La alopecia areata es un trastorno autoinmune en el que la persona sufre pequeños parches redondos de pérdida de cabello. Aunque en la mayoría de casos el cabello vuelve a aparecer sin ninguna ayuda, hay cuadros que sí necesitan ser tratados a través de diferentes vías.
Alicia Cruz Acal
La alopecia es un problema que preocupa tanto a hombres como mujeres y, aunque la entendemos como una pérdida general de cabello, lo cierto es que hay variedades más específicas. La alopecia areata es una de ellas, que es la que da nombre a la caída del pelo en forma redondeada (como si fueran parches) en el cuero cabelludo.
“Se trata de una enfermedad inflamatoria, con un componente multifactorial, como son la genética y el carácter autoinmune, aunque la causa principal, a día de hoy, es desconocida”, define Juliana Machado, dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral, quien detalla que el componente autoinmune hace que “nuestro propio organismo fabrique anticuerpos que atacan al folículo piloso, provocando su caída”. Además, existen factores emocionales, como el estrés o la ansiedad, que pueden desencadenar un brote o que se agudice.
Estos cambios genéticos aumentan el riesgo de que estas personas tengan problemas autoinmunes. De hecho, como afirma Óscar Muñoz, dermatólogo de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), “es habitual que los pacientes con alopecia areata sufran hipotiroidismo porque también tienen anticuerpos contra su tiroides”. El experto añade que a veces este problema se asocia a vitíligo, otra enfermedad autoinmune en la que se produce una pérdida de pigmentación en la piel como consecuencia de las alteraciones de las células (melanocitos) que la generan.
En cuanto a los tipos de alopecia areata existentes, se registran varios. La gran mayoría de los casos desarrolla una alopecia areata limitada, que se describe como pequeños parches de pérdida de cabello en el cuero cabelludo y en la barba (entre una y cinco placas ovaladas pequeñas). “Cuando hay muchas placas, se trata de alopecia multifocal”, explica Machado, quien determina que otra variedad de alopecia areata es la total, en la que se acaba perdiendo todo el pelo de la cabeza. “El tipo más avanzado es el denominado como alopecia universal, por el cual se pierde el cabello de todo el cuerpo: cejas, pestañas y la totalidad del vello corporal”, agrega.
Más síntomas de la alopecia areata
El síntoma principal es la aparición de estos parches en el cuero cabelludo. Como ya se ha comentado, la evolución es imprescindible, aunque normalmente se presenta en los pacientes de forma limitada. “Ante la aparición de una placa de alopecia, lo más recomendable es acudir a un dermatólogo especialista en cabello (tricólogo), para que diagnostique y evalúe la situación de la enfermedad para actuar cuanto antes y así evitar que la patología progrese”, aconseja Machado.
Además de esta caída del cabello, la especialista subraya que algunos pacientes refieren también prurito o ardor antes de que se genere la placa de calvicie. Además, hay personas afectadas que sufren alteraciones en las uñas, que se vuelven estriadas y picadas.
Cómo tratar la alopecia areata
La alopecia areata es un trastorno frecuente que experimentan muchas personas en algún momento de su vida, aunque, afortunadamente, la mayoría de ellas la tendrán en su forma más leve. “Estas placas surgen casi siempre en etapas de estrés y, tal como vienen, se van, por lo que no hace falta aplicar ningún tratamiento”, aclara Muñoz.
No obstante, hay cuadros de alopecia areata que sí necesitan ser tratados. En este sentido, el problema se aborda con una combinación de fármacos vía oral, tópica o inyectable (microinyecciones en el cuero cabelludo afectado por placa). Machado expresa que “uno de los tratamientos es la microinfiltración de corticoesteroides, con gran potencia antiinflamatoria, así como los corticoides aplicados directamente en las zonas afectadas, además de corticoides vía oral”.
La dermatóloga indica que otra opción de tratamiento es la inmunoterapia tópica (difencriprona). “En general, la usamos para casos crónicos. Esta sustancia hace que la inflamación del bulbo piloso pase de la raíz a la superficie de la piel, evitando que el sistema inmune ataque el pelo”, explica.
Asimismo, en los últimos años, han aparecido los fármacos anti-JAK, aprobados por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Estos medicamentos, como el ruxolitinib, tofacitinib, baricitinib y ritlecitinib, han demostrado su efectividad en casos de alopecia areata grave. Eso sí, Muñoz aclara que aunque son fármacos aprobados, actualmente no están financiados, por lo que es un tratamiento caro.
Por último, Machado recuerda que, además de recuperar el pelo perdido, este se debe mantener en el tiempo, por lo que es necesario un seguimiento estrecho por parte del especialista.
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