y trabajos forzados. A mediados de este mes, durante la lectura de cargos, ambos se declararon inocentes. Su juicio está programado para septiembre, informaron esta semana medios locales.
El caso se remonta al año pasado, cuando vecinos de la familia expresaron a la Policía del condado de Kanawha su preocupación por el bienestar de los niños, adoptados de un refugio para jóvenes sin hogar y vulnerables. En una llamada a la línea de emergencia 911 a comienzos de octubre, se denunció que los pequeños eran «obligados a trabajar en el campo» y «no se les permitía entrar a la casa», precisó West Virginia Metro News, citando el expediente.
«Privados de cuidados y alimentos»
Durante un control de bienestar en la casa de Whitefeather y Lantz, agentes ingresaron a la fuerza en un pequeño granero sin ventanas al lado de la vivienda y descubrieron a dos adolescentes, de 14 y 16 años, que aseguraron haber estado encerrados allí durante unas 12 horas. Vestían ropa sucia y olían mal. Según los documentos judiciales, el menor tenía «llagas abiertas en los pies descalzos». En la residencia se encontró a una niña de 9 años dentro de una pequeña habitación.
«Los niños no tenían medios para salir del granero por sí solos, no tenían agua corriente ni instalaciones sanitarias y, obviamente, estaban privados de cuidados higiénicos y alimentos adecuados», detalló en ese momento el departamento del ‘sheriff’ en un comunicado.
«Esclavos»
En mayo, un gran jurado los acusó de violaciones a los derechos humanos por maltratar a sus cinco hijos adoptivos. La jueza de circuito Maryclaire Akers dijo en la lectura de cargos que esto se debía a que los niños habían sido perseguidos «por su raza» y utilizados «básicamente como esclavos».
Los fiscales creen que la pareja obtenía beneficios económicos del tráfico de personas y que se mudaron a Virginia Occidental el año pasado después de enterarse de que enfrentaban investigaciones por negligencia infantil en el estado de Washington.
Whitefeather, a través de su abogado, Mark Plants, negó «enfáticamente» las acusaciones contra ella y su esposo. El letrado llamó «casa club de adolescentes» al granero donde se encontró encerrados a los jóvenes y dijo que toda la situación era «solo un simple y llano malentendido». Whitefeather le había dicho a la Policía que a sus hijos les «gustaba» el cobertizo.
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El Pepazo/RT Español